Los 125 presidentes municipales del Estado de México llegan a su primer año de trabajo con más retos que soluciones y respuestas a la creciente demanda social. La seguridad es la principal demanda de los mexiquenses y poco es lo que han podido hacer, en su mayoría, para frenar a la delincuencia en todas sus formas y expresiones.
Las y los alcaldes cumplieron once meses efectivos en el cargo, y a estas alturas del partido difícilmente podrán seguir echando culpas a sus antecesores.
En enero y febrero hablaron muchas y muchos de los munícipes acerca de fincar responsabilidades a quienes les antecedieron en el cargo, la mayoría porque supuestamente encontraron las arcas municipales vacías y una larga lista de irregularidades administrativas.
Sin embargo, la realidad es que no hay registro oficial de una sola demanda civil, mercantil o penal en contra de algún presidente municipal del pasado trienio, por lo que eso quedó simplemente en la espectacularidad mediática, no se sabe si por falta de elementos para sustentar lo dicho al inicio de las actuales administraciones, o simplemente porque negociaron a favor de una “tersa transición”.
La escasez de recursos económicos fue el pretexto favorito en la mayoría de las actuales administraciones municipales para mantenerse prácticamente estáticas en el primer trimestre, luego llegó el presupuesto 2019 y poco a poco se pusieron a trabajar, aunque no con muchos resultados, salvo honrosas excepciones.
Las grandes expectativas sobre la actuación de alcaldes comprometidos con los principios de austeridad, transparencia y trabajo a favor de los pobres no encuentran todavía resultados tangibles en la mayoría de los 125 municipios mexiquenses y, por el contrario, priva un ánimo de decepción sobre lo que los ciudadanos pensaron que sería un cambio radical y favorable para la sociedad.
Viene un par de semanas intensas en cuanto a sesiones públicas de cabildo en las cuales los presidentes municipales tendrán que cumplir su obligación de informar sobre el estado real que guardan sus administraciones.
Ojalá que sin protagonismos ni medias verdades tengan la calidad moral y la talla política de decir a los mexiquenses qué es en realidad lo que han hecho, cuánto y en qué se han invertido los recursos públicos que administran, y, sobre todo, qué es lo que van a hacer para mejorar en el segundo año de su gestión.
Los presidentes municipales del Estado de México tienen la oportunidad de reelegirse al cargo, lo cual solo será posible si cumplen compromisos, ejercen un gobierno cercano, pero, sobre todo, si son capaces de revertir la percepción negativa que priva aún entre los mexiquenses sobre la labor para la cual fueron electos.