Por fin, el ex director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, fue detenido en Málaga, España, por la Policía Nacional, tras estar a salto de mata durante los últimos seis meses como prófugo de la justicia de nuestro país, debido a que la Fiscalía General de la República (FGR), tras una investigación -según dicen- lo acusa de la compra de una planta de productos químicos, Agro Nitrogenados por Petróleos Mexicanos a Altos Hornos de México.
Por el mismo delito fue detenido en 2019 Alonso Ancira, presidente de Altos Hornos, sometido a un proceso de extradición a México. La mamá de Lozoya, Gilda Austin Solís, fue capturada el año el año pasado en Alemania, se allanó a la extradición, por lo que se encuentra en nuestro país bajo proceso. Aún no se sabe si Lozoya aceptará ser traído a México o si peleará su extradición.
Por supuesto que la FGR tendrá que comprobar los delitos por los que acusa a Lozoya Austin. Es importante saber si Emilio Lozoya actuó solo o en contubernio con Ancira, o lo hizo por instrucciones de sus jefes. El abogado del ex director general de Pemex, Javier Coello Trejo, declaró que “Lozoya no se mandaba solo”.
BREVE HISTORIA
Transcurrían los primeros días del mes de diciembre de 2012, escasos días de haber tomado posesión como director general de Pemex, cuando Lozoya Austin declaró tajantemente: “voy a acabar con la corrupción de Pemex”.
Desafortunadamente, su discurso e intenciones de limpiar a Petróleos Mexicanos de la podredumbre en la que se encontraba fue todo lo contrario, pues se acrecentó, sobre todo en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), que dirigió hasta fines de 2019 el “líder” Carlos Antonio Romero Deschamps, quien tuvo que dejar su cacicazgo (la secretaría general) por instrucciones del mandatario López Obrador, después de más de dos décadas al frente de dicho organismo, del que se dice se hizo multimillonario.
Cabe señalar que Lozoya Austin ha sido el director general más joven de dicha paraestatal en la historia de ésta, al asumir el cargo con 38 años de edad. A pesar de su juventud, pero la experiencia como financiero a cuestas, haría de la petrolera una empresa potencial, de primer nivel a nivel mundial; lamentablemente esto no ocurrió, por el contrario, la producción de hidrocarburos y de petróleo descendieron durante la administración priista, creando una deuda de cientos de miles de millones de pesos, aunque José Antonio González Anaya, quien entró al relevo por instrucciones de Peña Nieto, saneó las finanzas de Pemex.
La realidad fue que la producción de hidrocarburos, vino a la baja a partir de 2013, debido a que un año anterior (2012, en la gestión del panista Felipe Calderón), Pemex fabricó tres mil 697 millones de barriles diarios; un año después, es decir, en el primer año de Lozoya Austin, bajó a tres mil 653 barriles; en 2014, todavía más, tres mil 538 y a la mitad del sexenio del mexiquense cayó a tres mil 269.
Por lo que respecta a la producción del llamado “Oro Negro”, de igual forma decreció su elaboración, pues en 2012 fue de dos mil 548 millones de barriles diarios; mientras que 2013 fue a la baja con dos mil 522 producidos; en 2014 y 2015 menguaron a dos mil 429 y dos mil 267 respectivamente, de fabricación de barriles diarios, siendo noticia relevante de las secciones financieras de todos los medios de comunicación, que eran las producciones más bajas de los últimos 28 años.
Cabe señalar, que el sexenio del priista Peña Nieto, dio preferencia a la importación de gasolinas y tuvo la mala suerte de que el petróleo bajara de precio severamente, para muestra un botón: en 2012 el barril de crudo se comercializaba en 100 dólares; un año después bajó dos dólares el barril; en 2014 en 85.48 y para 2015 bajó drásticamente a 43.12 dólares.
Así pues, la producción de petróleo e hidrocarburos descendieron drásticamente en la administración peñanietista, causando indignación entre sus rivales políticos como López Obrador.
Emilio Lozoya también fue acusado por la empresa brasileña Odebrecht de recibir 10 millones de dólares en 2012 para la campaña del entonces candidato priista a la primera magistratura de nuestro endeble país, Enrique Peña Nieto.
Lozoya Austin, es la punta del iceberg de la administración de Enrique Peña Nieto, que decepcionó severamente a los mexicanos y los hizo sufragar en 2018 por Andrés Manuel López Obrador, quien no ha podido demostrar que su autollamada cuarta transformación es más que un sobre nombre que ha dejado mucho que desear a los más de 90 millones de mexicanos en este año y medio (no olvidemos que prácticamente AMLO inició su gestión desde el dos de julio de 2018), pues no ha habido ni crecimiento económico ni desarrollo social, tampoco creación de cientos de miles de empleos; los asesinatos siguen a la alza, simplemente en 2019 se rompió récord de muertos con más de 35 mil 500 a manos del crimen organizado en todas sus modalidades, desde que se contabilizan los fallecimientos por éstas vías.
UNA NUEVA FORMA DE PASAR LA CHAROLA
No cabe duda, que nos seguimos sorprendiendo de la forma en que los presidentes de nuestra endeble nación pasan la charola a los empresarios, para “aportaciones voluntarias y personales”. Muy a su estilo, López Obrador “invitó” a empresarios a cenar a Palacio Nacional para que le “entren voluntariamente a fuerza” a la “rifa” del XC MEX avión presidencial, que no es propiedad de México, por el simple hecho de que se sigue arrendando (mismo que no se entregará), sino que se distribuirá el premio en efectivo entre 100 personas. ¿Qué clase de sorteo es realmente? ¿Qué alguien me explique?
La carta compromiso entregada a los empresarios asistentes a la cena más cara de su vida, que consistió en tamales de chipilín y chocolate, para “participar de manera voluntaria” (¿?), en la compra de billetes de la Lotería Nacional, en beneficio de la asistencia pública, hospitales y adquisición de equipo médico por el equivalente a un monto de: ¡20, 50, 100 y 200 millones de pesos!
Por supuesto que en la carta compromiso los donantes tendrán que poner sus datos personales, como dirección, teléfono y correo electrónico, simplemente para “llevar el control y debido resguardo de datos” por parte de la presidencia de la república. ¡Qué tal eh! ¡Ver para creer!