En muy breve tiempo, la población del Estado de México podría enfrentar graves problemas de salud, derivado de la errática política del gobierno federal sobre el tema. A más de un año, aún no existe certeza sobre aspectos como el abasto oportuno de medicamentos de calidad, la contratación de personal médico, de enfermería y el funcionamiento del recién creado Instituto de Salud para el Bienestar –INSABI- que pretende absorber a todos los sistemas estatales. Vaya, la regresión al centralismo.
Y es que en la entidad mexiquense, el Instituto de Salud del Estado de México –ISEM-, a pesar de todo lo que se diga, goza de prestigio como un referente nacional en cuanto a calidad, oportunidad, atención a los pacientes y economía.
Pero es un hecho que al ISEM le quedan pocos días de vida, antes de pasar a formar parte del INSABI, y eso marcará necesariamente un antes y un después, porque la atención ya no será la misma; porque los trabajadores, sobre todo los de contrato, enfrentarán nuevas reglas laborales, y porque la gente humilde, la que más recurre ahí para atenderse, verá menguada la atención.
Afortunadamente, estos cambios no serán de la noche a la mañana; la depauperación del servicio de salud será lento, aunque inexorable.
En el ámbito nacional el servicio de salud es cada vez más deficiente, aunque, como es de esperarse, las mayores afectaciones lastiman en estos momentos a un segmento relativamente pequeño de la población y seguramente así seguirá por un lapso que puede alargarse hasta que existan reglas claras.
Por ejemplo, a más de un año de intervenido el sector salud no existe una política clara en la adquisición de medicamentos y es muy probable que el gobierno de AMLO termine por llevar a la práctica su amenaza de comprar medicamentos en Pakistán o la India, naciones que han abaratado mucho la elaboración de medicinas, pero sacrificando la calidad. Podrían ser sólo placebos.
Si eso sucede, la medida también afectará a los laboratorios nacionales y a miles de familias que dependen de los empleos que generan. En estos momentos todavía subsiste el estira y afloja entre el gobierno de AMLO y los propietarios de laboratorios nacionales. Es muy probable que lleguen a un acuerdo pero, mientras miles de personas en todo el país resultan afectados por esta medida.
En el Estado de México se ha reflejado en el desabasto de medicamentos contra el cáncer, porque los laboratorios mexicanos no quieren producirlos al precio que quiere López Obrador y el sector salud aún no hace las compras necesarias en el extranjero. Todo está parado.
Es increíble ver en el Hospital para el Niño a padres desesperados porque no hay medicamentos para sus hijos con cáncer. Es lamentable que nadie atienda esa necesidad. Es urgente que esos menores tengan sus medicamentos lo más pronto posible. Aquí no se trata del gobierno federal o estatal, alguien tiene que resolver.
Ojalá los diputados locales y el gobierno del estado puedan destinar una partida especial para conseguir lo necesario para el grupo de infantes de escasos recursos, que no tienen otra forma de conseguir los medicamentos. ¿Qué esperan? ¿Qué niños mueran? Recursos especiales, acercarse a organizaciones internacionales. Sólo se requiere echarle imaginación.
Continúo. Luego de que el ISEM pase nuevamente a ser manejado por la federación, la Secretaría de Salud del Estado de México quedará muy mermada, porque sólo contará con el Instituto Materno-Infantil, equipado con sólo tres hospitales, el de la Mujer, el del Niño y el Mónica Pretelini.
Para colmo de males, tenemos encima la amenaza cierta del coronavirus, que aún no ha llegado a México, pero que se estima esté aquí en unas tres o cuatro semanas más, y eso podría generar múltiples problemas a la población más desprotegida, que es la que se atiende en los hospitales federales.
Sí, para López Obrador y su equipo de Salud, la entidad mexiquense será un gran reto en la materia, la población crece casi aritméticamente cada año. Veremos cuánto habremos de padecer antes de que el control sea total.
Por si esto fuera poco, el caos que actualmente define al abasto de medicamentos le ha pegado colateralmente al ISSEMyM. Los laboratorios que ya habían concursado y ganado las adjudicaciones para suministrar productos, de un día para otro decidieron cancelar los contratos, y eso que se trata de un organismo autónomo, independiente, que forma parte del gobierno estatal, a través de la Secretaría de Finanzas. Aun así los laboratorios no quieren trato porque para ellos se trata de un segmento del gobierno.
Veremos en los próximos meses si AMLO tuvo razón o si la gente empieza a morir por falta de atención. En el afán de acabar con la corrupción, que sí la hubo y hay personajes muy visibles como posibles culpables que deben ser castigados, miles de familias ya padecen severamente esta decisión.
Los corruptos deben ser castigados, y para ello tienen todos los elementos, que lo haga, pero el presidente López Obrador debe entender que no se puede acabar con las instituciones o programas exitosos, sólo mejorarlos.