La popularidad y aprobación del señor Presidente, al igual que la economía mexicana (con un crecimiento de -0.1%) venían en una caída en picada que parecía no tener fin, desde la burla internacional por la rifa del avión presidencial, los comentarios de su homólogo norteamericano de su alianza contra los migrantes, vaya hasta se tuvo que disculpar por sus desatinados comentarios que bien podrían ser calificados como misóginos.
Sin embargo, pareciera que ambas declives han encontrado un estatequieto momentáneo; la economía con la nueva reducción del jueves pasado (13 de febrero de 2019) de la Tasa de Interés por parte del Banco de México (Banxico), que nuevamente, como lo ha hecho desde épocas de Guillermo Ortiz, se mete en terrenos que no son suyos y vela por el crecimiento, lo cual es responsabilidad del Ejecutivo auxiliado por el Secretario de Hacienda, al cual, por cierto, no le terminan de cuadrar los ingresos ni con la llegada de Buenrostro al SAT y no les van a cuadrar por una sencilla razón, los apoyos sociales no generan ISR, IVA en el mejor de los casos siempre y cuando se destinen a la adquisición de bienes que no estén exentos o en tasa 0%, lo cual es muy poco probable.
Al Presidente le llegó del exterior y quizá, solo quizá, por pura suerte o la “Mano de Dios”, como a Maradona en el mundial del 86, o como quieran llamarle, y es la detención en Málaga de Emilio Lozoya; el punto es que, haiga sido como haiga sido (ya con el permiso de la RAE), el regreso a escena de ese icono de corrupción e impunidad del viejo régimen, ha de servir como trampolín para recordarle al pueblo, bueno y sabio, por qué lo hicieron Presidente y volver a pedir que tengamos “paciencia y confianza”, como aquel 1 de diciembre de 2018, en que juraba guardar y hacer guardar la Constitución, porque podrá vender nuevamente la imagen de que todo es culpa del pasado, del cochinero que les entregaron y por eso su curva de aprendizaje ha durado más de un año... ¡ese tiempo no lo tuvo ni Obama!
En fin, así las cosas, queridos amigos, esperemos pues que este respiro del Presidente le ayude a recuperar el aliento y la conducción del país, por el bien de todos, por el bien de México, por eso…
¡God save AMLO!
¡God save 4T!
¡Y que Dios bendiga a la República Mexicana!
*Enlace Administrativo de la Coordinación del Posgrado en Derecho de la UNAM
Profesor en la Facultad de Economía