¡Ya basta de inseguridad y desigualdad!

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Publicado en Opinión

¡Ya basta de inseguridad y desigualdad!

Miércoles, 11 Marzo 2020 00:06 Escrito por 
¡Ya basta de inseguridad y desigualdad! Lo bueno, lo malo y lo serio

La frase repetida en las marchas que se dieron a lo largo y ancho del país, entre otras muchas, fue ¡ya basta de inseguridad y desigualdad!, deberían retumbar en la cabeza del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, como un claro mensaje de hartazgo. Las mujeres han dejado en claro que no cesarán en su lucha, hasta que vean una respuesta del gobierno.

En las semanas previas a la marcha que se anunció con motivo del Día Internacional de la Mujer, y que se llevó a cabo exitosamente el domingo 8 de marzo, así como el paro de actividades para el lunes 9, Un Día sin Mujeres, fueron objeto de cualquier tipo de ataques para descalificar el movimiento por parte del gobierno, que sin embargo, ha dejado un precedente histórico en la vida política y social de México.

La inseguridad y desigualdad que han padecido las mujeres no inició el primero de diciembre de 2018, sería absurdo que así se señalara, pero las erráticas decisiones de esta administración han llevado las cosas a un punto en el que se le han salido de control.

No es únicamente el aumento de feminicidios que fue del 10% en el 2019, comparado con lo contabilizado en 2018, o la violencia en sí en contra de ellas, sino una serie de circunstancias que han quedado de lado para el gobierno federal, incapaz de proyectar programas de protección que pueda presumirse que en realidad hay preocupación por detener el fenómeno social.

Parece que era necesario proyectar una válvula de escape para dejar escapar la molestia que empezó a generalizarse después de acontecimientos como los de Ingrid Escamilla y la pequeña Fátima, entre otros muchos, para desatar un reclamo legítimo que empezó como murmullo para terminar en un fuerte grito a los oídos sordos de la autoridad.

La mecha ya estaba encendida y el acelerador vino de la boca del propio presidente, al intentar descalificar un movimiento genuino para colocarlo del lado conservador de su historia; esa historia que empieza a generar locura en el titular del ejecutivo, pero que además, llevó al punto de ebullición cuando por tal pretensión, las plumas al servicio de la 4T, influencers, y en especial, las mujeres que dicen que trabajan en el gabinete, dicen, porque no toman decisiones de responsabilidad de mutuo propio, salieron a defenderlo.

No se pudo tumbar el movimiento, ni siquiera por la acción marrullera de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, primero, al suspender el servicio del metro, del cual después reculó, así como llenar de infiltrados la marcha, reducir el acceso al zócalo, y con ello dar la impresión que la asistencia fue mucho menor, entre otras.

De esta manera, el gobierno de la Ciudad de México manejó cifras de la asistencia a la marcha del 8M que iban de entre 30 mil, hasta 80 mil asistentes, puede ser, pero en todo caso ese número corresponde a las que lograron pasar los filtros impuestos en el zócalo, porque en el monumento a la Revolución y alrededores, las cifras extraoficiales señalaron que hubo cientos de miles, algunas reportan 320 mil y otras más allá del millón.

Sin embargo, las manifestaciones se dieron en diferentes partes del territorio nacional, intentar restarle la importancia que tuvo la convocatoria por los diferentes contingentes, es ofensivo, como lo es la insistencia de que detrás se encuentra la mano conservadora del enemigo que le conviene al presidente.

No señor presidente, es necesario que le digan la verdad y le cuenten la historia tal y como sucedió ese día, porque será el inicio de un cambio que no tenía calculado, y eso puede notarse en la falta de reflejos acordes a dicha realidad, el mensaje parece no haber sido firmado por el titular del ejecutivo federal de recibido, y puede marcar un antes y un después en su administración.

Desafortunadamente, y ya se esperaba, las cosas no cambiaran a la velocidad que deberían, porque el presidente no rectificará por el momento, dijo que no va a cambiar de estrategia, que al contrario, la fortalecerá. En otras ocasiones ha presumido ser terco y lo manifiesta como si fuera algo bueno, mientras tanto, fuera de las paredes del Palacio Nacional se descubre un país que tiene vida.

Para lograr un cambio como el que reclamaron millones de mujeres mexicanas, no sólo en México, sino en otras partes del mundo en donde hay sangre azteca, tendría que imponerse una estrategia a conciencia, la cuál, para lograr su cometido, tendría que proyectarse para las siguientes generaciones, porque debe entenderse que es la raíz la qué hay que atender.

Y si mientras tanto el nuevo gobierno no cuenta con más actores políticos que puedan ayudar con la tarea, tal vez por miedo o comodidad, y sigan dejando que sea la visión de un solo hombre que cree saberlo todo para decidir las políticas públicas a seguir, basadas exclusivamente en reclutar incondicionales para asegurarse en el poder, no habrá ese punto de inflexión necesario.

Los programas sociales, como son llamados esos reclutamientos, parten de la idea de repartir dinero, pero sin reglas que permitan conocer los resultados, dejan en la sospecha el beneficio que suponen.

Las eternas giras que se impone el Presidente, no son actos de gobierno, alguien debería recordarle que ya es quien tendría que dirigir el destino de la Nación, sino que son actos proselitistas.

Ante las manifestaciones y paro nacional de las mujeres, debe quedarle claro una cosa que parece no entender. El pueblo lo eligió deseando un cambio, pero al ver que éste no se da con acciones encaminadas para lograrlo, será entonces la sociedad civil la que hará el cambio, con, o sin el gobierno.

 

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio