Hace más de un mes el Servicio Copérnico de Monitoreo Atmosférico (CAMS) detectó un inusual agujero en la capa de ozono a 18 km de altitud en el Polo Norte. Hemos de recordar que la capa de Ozono está compuesta de moléculas de oxigeno y se ubica entre los 10 a 40 km sobre la tierra, en la segunda capa de la atmósfera llamada estratósfera. Es una capa muy importante que nos protege a todos de los rayos ultravioleta y las radiaciones solares. Su deterioro podría traer severas consecuencias como poder quedarnos ciegos, cáncer en la piel e inclusive comprometer nuestra supervivencia.
Anteriormente en la década de los 80´s se detectaron algunos agujeros en la capa de ozono de los polos. Estos ocasionadas principalmente por una sustancia llamada clorofluorocarbono (CFC), substancia que podíamos encontrar en productos aerosoles y aires acondicionados principalmente.
Sin embargo los esfuerzos de la comunidad internacional impulsaron a las naciones a firmar el Protocolo de Montreal, un acuerdo ambiental que prohibió la utilización de esta y más sustancias que tanto dañaban la capa de Ozono.
Según la Agencia Espacial Europea, señaló que el agujero que se formó recientemente tenía una extensión de un millón de kilómetros cuadrados.
Originado como resultado de condiciones climáticas extremas, además de corrientes de aire que atraparon bajas temperaturas sobre el helado Ártico, dando como resultado un “vórtice polar”, que es una fuerza muy poderosa que gira sobre sí misma y genera energía como para abrir un agujero en la capa de ozono, tal y como lo detalla CAMS.
Pero la buena noticia fue dada a conocer hace unos días. El mismo Servicio Copérnico de Monitoreo Atmosférico, publicó que el vótice polar se había dividido en dos haciendo posible que entrara aire rico en ozono al Ártico, además de las altas temperaturas que se registraron en días pasados que beneficiaron al cierre del agujero, siendo esto parte de los ciclos anuales locales que tienen los árticos.
Muchos pensarían que la recuperación del Ozono se debió al aislamiento social que estamos atravesando a raíz del coronavirus, pero no es así.
Esto no es más que un síntoma del gran problema del agotamiento de Ozono. También no podemos perder de vista a la Antártida que al igual se ve afectada, existiendo un agujero en la capa de ozono desde hace 35 años y que paulatinamente en muy bajos porcentajes después del protocolo de Montreal se ha ido recuperando.
Sin embargo, lo que podemos hacer para no seguir afectando a la capa de Ozono, es; no comprar productos aerosoles que contengan clorofluorocarbono, evitar usar sustancias como bromuro de metilo, sustituir los focos por focos ahorradores, dosificar el uso de aires acondicionados y el uso de los vehículos, entre otras actividades que serían muy benéficas para contribuir al cuidado de la capa que nos protege a todos de las radiaciones solares.