La posibilidad de que existan al menos 150 mil personas contagiadas de Coronavirus en nuestro país, el acercamiento a la etapa crítica, así como los esfuerzos del presidente Andrés Manuel López Obrador por anular la competencia del Poder Legislativo y hacerse con el control total del presupuesto a su gusto y capricho fueron temas que permearon a la sociedad en los últimos días.
Al momento de escribir estas líneas había más de 20 mil casos confirmados de pacientes con Covid-19, pero si nos atenemos a las prospecciones del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, conforme al método “Centinela” usado por el gobierno mexicano para manejar las estadísticas, estaríamos muy cerca de llegar a los 200 mil contagios, pues por cada caso confirmado habría al menos ocho no confirmados.
Sin embargo, el investigador y especialista en Medicina Interna e Infectología, Alejandro Macías, advierte que el número de casos confirmados no debe multiplicarse por ocho, sino por 50. Eso significa que el Covid habría infectado a una población cercana al millón de personas. El ex comisionado nacional para la Prevención y Control de la Influenza en 2009, al participar en el foro en línea “Las fases de una pandemia”, organizado por el Colegio Nacional, explicó que a su juicio para el aplanado de la curva aún faltan al menos 40 días.
Estas cifras explicarían la angustiante preocupación del propio López Gatell y de algunos funcionarios de primer nivel de la Federación para adquirir con presteza más ventiladores automáticos, habilitar de emergencia más espacios como hospitales provisionales y de mandar elaborar con urgencia miles de bolsas para cadáveres.
Es evidente que ellos tienen otras cifras, otros datos a los que la población no tiene acceso. Mientras nos dicen que ya empezó el aplanado de la curva y que la situación empezará a “normalizarse” después del 15 de mayo, por otro lado realizan acciones que contradicen sus dichos.
Hay que esperar, entonces, lo peor de esta pandemia en nuestro país porque de pronto las cifras de contagios podrían crecer desmesuradamente porque, además, hay que considerar que, como ya lo aceptó el propio López Gattel, todos los casos de pacientes fallecidos por neumonía atípica deben ser acreditados como muertes por Covid-19.
En tanto, diputados de PRI, PAN, PRD y MC exigieron que Morena retire el proyecto inicial de modificaciones a la ley presupuestal, porque representa una falta de respecto a la Constitución y a las facultades parlamentarias, luego de considerar como un triunfo de la sociedad el repudió a la iniciativa presidencial de reformas a la Ley Federal del Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, enviada en plena emergencia de salud.
El 23 de abril pasado, el Ejecutivo Federal hizo llegar a la Cámara de Diputados una iniciativa para reformar la Ley, que fue duramente criticada, incluso por legisladores del propio grupo político del Ejecutivo como Porfirio Muñoz Ledo, que la tachó de inconstitucional.
El objetivo de la reforma es adicionar un artículo, en el sentido de que cuando: “Se presenten emergencias económicas en el país, la Secretaría de Hacienda pueda reorientar recursos asignados en el Presupuesto de Egresos para mantener la ejecución de los proyectos y acciones prioritarios de la Administración Pública Federal y fomentar la actividad económica del país, atender emergencias de salud y programas en beneficio de la sociedad”.
Sin embargo, según expertos la expresión “emergencias económicas” es indefinible y fácilmente manipulable y la finalidad implícita de la Iniciativa, es: “legalmente” hacer a un lado a la Cámara de Diputados en aspectos esenciales de su competencia en materia presupuestaria.
Con esto se entiende que AMLO pretende el control absoluto del presupuesto, previsiblemente para casos futuros donde no cuente con la mayoría en la Cámara de Diputados, pues, al margen del presupuesto aprobado, el Ejecutivo podría “reorientarlo”; es decir, controlarlo para sus propios fines: proyectos y acciones “prioritarios”. En otras palabras, “tener un marco de discrecionalidad en la reasignación del gasto público”.
Eso hubiera sucedido, pero el bloque opositor logró evitar dar facultades discrecionales y arbitrarias al Ejecutivo, lo que fue considerado como un triunfo de la sociedad.
El gran perdedor en este negocio fue Mario Delgado, coordinador de la fracción de Morena en la Cámara de Diputados, quien no pudo quedar bien con su patrón y, para lavarse la cara de esa derrota, publicó en Twitter que la decisión de no convocar a un periodo extraordinario de sesiones para discutir esa iniciativa derivó de una sugerencia de López Gatell para no sesionar en dos semanas. Hay que recordar que Morena y sus aliados no tenían la mayoría calificada en la Comisión Permanente debido a que el bloque opositor se mantuvo cohesionado y no cedió el voto que les faltaba.
Hugo López Gatell refrendó el exhorto a quedarse en casa y a no saturar los hospitales. Esta semana será crucial. Por favor no se convierta en estadística. ¡Cuídese!
