“La concentración del poder ejecutivo, a menos que sea muy temporal y por circunstancias específicas, digamos que la lucha contra la Segunda Guerra Mundial es un asalto a la democracia.”
Noam Chomsky.
El pasado jueves 23 de abril el presidente López Obrador, en uso de sus facultades, envió una propuesta de reforma a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria en la cual, el punto de medular, es que en épocas de contingencia, como la que se está viviendo, el Ejecutivo a través de la Secretaría de Hacienda puede reasignar partidas presupuestales a discrecionalidad.
La bancada del poder (Morena) buscó que se aprobara en esta última semana de labores legislativas; sin embargo, no lo logró y será en un periodo extraordinario, o la Comisión Permanente, cuando se dé el veredicto.
Esta propuesta de reforma, lo que busca es seguir concentrando el poder en el Ejecutivo, que logre ser juez y parte en cuestiones presupuestales y de asignación de recursos, atentando contra la división de poderes, al invadir los del legislativo, y contra la (poca) democracia en México.
Una cosa más interesante aún es el siguiente texto y cito “En caso de que se presenten emergencias económicas, la Secretaría (de Hacienda) podrá reorientar recursos asignados en el Presupuesto de Egresos para destinarlos a mantener la ejecución de los proyectos y acciones prioritarias de la Administración Pública Federal”, o sea, es una forma de legalizar lo que ya se está haciendo, cuando se prefieren trenes y aeropuertos y se compran estadios, que equipos médicos y medicamentos, que apoyos en liquidez a todos, no solo a los votantes del 2021.
De aprobarse esta controvertida reforma se podría caer en vicios de inconstitucionalidad, aseguran varios expertos con una gran oleada de litigios y amparos que probablemente lleguen al Poder Judicial, el cual también ya está secuestrado.
Lamentablemente esta reforma, pese a los ajustes que proponga Morena o algunos otros diputados, se va a aprobar al menos en lo general y se va aprobar por dos cosas, primera el partido del Presidente tiene mayoría y, segunda, nuestra oposición no ha sabido ser oposición.
Por cierto: La falta de política fiscal contracíclica le costó al PIB trimestral una caída de 1.6%, mas lo que falta y lo que se acumule ya que la ola de desempleo que se viene en efecto dominó seguirá en picada mientras se sigamos a la expectativa del riesgo-país, por que esos datos son de cuando la actividad económica apenas empezaba a paralizarse.
Y para variar: Ricardo Salinas Pliego, el empresario favorito de AMLO y la 4T, no solo no fue anunciado en el quién es quién de la Secretaría del Trabajo, sino que además los directivos de sus empresas han comenzado a despedir a sus trabajadores por riesgos de contagio, después de no haber respetado el distanciamiento social y hacerlos trabajar bajo condiciones vulnerables.
