Lo bueno, lo malo y lo serio... Corrupción en los penales

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Lo bueno, lo malo y lo serio... Corrupción en los penales

Miércoles, 01 Noviembre 2017 04:20 Escrito por 

A raíz de los hechos denunciados a través de videos que se dieron a conocer la semana pasada por diversos medios de comunicación, de lo que había estado sucediendo en el Centro Preventivo y de Readaptación Social, Bordo de Xochiaca, de Ciudad Nezahualcóyotl, en el Estado de México, se anunció por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos una queja que se perseguirá de oficio; sin embargo, la misma Comisión acusa que desde 2016 ya había alertado sobre la grave situación que se vivía en dicho Penal.

No obstante, las condiciones de sobrepoblación, hacinamiento, agresiones, extorsiones, entre otros, son señalamientos que se han venido denunciando desde hace mucho tiempo, sin que se avance en una solución. Las vejaciones de las que los internos son objeto en el interior de los penales por custodios y otros internos, son constantemente revelados por los propios familiares que se han cansado de hacerlo, sin que tengan una respuesta favorable al respecto. Ante estas condiciones, se han visto obligados a pagar protección, para cuidar de los suyos, por otros internos.

La vida al interior de los penales es muy diferente a la que debería ser, ya que se supone que fueron concebidos aplicando una tarea de tratamiento resocializador encaminada en adecuarla a una reinserción social, con protección a los aspectos fundamentales, como los derechos a la salud, higiene, alimentación, privacidad, visita íntima, comunicación con el exterior, trabajo y capacitación laboral, entre otros, cuyo objetivo será la readaptación social de los internos sentenciados, así como la custodia y la no desadaptación de los indiciados.

Esto, con la finalidad de alejar a la población penitenciaria lo más posible de la reincidencia y de la comisión de conductas antisociales dentro de las propias Instituciones, para lo cual se creó un área Criminológica, cuyo propósito es que a partir de estudios clínico-criminológicos se pueda llegar al conocimiento de los factores casuales del delito, de tal suerte que sea posible determinar con precisión el tratamiento más adecuado en forma individualizada, contando con el conocimiento preciso de la personalidad del infractor, su grado de peligrosidad, adaptabilidad al proceso resocializador y de la adecuada clasificación de los internos, de acuerdo al reglamento de los Centros Preventivos y de Readaptación Social del Estado.

Lo acontecido en el penal de Nezahualcóyotl alerta a los medios de comunicación y hace volver la vista de las autoridades a los hechos denunciados y que han indignado a gran parte de la sociedad; el ahora famoso Luis Fernando Alberto González “El Tato” o “El Tatos”, identificado como líder del grupo delictivo que había encontrado en la tortura en contra de otros internos su modus operandi y vivendi, enviando a los familiares las grabaciones para presionarlos con el pago de las extorsiones a través de dinero o bienes, ya que de lo contrario seguiría el mal trato a su familiar, no encuentran a dónde ubicarlo porque parece que hay quienes buscan vengarse de este personaje.

Pero, ¿por qué hasta que algo así se denuncia es cuando se presta atención a tan grave problema?, en innumerables ocasiones se han dado a conocer reportes de que quienes extorsionan a través de un teléfono celular, lo hacen desde el interior de los Centros Preventivos, y no sólo eso, hay bandas delictivas que son manejadas también desde su interior, ¿cómo lo hacen? ¿Es magia? Porque de acuerdo a lo manifestado por las autoridades encargadas, no se permiten libertades a quienes se encuentran recluidos.

Basta recordar que en julio de 2015 se fugó Joaquín “El Chapo” Guzmán del penal de máxima seguridad, ubicado en Almoloya de Juárez, ¿qué sucedió?; hubo detenciones, sí, pero, ¿eran todos los involucrados? Lo que resulta palpable es la corrupción que reina en todo lo que tiene que ver con el tema, y en el caso en particular, es una prisión federal, y que suponía se trataba, además, del delincuente más importante para el gobierno, y aun así, encontró la forma de llegar a solucionar el problema que le impedía encontrarse con la libertad, la cual, como ya fuimos testigos, estaba a un túnel de ella.

En tanto no se resuelva el problema de corrupción que impera en los Centros Preventivos y de Readaptación Social que se respete la dignidad humana de los internos y de que ningún servidor público les cause perjuicios, o los haga víctimas de malos tratos, humillaciones o insultos, además de garantizar una adecuada readaptación social, sólo resultará ser una utopía.

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Alfredo Albíter González

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