Demostremos que somos más los buenos; demostremos que somos solidarios; hay que hacerlo por las nuestras, por las mujeres de nuestra casa, porque siguen y siguen escribiéndose historias de dolor, historias de vidas arrebatadas, historias que parecieran no ser reales, pero que siguen enlutando hogares.
Nadie quiere ser parte de las estadísticas, pero cuando conoces alguna historia te compadeces, te da coraje, rabia, impotencia, miedo y participamos en las marchas, nos ausentamos, nos unimos, levantamos la voz.
Hoy es momento de demostrar nuestra unión, de evitar que otro crimen quede impune; es momento de hacer equipo con las autoridades estatales y municipales; es momento de demostrar que no permitiremos que se vuelva a violentar a una mujer.
Te pido que alces la voz si sabes qué ocurrió con Pamela, quién le quitó la vida, no podemos dejar impune este crimen; no pueden darse más feminicidios sin que ocurra nada; ayúdamos a dar con la o el responsable, hagámoslo por Pamela.
Maicha Pamela, una joven de apenas 16 años de edad, originaria del municipio de Temoaya, fue asesinada en su casa, sí en su propia casa le quitaron la vida, a plena luz de día.
El día de su muerte, fue el sábado 9 de mayo de 2020, a las 12.00 del día; fue encontrada por su prima alrededor de las tres de la tarde, su mamá, Doña Leo, como le dicen de cariño, se encontraba trabajando en una purificadora, cuando un compañero de trabajo la fue a buscar para decirle que era urgente que fuera a su casa en la Colonia Emiliano Zapata, pues había ocurrido algo con su hija Pam; aun sin saber lo sucedido, la noticia la alteró y aceleró, pues en su casa se había quedado su hija, la segunda de tres hermanos.
El jefe de Doña Leo, la llevo en su auto lo más rápido posible ante el gran desconsuelo que vivía; llegaron al domicilio alrededor de las cuatro de la tarde y había gente afuera de su casa; decían que no podía pasar porque había ocurrido una desgracia. Doña Leo les gritó que era su casa y que necesitaba ver a su Pam.
La escena inolvidable, y que aun retumba en su alma y corazón, en uno de los dos tambos verdes que tenían para reciclar agua para el baño y los trastes, ahí estaba su pequeña, solo asomaba uno de sus pies, ya sin vida y nada por hacer.
Doña Leo pedía con todas sus fuerzas que se tratará de una terrible pesadilla, una mentira de la que quería despertar, pues apenas en la mañana se había despedido de su hija, quien le pidió no demorará en el trabajo.
Pamela presentaba un golpe en la boca, muñecas y cuello; además fue amarrada de pies y manos; para evitar que gritara le metieron un trapo en la boca; murió de asfixia y fue sumergida en el tambo con agua, tapado con un lavadero de cemento y tabicones. Pamela alcanzó a soltar una mano, pero fue en vano, pues cuando su prima la encontró, ya estaba sin vida.
Pamela acababa de cumplir 16 años, estudiaba la secundaría, quería ser enfermera o contadora, tenía tres meses con un pequeño negocio de dulces para ayudar a su mamá con los gastos; el 9 de mayo de 2020 fue asesinada, no vestía ropa provocativa, no estaba de fiesta, no era de noche. Pamela estaba en su casa y a plena luz de día fue asesinada.
“Quiero que me apoyen, no quiero que mi hija quede en el olvido. Quiero que me escuchen, no quiero que por ser pobre se olviden de mí, no descansaré hasta dar con ese desgraciado. Tengo mucha rabia y coraje, quiero que den con el responsable. Mis vecinos no quieren decir nada, dicen que no vieron nada, quiero justicia”, exige Doña Leo.
Por ella, por las nuestras, por las que esperan aún justica levanta la voz y vamos a dar con la o el responsable de su muerte, vamos a denunciar a quien mata, a quien viola o secuestra, somos más los buenos.
¡Va por ti Pam, porque soy mujer, porque tengo hija, madre, hermana, abuela, tías, primas y amigas que no quiero que vivan lo mismo ¡
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