El anuncio de los votos matrimoniales es uno de los momentos más emotivos de una boda, porque ahí están los anhelos de una vida en pareja; sin embargo, “en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad”, no siempre se cumplen, tal y como le ocurrió a María.
María quería ser cantante profesional, pero a los 18 años decidió casarse con Héctor, ambos muy enamorados, y con la ilusión de una vida juntos; desde entonces María se dedicó al hogar, en ocasiones cantaba con un grupo de Mariachi para ayudar a la economía de su familia.
Con el tiempo llegaron tres hijos y todo parecía normal; pero 10 años después, María, de 28 años, empezó a padecer dolores de columna leves, pero constantes; la primera reacción fue acudir a una sesión de masajes para aliviar el malestar, pero lejos de mejorar, comenzó a sentir más molestias que se acrecentaron en la pierna derecha, además de padecer adormilamiento, con sensación de hormigueo, aunado a un agotamiento lo que le impedía realizar sus labores del hogar al cien por ciento, pero su voluntad de madre y esposa la hacían esforzarse al máximo para dar lo mejor a su familia.
Trascurrió el tiempo y los males aumentaban, ahora ya no solo sentía la pierna derecha adormecida, también el brazo derecho y la mano derecha tenían el mismo problema.
En el año 2011 acudió al médico del Instituto Mexicanos del Seguro Social (IMSS) para una revisión en consulta externa; por la sintomatología que presentaba fue internada para realizarle una serie de estudios; sin embargo, los médicos determinaron que su malestar se debía a un embarazo y atribuyeron sus males como “achaques propios de embarazo”.
María tuvo un embarazo tranquilo no presentó ningún problema; nació su hijo más pequeño y fue al paso de los meses que María volvió a sentir malestar en la espalda, adormecimiento de extremidades del lado derecho y un agotamiento excesivo, además de perder el control y sostén de su pierna derecha.
Sus hermanos decidieron llevarla con un neurólogo particular para que le hicieran estudios y saber qué estaba pasando; al revisarla el neurólogo tuvo la sospecha de que María podía padecer esclerosis múltiple y pidió que le hicieran una resonancia magnética, por falta de recursos económicos, fue internada en la clínica 8 del IMSS, para después ser trasladada al Hospital de La Raza en la Ciudad de México para continuar con más estudios donde María fue diagnosticada con Esclerosis Múltiple.
Después del diagnóstico, María inició con su tratamiento para poder controlar la enfermedad crónica degenerativa.
Al tener el diagnóstico y tratamiento, ya en casa con su esposo e hijos, inició la otra batalla, la batalla de vivir con violencia en su propio hogar por parte del hombre que prometió amarla “en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad”
Las agresiones físicas y verbales marcaron esa etapa de su vida, Héctor no paraba de decir que era una mujer enferma que ya no servía para nada, y que representaba una carga.
En 2012, Héctor abandonó a su esposa junto con sus tres hijos pero, al poco tiempo, decidió quitarle a sus dos hijos mayores dejándole al más pequeño, de 3 años; dos años más tarde la seguridad social le fue cancelada.
María hoy es una mujer de 40 años, mexiquense, con esclerosis múltiple, fue desahuciada hace 10 años, abandonada por su esposo, ella vive con su hijo de 9 años y su madre de 65 años que padece sordera.
Sus hijos mayores ya tienen 21 y 20 años y viven con su papá, pero tampoco tienen contacto con María.
María fue abandonada en la adversidad de la enfermedad; si tú puedes darle la mano puedes comunicarte al 72 25 19 26 96.
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