Por la problemática del Coronavirus, la Bolsa de Valores de Estados Unidos cayó 38 por ciento en el curso de 5 semanas, desde el punto más alto el 12 de febrero (29,551 puntos) hasta el 23 de marzo en que llegó al punto más bajo hasta ahora (18, 321). Desde entonces a la fecha el Índice Dow Jones muestra un rebote en que ha recuperado tres cuartas partes de su pérdida.
Pero hay todavía una gran incertidumbre sobre los tiempos de recuperación general de la economía debido a la amenaza de un rebrote que la obstaculice y provoque un nuevo crac.
En finanzas el nombre "rebote de gato muerto" significa precisamente una breve recuperación en el precio de acciones previamente en declive. Este mote se le da por analogía con la creencia de que los gatos tienen muchas vidas y que incluso un gato muerto rebotará y revivirá rápidamente tras una gran caída.
La mayoría de las veces, un rebote de gato muerto sólo se puede identificar después del hecho, lo que significa que los inversionistas que notan un rebote después de una fuerte caída pueden pensar que es una real inversión de tendencia cuando en realidad sólo es un rebote de gato muerto. Es decir, en lugar de ser un verdadero repunte prolongado la racha puede ser indicio de un mero rebote de corta duración.
¿Cómo pueden los inversores determinar si el movimiento ascendente actual es un rebote de gato muerto o una reversión permanente de la tendencia del mercado? El hecho es que no hay una respuesta simple para detectar si el mercado ha tocado fondo.
Detectar un rebote de un gato muerto está lleno de dificultades, incluso para conocedores calificados, similar a lo difícil que es la identificación de un pico o una depresión en una gráfica estadística de cualquier fenómeno, como en las estadísticas sanitarias que elaboran índices registrando las cifras de los efectos del coronavirus en cada país.
En este último caso las buenas noticias serían al revés, las de una caída en el número de contagios (aplanamiento de la curva) en vez de un repunte, una línea que registra la aceleración en la cifra de contagios y, por ende, en fallecimientos en el futuro cercano. En Estados Unidos eso es lo que está en cuestión en estos momentos.
Se han presentado varias hipótesis para explicar el rebote en las acciones bursátiles. Obviamente, la opinión más razonable implica la política económica de emergencia del gobierno de Estados Unidos de destinar billones de dólares a ayuda contra la pandemia y de las medidas de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés a corto plazo cerca de cero para inundar los mercados financieros con dinero. La idea ha sido que las bajas tasas de interés empujen a los inversores a activos financieros más riesgosos, incluidas las acciones, lo cual ha sucedido.
Sin embargo, la incertidumbre persiste. A mediados de julio el mercado de valores está todavía sobrevalorado medido por los índices usuales. Un indicador importante de la valoración de acciones es la relación precio / ganancias. El precio de la acción es un múltiplo de sus ganancias. Históricamente, el PG para todo el mercado de valores de EU es de aproximadamente 15. Pero el PG del mercado actual es de aproximadamente 23, o sea es aproximadamente un 53 por ciento más alto que el promedio histórico. Puede ocurrir la repetición del ajuste en la Bolsa.
Las señales de la economía estadounidense siguen mixtas y no se define una recuperación general y sí el riesgo de que un rebrote de la pandemia provoque una recaída en la economía y sofoque la reciente racha bursátil, que puede acabar resultando un volátil ¨rebote del gato muerto¨, preludio de un nuevo crac de la Bolsa en los próximos meses.
El pronóstico más pesimista supone el rebrote inmediato o una segunda ola de casos de coronavirus más adelante hacia el fin del año. Esto puede retrasar la recuperación de la economía y provocar más problemas. En este escenario de doble impacto la recaída en la recesión puede dejar un impacto económico negativo prolongado y hacer que lo que comenzó como una recuperación rápida en forma de V se transforme en una con forma de W (la caída original, el rebote actual y la posible nueva contracción que puede ser seguida de una pronta recuperación, completando la W), o bien transformarse en una lenta recuperación tipo L... o sea, después de la nueva caída una larga y lenta recuperación. Ya veremos.
Julio 2020