A los ricos de la industria refresquera les cayó como veneno que no mata las declaraciones del subsecretario de Salud Hugo López Gatell quien el pasado 18 de julio dijo durante una gira de trabajo por el estado de Chiapas: “¿Para qué necesitamos el veneno embotellado, el de los refrescos? ¿Para qué necesitamos donas, pastelitos, papitas que traen alimentación tóxica y contaminación ambiental?
Como se dice en el léxico tepiteño los ricos de la industria refresquera “luego luego se peinaron” al reaccionar con desplegados en los diarios escritos y declaraciones en los medios electrónicos descalificando los dichos del funcionario federal.
Con esa medida, de pagar para justificar lo injustificable, los refresqueros quisieron tapar el sol con un dedo: primero, al negar la realidad nacional pues según datos oficiales que dejaron los gobiernos neoliberales en los que estuvieron amparados para vender su veneno
“en las áreas de Hemodiálisis del IMSS cada vez son más los pacientes a quienes ya no les funcionan sus riñones”.
“El panorama es tan preocupante que la mayoría no son enfermos congénitos, sino que están ahí por abusar de las bebidas gaseosas azucaradas y peor aún, muchos son personas jóvenes.”
En segundo término, les salió el tiro por la culata pues la descalificación social fue unánime en las redes sociales y algunos medios que dan voz a ciudadano de a pie. En las redes sociales los calificativos, la denostación y el rechazo a las bebidas embotelladas azucaradas fue por miles.
Por si fuera poco, para que los poderosos refresqueros metan la cola entre las patas, o al menos se disculpen ante el secretario y la sociedad a la que han ofendido y dañado con su veneno, en México se reconocen más de 12 millones de personas con insuficiencia renal y más de 15o mil con tratamiento de diálisis y hemodiálisis.
*Presidente de a ONG Franature
