La maquinaria distractora empezó a funcionar. Finalmente Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos, fue extraditado y ya se encuentra en nuestro país. Llama la atención que no llegó como indiciado sino como testigo protegido, lo que significa que nunca pisará la cárcel mientras entregue información a la Fiscalía General de la República y a la Unidad de Inteligencia Financiera que pueda conducirles a los implicados en los actos de corrupción por los que fue detenido.
Más que contra los priistas, parece que todo lo que diga y declare Lozoya serán dardos cargados de veneno en contra del PAN, que se ha articulado como la única oposición en contra de AMLO y la Cuarta Transformación. Desnudarán de paso a priistas con riquezas malhabidas, porque eso servirá al Presidente para apoyar lo que ha venido diciendo desde hace 18 años y que lo ha mantenido vigente: que en el PRIAN son igual de corruptos. Ahora va a buscar la oportnuidad de demostrarlo y meter a unos cuantos a la cárcel será la forma, si es que no quiere seguir bajando puntos. Quien acusa, prueba.
El portal electrónico Código Magenta originó un revuelo político al revelar el contenido de las primeras declaraciones de Lozoya en España.
Nombres
Emilio Lozoya dio una larga lista de presuntos involucrados en estos actos de corrupción. Según el ex director de Pemex habrían sido beneficiados con los recursos entregados por la empresa constructora brasileña Odebrecht personajes de la talla de los ex contrincantes de Andrés Manuel López Obrador por la presidencia de la República: José Antonio Meade Kuribreña, ex candidato del PRI, y Ricardo Anaya Cortés, ex candidato del PAN, así como el ex director del IMSS, José Antonio González Anaya, y el ex senador y ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo.
Según Lozoya tanto el ex presidente Enrique Peña Nieto como Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda estaban enterados de la situación. Este sería el gran tema de fondo, porque por el caso Odebrecht, ya no podrán ser juzgados al haber prescrito. Pero veremos que cuestión legal estarían utilizando para que no sea de esa forma.
Entre los detalles dados a conocer por el ex titular de Pemex la operación corruptora que encabezó, inició en una panadería de El Globo, ubicada en Prado Sur. Allí fue donde cerró el pacto con Luis Alberto de Meneses, director de Odebrecht en México. Allí habrían acordado transferir 4 millones de dólares a cuentas vinculadas con el PRI.
En todo este entramado Fabiola Tapia Vargas, representante legal en aquel entonces de Construcciones Industriales Tapia, fue figura central de la operación. Ella recibió el dinero de Odebrecht, ella lo dirigió al PRI y ella, no Lozoya, habría negociado con la constructora brasileña la entrega de 6 millones de dólares a cambio del contrato en Tula. Ella falleció en 2014.
Aparece también David Peña, político hidalguense, como el encargado de entregar los sobornos a los legisladores panistas: Ernesto Cordero, exsecretario de Hacienda; Francisco Domínguez, actual gobernador de Querétaro; Francisco Javier García Cabeza de Vaca, actual gobernador de Tamaulipas; Jorge Luis Lavalle y Salvador Vega Casillas. A Ricardo Anaya se le habrían entregado 6.8 millones de pesos.
Según Lozoya entregaron 52 millones de pesos a Ernesto Cordero y José Antonio Meade, así como 32 a Luis Vega Aguilar, secretario de finanzas del CEN del PRI y hombre muy cercano a Peña Nieto.
Claro que todo esto es música para los oídos de López Obrador y la Cuarta Transformación. Es la flauta de Hamelin. Él ya compró la versión de que Ricardo Anaya recibió sobornos.
AMLO mencionó que es necesario conocer quiénes fueron los legisladores “comprados” y de qué partido, pues “se les pagó para que aprobaran dicha reforma y para estar a favor del llamado Pacto por México, que resultó ser contra México”. Parece que no saldrían priistas, todos debían aprobar.
Resaltó que “el pueblo tiene el derecho de saber qué sucedió; que se llame a declarar a los implicados, se castigue a responsables; se denuncia públicamente a los involucrados, para que no se convierta la corrupción en una costumbre”.
Y el Presidente tiene razón hay que acabar con la corrupción, que es una lacra ancestral de nuestro país, pero hay que hacerlo bien. La forma que usaron para traer a Lozoya Austin y la forma como lo están utilizando debe ser clara porque entonces también tendría mucho de corrupción.
La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, a cargo de Santiago Nieto Castillo, congeló varias cuentas bancarias al ex titular de Pemex. En la cuenta más abultada tiene 97 millones de dólares, algo así como mil 900 millones de pesos, una cantidad exorbitante para alguien que vivía de su sueldo. A sus familiares, específicamente a su madre y a su esposa, les congelaron más de 12 millones de dólares, casi 250 millones de pesos.
Todo ese dinero, más su libertad es lo que negoció Emilio Lozoya Austin, actuar como testigo protegido y embarrar a quien quiera que le digan, aún sin pruebas, porque todavía no presentan ninguna, pero el país está pendiente.
Además, quizá salga a relucir el nombre de Ricardo Salinas Pliego, implicado en la compra de Fertinal, a cargo de Pemex. A castigar a todos los corruptos.