Articulista invitado... Noica, el Filósofo de la Alegría **Ningún día sin alegría (Constantin Noica)

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Articulista invitado... Noica, el Filósofo de la Alegría **Ningún día sin alegría (Constantin Noica)

Viernes, 10 Noviembre 2017 01:14 Escrito por  Javier Ortiz de Montellano

De Constantin Noica, filósofo rumano extraordinario nacido en 1909, conocemos solamente en español su libro "Seis enfermedades del espíritu contemporáneo" publicado originalmente en 1978 (traducido al español por Herder Editorial en 2009, 22 años después de su fallecimiento). 

Como él mismo aclaró estas "enfermedades" no son algo negativo sino más bien son orientaciones, disposiciones, estados de ánimo que pueden ser creativos.

Noica practicaba y enseñaba la alegría. El primer libro que publicó, en 1934, se llamó Las Alegrías Simples.  ¨He aquí –decía a sus alumnos– la divisa que he elegido: Ningún día sin alegría. Alegría, para él, significa disciplina, trabajo, cansancio, sufrimiento, duda, invención. 

Escribe Constantin Noica en su libro Seis enfermedades del espíritu contemporáneo, que serían mejor nombradas como ¨Dolencias¨ que hay dos tipos, unas más bien llamaríamos CARENCIAS y son: 

1. CARENCIA del sentido de lo general o del bien común: es una enfermedad de la Civilización, el ansia de tener bienestar material (que desemboca en la actualidad en el Capitalismo Neoliberal)
 
2. CARENCIA del sentido de lo Individual (el comunismo, que fracasó o que se está reconvirtiendo en China, Corea del Norte, Cuba) y, 

3. CARENCIA  del sentido de las Determinaciones (Don Quijote, que no distingue entre ficción y realidad, o el Fausto de Goethe, que busca lo absoluto; ambos representan la impaciencia porque lo imaginado -por ellos- se convierta de inmediato en realidad), 

Y hay otras tres Dolencias, del tipo de RECHAZO: 

1.- Rechazo de la Determinación (como los personajes de la obra de teatro de Beckett, Esperando a Godot; o el estilo de vida de los estoicos, o de los ascetas) 

2.- Rechazo de lo Individual, este es un Malestar de la Cultura (como llamó Freud a una famosa obra suya): la subordinación de la persona a la tiranía de los poderes anónimos como la Historia, la Sociedad, la Ciencia, etc, supersticiosamente idolatradas como otras tantas supuestas ¨deidades¨ del mundo moderno y,
 
3.- Rechazo de lo general (como ejemplo el Don Juan, que rechaza someterse a la sociedad, al matrimonio, a las reglas y costumbres que los demás acatan).
 
En el caso mexicano, nos caracteriza la carencia o rechazo de determinaciones, lo que el filósofo Antonio Caso llamó hace casi un siglo nuestro ¨Bovarismo¨ Nacional, en referencia a la novela Madame Bovary de Flaubert, en la cual su personaje principal no discierne entre lo que desea y lo que puede lograr de inmediato. 

Parece que compartimos con los rumanos la "enfermedad" de la espera y la tardanza en la decisión (cualquier semejanza con la realidad política actual del país esperando al ¨Tapado¨ y el postergar tantas decisiones importantes NO es mera coincidencia).

Reflexionando sobre el malestar del espíritu contemporáneo, el filósofo rumano observa un mundo ¨privado de todo verdadero vínculo interior¨, en el cual, dice Noica, "todavía el hombre se aleja respetuosamente del hombre", así que bye-bye podría ser quizás su nombre más adecuado”.

La sociedad democrática dice es, en realidad, una "sociedad del bye-bye", en el sentido de que la supeditación de la técnica a la finalidad consumista provoca un aumento contínuo del saludo pasajero reflejo de las distancias entre hombre y hombre, entre el hombre y el mundo. Más que comunicarse entre ellos, las personas ¨democráticas¨ de hoy se relacionan con los instrumentos de la presunta comunicación (el periódico, la radio, la televisión, y eso que Noica murió antes de ver el acelerado desarrollo de los celulares y el internet).

La misma velocidad moderna, observa Noica, "no tiende puentes, sino que arranca raíces". El aislamiento, por el contrario, no ha sido nunca tan grande como en la bautizada por McLuhan la "aldea global" de la interconectividad que se intensifica cada vez más.

A fin de recobrar los sentidos individuales, el sentido de la existencia, Noica propone que para enfrentar la actual ¨lógica de Ares¨ (el Dios de la Guerra), usemos mejor la ¨lógica de Hermes¨ (el Dios Mensajero, que como los heraldos y mensajeros solían ser hombres astutos Hermes era también el dios de la prudencia y la habilidad en todas las relaciones de intercambio social). 

Es la de Hermes una manera de pensar conjunta y comunicativa que considera al individuo como un reflejo del Todo. La lógica de Hermes significa comprender al Todo a través de la parte, quiere decir identificar en una existencia particular los principios generales de la realidad, lo que nos permite comprender el significado de la vida de un hombre oprimido por el fugaz momento presente, del Todo por la parte significativa. 

Otro punto interesante es lo que dice Noica de que ¨en las categorías de la gramática, menospreciadas actualmente, pueden encontrarse las formulaciones adecuadas a las vicisitudes por las cuales ha pasado lo universal en la conciencia mundial¨:

La Edad Media se caracteriza por el Sustantivo (la disputa de los Universales, el Roman de la Rosa donde los personajes son el Amor, los Celos, la Razón, la Amistad, etc.  Todo era pensado en lo universal, pero en la modalidad del sustantivo). 
 
El Renacimiento se caracterizó por el Adjetivo, hasta la exuberancia del Barroco. El Clasicismo Francés del Siglo XVII se caracteriza por el Adverbio. Hacia 1800, con la Primera Revolución Industrial,  aparece el Comparativo (mejor que y el superlativo, el mejor).  En esa época ya no se sabe qué significa bien y bueno, pero sí mejor y en Estados Unidos, sobre todo, muy bien y muy bueno (very good and very well). 

En la época actual de una nueva revolución tecnológica, con la electrónica, la cibernética y la automatización, etc., la característica ¨gramatical¨es la Conjunción cooperativa (y, o, si...entonces, típica de la lógica matemática) o la Conjunción estéril y alienada del selfie:  y Yo y YO y Yo...

O la destructiva Disyunción:  o Yo, o Tú, pero primero Yo...

De nosotros depende qué parte de la gramática utilicemos para forjar el futuro pero haga lo que haga, no caiga en la séptima y la peor de las enfermedades del espíritu que es tomarse las cosas de este mundo contemporáneo muy en serio y lo peor, tomarse a sí mismo demasiado en serio...Recuerde, ningún día sin alegría.

(9-NOV17)

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