Diálogos en el averno (2)... El Diablo y el Doctor Complejo

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Publicado en Opinión

Diálogos en el averno (2)... El Diablo y el Doctor Complejo

Miércoles, 15 Noviembre 2017 00:11 Escrito por  Javier Ortiz de Montellano
Diálogos en el averno (2)... El Diablo y el Doctor Complejo Agencia MVT

Continuamos en esta ocasión con estos diabólicos diálogos, con el Diablo visitando al psicoanalista de Simplicio, el famoso Doctor Complejo...

Diablo: Hola Doctor Complejo, ¿cómo le va?

Doctor Complejo: ¿Y a ti cómo te dejó pasar la recepcionista disfrazado de diablo?

Diablo: La engañé tomando la forma humana de su paciente Simplicio, pero ya regresé a mi forma original, esto no es disfraz, soy el Diablo.

Doctor Complejo: Ah, ca...brito, entonces esos cuernos no son imaginarios, de veras te los pusieron, eh.

Diablo: No se mande, Doctor, piense que tengo un pabellón allá abajo para los psicofarsantes, con tormentos especiales...

Doctor Complejo: Bueno, bueno, corre el reloj, mi tiempo es oro, ¿qué te trae por aquí?

Diablo: Pues quise venir a preguntarle cómo va el tratamiento de Simplicio?

Doctor Complejo: Pues es algo muy complejo de explicar, porque resulta que Simplicio es un mexicano tan complejo que no tiene complejos.

Diablo: Ah caray, pues yo siento que desde que está viniendo a consulta con usted para tratarse lo que él creía que era un complejo de inferioridad, le ha surgido en su lugar un fuerte complejo de superioridad...y ya no lo aguanto, ya no me tiene miedo y ¡hasta me insulta y falta al respeto!

Doctor Complejo: Nada de esas viejas teorías de doctores en filosofía metidos a querer psicoanalizar al mexicano, a la Samuel Ramos, lo que pasa es que Simplicio está simplemente empoderado...

Diablo: ¿Em-poder-ado?

Doctor Complejo: Sí, ya sabes, piensa que forma parte de un colectivo que tradicionalmente ha sido desfavorecido socioeconómicamente y que ahora se le ha concedido poder para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida, ¡no acepta la desigualdad...!

Diablo: Ah, caray. ¿y de dónde sacó esas ideas?

Doctor Complejo: No te hagas, has de haber sido tú y tus diablos que tienen fama de ser siempre legión, de andar en montón metiéndose a los cuerpos humanos para apoderarse de sus almas y dominarlos.

Diablo: Qué va, ganas diera, qué más quisiera que tener a Simplicio en mi grupo, pero la verdad es que ya no se deja. Es tan simple que no se deja intimidar, me ve y ni siquiera cree en el infierno, piensa que soy una fantasía suya.

Doctor Complejo: Ese es el problema de la actual época cibernética e internética, que ya no les importa distinguir entre realidad y simulacro.

Diablo: Bueno, Doc, no puede quejarse, precisamente de eso viven ustedes los psicólogos y psiquiatras, ¿no?

Doctor Complejo: Pues ya no. Eso era antes cuando las personas se preocupaban de que no era normal la confusión de sus sentimientos sobre la realidad y la fantasía y venían a platicar sus complejos para que los curáramos.

Diablo: se le está acabando la clientela, eh...

Doctor Complejo: Pues...Sí, hoy la situación es más que compleja con el exceso de comunicación que hay con los nuevos dispositivos digitales, ya los enfermos no recurren al psicoanálisis y tienen su propia logoterapia y textoterapia, usando intensivamente sus celulares a cualquier hora 24/7.

Diablo: Pues a mí me favorece el impacto que la comunicación digital está provocando sobre los humanos. Hace mi labor de deshumanización más fácil, sin empatía son más propensos al mal que antes. ¡Y ni se dan cuenta! Sobre todo, me encanta que crean que no existo, eso favorece mi misión.

Doctor Complejo: Mi querido y ya no temido Diablo, hoy ya sabemos que el mexicano no muestra sentimientos de culpa, ni complejos de inferioridad que busquen ocultar, desarrollando complejos de superioridad, como erradamente pensaba el filósofo mexicano Samuel Ramos, seguidor del psicólogo austríaco Alfred Adler.

Su modelo psicológico centrado en las influencias del medio social y familiar en el carácter del sujeto, hoy ya no opera. Hoy tienen más influencia todas esas innovaciones que has inventado para engañar con tus diabólicas diversiones digitales y para difundir falsas noticias y mantener ocupados a los ciudadanos mexicanos con telenovelas, conciertos de Rock, películas de Hollywood, series decadentes y otros diabólicos esperpentos fomentados por ti.

Diablo: Bueno, yo no tengo la culpa de que los ciudadanos quieran divertirse...hasta morir y jueguen hasta con la democracia. El mismo Octavio Paz pensaba que los mexicanos eran unos hijos de la chin...ada/

Doctor Complejo: !Octavio Paz estaba equivocado! Los mexicanos ya no son unos melancólicos hijos de la chin...ada. Hoy, gracias a la globalización, todos se divierten mucho y se sienten inocentes, sin pecado original y se creen de veras autosuficientes y superiores a todos los demás, sin sentir ninguna culpa.

Diablo: Bueno, Doc, este juego es suma cero, lo que usted pierde, yo lo gano. Eso me da esperanza, el narcisismo siempre ha sido mi mejor aliado para hacerles perder a los humanos sus almas. Y por lo que observo como viajero frecuente por el mundo, veo que desde la globalización los mexicanos son los más narcisistas del orbe.

Doctor Complejo: ¿Y los ataques de Trump, no crees que han mellado la autoestima de los mexicanos?

Diablo: Por el contrario, ahora se sienten superiores a los vecinos...y sin ningún remordimiento siguen yendo en masa a Las Vegas, Disneylandia y a todos los centros de diversión estadounidenses...

Doctor Complejo: Claro, te refieres a la clase privilegiada, el 1%...

Diablo: Por supuesto, pero cada vez son más con más, no, menos con más. Creo que voy a tener que hacer una gran ampliación allá en el infierno al pabellón de los narcisistas, con suites especiales para pacientes como Simplicio y sus muchos compatriotas que seguramente caerán por allá. Podrán divertirse hasta morir...pero tarde o temprano llegarán conmigo al inframundo. Ahí los privilegiados también tendrán preferencia, jajajajaja (risa diabólica...).

Doctor Complejo: No (Indignado...), si yo puedo evitarlo...y tengo toda la intención de lograrlo con Simplicio. Él no caerá en tus infernales garras.

Diablo: Mi querido Doctor, pero si usted me ha recordado que precisamente el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones...

Doctor Complejo: Bueno, bueno, esta sesión se terminó, vete a jugar tu juego cero, diablo chapucero, pero no se te olvide: al salir pasas con la recepcionista y le pagas la cuenta por el tiempo de este diálogo...

Diablo: !Con un demonio! Este canijo Doctor Complejo no se acompleja ni ante la amenaza del fuego eterno...

¿Continuará?

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