De acuerdo a las estadísticas de la Asociación Mexicana de instituciones de Seguros (AMIS), el Estado de México es uno de los más proclives al robo de vehículos, en especial la zona conurbada a la Ciudad de México, que presenta una escalada en este delito.
El robo al interior de vehículos estacionados, así como el robo con violencia aumentan cada día más, sin que se ponga remedio a esta situación. Y como siempre hay que referirnos no sólo a los mínimos esfuerzos de la autoridad por desarticular a las bandas de robacoches, sino a la falta de precaución y medidas de cuidado que los particulares tenemos sobre nuestro patrimonio.
La expresión “al fin que está asegurado” es uno de los mayores pretextos para no poner atención a nuestros vehículos y tener actitudes de descuido. Se nos olvida que es más barato pagar un estacionamiento que el costo de nuestro vehículo o un deducible, tomar sencillas medidas puede hacer que el delincuente se desaliente de llevarse lo que tanto trabajo nos ha costado.
El robo al interior de vehículo es de lo más socorrido, sobre todo en zonas a las que concurrimos cotidianamente por necesidad o diversión y pensamos que por no tardar mucho tiempo el delincuente no tendrá la oportunidad de dañarnos; desafortunadamente sucede lo contrario y el cristalazo inminente nos lleva a la pérdida de nuestras pertenencias y al coraje consecuente.
De gran importancia es tratar de no dejar objetos dentro del vehículo que puedan ser observados a simple vista y de manera fácil a través de las ventanillas, es mejor guardar en la cajuela todo lo de valor o simplemente bajarlos, siempre cerremos con llave nuestro vehículo y no olvidemos la alarma por muy poco tiempo que nos tardemos, es importante, tratemos de no estacionar el vehículo en calles solitarias u obscuras y si es posible usemos estacionamientos y, sobre todo, nunca dejemos niños solos en un vehículo sin importar el tiempo que tardaremos.
Cuando viajemos, pongamos los seguros y no hagamos caso de los señalamientos de extraños con el pretexto de que alguna de las llantas está baja; es mejor acudir a algún lugar concurrido o donde encontremos a la autoridad a ser asaltados o secuestrados. Cuando lleguemos a nuestro domicilio es importante observar nuestro entorno y si vemos algo sospechoso no nos estacionemos y mucho menos hay que abrir la puerta de nuestro hogar.
Es cierto que gran parte del problema es responsabilidad de la autoridad, si en lugar de tratar de recuperar los vehículos robados se realizaran verdaderos esfuerzos para desarticular las poderosas bandas que se dedican al robo de vehículos, el problema disminuiría potencialmente, pero también es cierto que la prevención es muy importante y esa nos toca a todos, con sencillas acciones podemos evitar ser víctimas del delito; en nosotros está cuidarnos, recordemos que si desanimamos a la delincuencia, ésta se aleja de nuestra vida.
Es importante recordar que los secuestradores realizan siempre una minuciosa vigilancia de las actividades de su víctima, sobre todo si utiliza indiscriminadamente vehículos de lujo y los cambia o estrena periódicamente; el delincuente se entera del valor de sus propiedades y sobre todo de sus costumbres, le muestra el camino para lograr su objetivo volviéndose vulnerable.
Por cierto: en este año si vamos a los centros comerciales por el “Buen Fin” cuidemos nuestro patrimonio pero, sobre todo, la integridad de nuestras familias, tomando las medidas necesarias para no ser víctimas de la delincuencia.