No podemos ver el tema de la comparecencia de Hugo López-Gatell en el senado de forma aislada a otros sucesos como las manifestaciones del Frente Nacional AntiAMLO (FRENAAA), la reacción de distintos líderes de opinión a estos y otros hechos relacionados con el actuar gobierno federal, en todos los casos se está presentando el intento de reorganización y acción de la derecha de este país, una derecha que en los gobiernos anteriores parecía vivía muy tranquila con las acciones de los presidentes y gobernadores hermanados con el empresariado mexicano.
Definitivamente no compro el discurso de la 4T de que las cosas están mejor y que seña de ello es que la derecha económicamente acomodada es la que se está manifestando en la actualidad, cuando en el pasado era el pueblo el que lo hacía; tampoco he ocultado en momento alguno mi desacuerdo con López Obrador y la camarilla de nuevos ricos que lo rodean, pero de algo estoy convencido, no debemos permitir que una franca minoría pretenda derrocar a un presidente que ganó con todas las de la ley en las urnas, esto con todo el pesar de muchos sectores de la sociedad que hizo todo lo que pudo para evitarlo.
Aunque nos han vendido la idea de que México entró a la democracia, nuestro sistema electoral y de partidos sigue siendo débil, manipulable y corruptor, con todo y ello, muchos hemos reclamado la necesidad de procesos lo más transparentes posibles, donde todos respetemos el resultado y aun con sus bemoles, el gobierno que encabeza AMLO emanó de uno de los procesos electorales más cuidados, contundentes e inevitablemente respetados en cuanto a su resultado se refiere, algo que hay que reconocer aunque no estemos de acuerdo con el actual presidente.
Las críticas de una disminuida derecha están llenas de ira y carecen de la más sencilla propuesta, se reclama a un gobierno de un país tercermundista un trato inadecuado a la contingencia sanitaria, un gobierno que encontró a prácticamente todos los sistemas, incluyendo el de salud, desmantelados y corrompidos, peor aun, la crítica carece de una propuesta cuando menos estructurada sobre el tema, lo único que se escucha es “que renuncié, que renuncie”.
En la comparecencia de esta semana del subsecretario de salud del gobierno federal, se le hicieron criticas muy fuertes por los niveles de contagio y fallecimientos relacionados con el Covid 19, muchos periodistas secundaron las criticas pidiendo la renuncia de López-Gatell en redes sociales y los espacios que tiene en los medios de comunicación, pero cuál sería la propuesta después de la renuncia de un servidor público que es parte un gobierno con el que no se identifican, ¿qué regrese José Narro?, ¿Julio Frenk Mora? o ¿quién?, el papel de los anteriores secretarios de salud está rodeado de halos de corrupción y dudas sobre sus capacidades, por cierto secretarios afines a quienes hoy reclaman la renuncia de gran parte de los miembros del actual gobierno federal.
¿Hasta dónde llevará la derecha sus críticas?, no lo sabemos, pero sería bueno que sepan que muchos sectores que no somos obradoristas vemos sus incongruencias, como la crítica de Ricardo Anaya que hace unos días habló de la fallida estrategia del gobierno federal contra la delincuencia, debería recordar que ante la fallida estrategia del gobierno de Calderon no solo guardó silencio, sino que además la apoyó desde los cargos que ocupó en ese sexenio.
Insisto, en lo personal no soy obradorista, nunca lo he sido a pesar de que en las tres contiendas electorales voté por él, mi orgullo es no ser militante de Morena o cuando menos haber tenido una credencial del -chocolate- gobierno legitimo que creó, pero no por ello mi postura me acerca a la derecha, es decir, aquí no aplica aquello de que “el enemigo e mi enemigo es mi amigo”, desde mi trinchera, como seguramente muchos lo hará, defenderemos el respeto al resultado del proceso electoral federal inmediato anterior, que aunque no nos parezca, ha sido el más claro y contundente en la historia competitiva de este país, al lograrlo garantizaremos el respeto a futuras elecciones.
Si la derecha o cualquier otro sector quiere escribir la historia, gobernar, dictar qué es la realidad, cuál es la verdad, tiene necesariamente que organizar a la sociedad y ganar en las urnas o hacer la revolución, pero con una mayoría, no con una minoría que lo único que sabe es sembrar odio, permitirlo es acercarnos a un resurgimiento de la derecha reaccionaria y fundamentalista como en Brasil o Bolivia, países en los que se violentó la idea más elemental sobre el estado de derecho en los últimos años.
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Delegado Presidente de la Delegación Valle de México del Colegio de Abogados del Estado de México A.C.