¨El modelo neoliberal está en franca decadencia... Entonces, se cae la economía mundial, nos afecta a nosotros...¨ Presidente Andrés Manuel López Obrador
Renombrados intelectuales de izquierda y de derecha vienen discutiendo desde hace tiempo sobre la decadencia de Occidente y, en concreto, del declive de Estados Unidos. Más aún, después del gran crac iniciado en la Bolsa de Valores de Nueva York en septiembre del 2008, que contagió a todas las Bolsas del mundo.
El hundimiento bursátil provocó la crisis financiera del 2008 y la Gran Recesión del 2009 -y ahora, la ¨Gran Reclusión¨ con más intensidad, por la enorme crisis mundial contagiada y provocada por la pandemia del Coronavirus-, aumenta las preocupaciones sobre el incierto futuro, incluso biológico, de la especie humana en el largo plazo.
En la coyuntura actual, en cuanto se declaró oficialmente la pandemia del Coronavirus cayó la Bolsa de Nueva York, que es el epicentro del capitalismo mundial y desde ahí se contagió la caída a todas las Bolsas y mercados del planeta. Sin embargo, tras unos meses de ajustes a la baja el Congreso en Washington aprobó medidas monetarias de emergencia que con la disposición de la Reserva Federal de facilitar las condiciones del crédito lograron frenar la caída bursátil en la Bolsa de Nueva York y por extensión amortiguar la caída en la mayoría de los mercados mundiales.
Este rebote temporal en la Bolsa de Estados Unidos ha abierto un compás de espera en la economía mundial, que se une a la expectativa sobre el desenlace de las elecciones en Estados Unidos y sobre quién ocupará la Casa Blanca y cómo quedará compuesto el Congreso en Washington, que tienen decisiones muy importantes que tomar para el futuro de la economía de Estados Unidos y, por ende, para el curso de la economía mundial.
La grave problemática económica y política presente ha reforzado las preocupaciones sobre la relativa declinación de la hegemonía de Estados Unidos en el largo plazo y sus repercusiones en la evolución del sistema capitalista, incluidos ahora Rusia y China.
Veamos algunos destacados autores que tratan este tema geopolítico a la luz de la larga duración. Al final, incluimos un apartado sobre el tema de la Decadencia que ha venido observando México en décadas recientes.
Jacques Barzun, intelectual nacido en Francia en 1907, emigró a Estados Unidos en 1919 y vivió en Nueva York, el centro mundial del capitalismo en el siglo 20, la mayor parte de su larga vida (murió a los 104 años de edad).
Publicó en 2000 el muy interesante libro “Del Amanecer a la Decadencia: Quinientos años de vida cultural en Occidente (De 1500 a nuestros días)”. El hecho de la doble condición europea y americana del autor aporta una visión bastante completa y equilibrada del auge y relativa decadencia del ser occidental.
Esta obra resulta de gran interés en el debate estratégico actual sobre la decadencia o no de Occidente. Da respuesta a cuestiones esenciales para comprender nuestro complejo mundo moderno dominado en los últimos cinco siglos por potencias occidentales. En la actualidad el mundo es un mosaico de espacios culturales diversos lleno de contrastes y contradicciones. Y el papel que le corresponde a Occidente en el mundo global es una de las cuestiones centrales para definir el futuro orden o desorden internacional.
Barzun estaba convencido de que nuestra era, a pesar de sus extraordinarias capacidades tecnológicas, es un periodo de ocaso, energías agotadas y confusión moral en un contexto de decadencia, proceso que completa un largo ciclo histórico.
Sin embargo, Barzun no propone una filosofía de la historia en la tradición de Marx (el capitalismo está condenado a desaparecer y ser sustituido por el comunismo), Spengler (las sociedades pasan por etapas como el ser humano y decaen) o Toynbee (las sociedades pueden superar sus desafíos y responden positivamente a la decadencia evitando el colapso). Para estos la historia se movía impulsada por una sola fuerza hacia una meta.
Para Barzun, en cambio, se trata de una intrincada madeja tejida por las acciones de seres humanos concretos, cuyos deseos son la fuerza motriz de la historia. Las condiciones materiales ciertamente interfieren, se producen resultados inesperados, pero nunca puede haber una sola consecuencia y en muchos casos los resultados son muy diferentes o incluso opuestos a lo que se pretendía. Por eso, una sociedad puede estar en decadencia sin que necesariamente se enfile hacia el colapso.
Otro importante autor que reflexionó sobre la decadencia, el sociólogo Daniel Bell, nacido en Nueva York en 1919, publicó en 1956 El Trabajo y sus Descontentos (Work and its Discontents), donde comenzó a establecer su tesis del agotamiento de la moral del trabajo y hace 60 años escribió uno de los libros más influyentes del siglo 20, El fin de las ideologías (The end of Ideology, Harvard University Press, 1960). Su argumento consistía en que tras la Segunda Guerra Mundial las ideologías estaban en decadencia, agotándose en las sociedades ¨avanzadas¨.
El liberalismo, el conservadurismo y el marxismo, se agotaban y, en su lugar, aparecerían otras formas de pensar, pero de carácter “muy limitado”. Según él, las ideologías políticas se volvieron irrelevantes para la gente. El argumento era correcto, aunque La Guerra Fría, en alguna medida, retardaría el cumplimiento de su tesis, que no llegaría hasta varias décadas después, cuando las ideologías del siglo 19 empezaron ya a desvanecerse en una sociedad crecientemente tecnocrática y burocratizada hacia el final del siglo 20.
El fenómeno que vislumbró Bell se hizo cada vez más evidente en el último cuarto del siglo 20 en que incluso tras la caída del socialismo soviético y el gran viraje de China hacia el capitalismo, la híbrida y limitada ideología del Neoliberalismo (o Neoconservadurismo) financiero que surgió con Thatcher y Reagan llevó a grandes crisis en el mundo.
Bell actualizó y afinó su visión a lo largo de su vida. Ya en 1973 escribió El advenimiento de la sociedad post-industrial, obra fundacional en la que se sientan las principales líneas teóricas de las características e implicaciones sociales de la Economía de Servicios basada en la Información. Su perspicaz atisbo fue precursor de la ideología de la Comunicación que predomina actualmente en el siglo 21. Este nuevo estilo de pensar y de interactuar está especialmente basado en una mayor digitalización, debido a la pandemia, y está teniendo enormes implicaciones no sólo económicas y tecnológicas sino sociales y culturales mientras pasa por la ¨Nueva Normalidad¨.
En esa obra temprana se encuentra también la primera anticipación de lo que hoy se conoce como "sociedad del conocimiento". O, lo que es lo mismo, la centralidad del conocimiento y la innovación tecnológica como principio axial de la nueva sociedad post-industrial. Hay quienes incluso han visto en muchos de sus planteamientos una clara predicción del poder de las nuevas tecnologías de la comunicación e incluso de algo similar a lo que hoy es Internet.
Al publicar en 1976 Las Contradicciones Culturales del Capitalismo, Bell sostuvo que la cultura había cambiado radicalmente en una dirección que la hacía incompatible con la reproducción de la economía capitalista, aunque su crítica se circunscribe principalmente a las limitaciones del hedonismo y el consumismo estadounidenses, tema central del libro.
A Bell se le criticó duramente por sus generalizaciones y contradicciones. En efecto, no podría llamarse sino contradictoria la descripción que hace Daniel Bell de sí mismo en el prefacio a su libro en 1976: liberal en política, conservador en cultura y ¨socialista¨ en economía (¨socialista de derechas¨, como él mismo se calificaba que era desde los 13 años, más parecido al socialdemócrata intervencionista Bernie Sanders de la actualidad). Él mismo bromeaba sobre su judaísmo y su socialismo, y decía irónico que entre Moscú y Jerusalem, prefería !Nueva York!¨
Otra curiosidad es que Daniel Bell fue un hombre que casi nunca hizo ejercicio después de terminar la preparatoria a los dieciséis (seguro se iba a la biblioteca en vez de a las clases de Educación Física), comía carne roja al menos dos veces al día (sobre todo tocino y salami, cuenta su hijo) y padecía diabetes desde los cuarenta años. A los 54, le dijo a su esposa que no creía que fuera a vivir otra década. Llegó a vivir hasta cumplir 91 en el año 2011.
Immanuel Wallerstein es otro destacado y longevo intelectual neoyorkino (recién falleció en 2019 a los 89 años de edad) que ha estudiado el auge y la decadencia del sistema capitalista en los últimos 500 y pico de años, aunque su enfoque es lo que llaman historia de larga duración e incluye el comportamiento cíclico de la economía capitalista y la hegemonía que una potencia mantiene sobre el sistema mundo capitalista.
De acuerdo con Wallerstein y su círculo neoyorkino de estudios, inspirado en las investigaciones del historiador francés Fernand Braudel con base en ciclos históricos de larga duración, hasta ahora ha habido largas luchas por el poder hegemónico en la historia del sistema-mundo moderno.
Tras el debilitamiento del Imperio Español, las dos potencias que contendieron por la sucesión fueron Inglaterra y Francia. El Reino Unido salió triunfante y fue el poder hegemónico desde 1815 hasta 1848 o tal vez un poco más. Tras entrar en declive el poder británico, los dos poderes que compitieron por la hegemonía fueron Estados Unidos y Alemania, que fue derrotada en el intento en dos guerras mundiales.
Estados Unidos fue así potencia hegemónica de 1945 a alrededor de 1970 en que se empieza a observar su gradual declive y la consecuente desestabilización de la economía en el mundo capitalista, al tiempo que se restauraba a su manera el capitalismo en importantes países socialistas como la antigua Unión Soviética y China.
A pesar de la relativa debilidad del poder económico estadounidense en el mundo no se ve fácil que en el corto plazo o mediano plazos surjan poderes que pudieran disputarle la futura hegemonía del sistema mundial, que no es nada más económica.
Tras el periodo de caos mundial que actualmente se vive, y que puede agravarse próximamente por rebotes en la pandemia o recaídas en la Bolsa y la economía en general, es más probable que a mediano plazo la economía mundial se recupere, no sin problemas, prolongando así la actual hegemonía estadounidense. A la cual, la suerte de la economía mexicana está muy ligada.
MÉXICO: NACIÓN EN DECADENCIA
¨ El Presidente Andrés Manuel López Obrador culpó al sistema neoliberal de generar una crisis de valores y una decadencia social".
México: una Era de Decadencia Social, es el título del libro del economista de la UNAM Daniel Ramos Sánchez, publicado en 2005 luego de una estancia de investigación en el Centro Braudel de la Universidad de Nueva York.
En ese libro, editado por el Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS) del Instituto Politécnico Nacional, donde es investigador Ramos Sánchez, se advierte que México vive una larga era de decadencia económica y social.
A partir de esta premisa, el Doctor Daniel Ramos construye un análisis económico, político y social del país. Para ello, toma en cuenta aspectos del contexto nacional e internacional, con la finalidad de explicar por qué el país no ha podido crecer económicamente en forma sustentable desde la década de los setenta y especialmente desde que adoptó el modelo neoliberal.
Con base a dos modelos económicos: la Teoría General de los Ciclos y la de Trayectorias Seculares, de Braudel, con un vasto soporte bibliográfico y hemerográfico, el autor analiza la declinación del crecimiento económico y la correlativa decadencia social de México.
En 2015, Ramos Sánchez actualizó su magnifico estudio y encomiable investigación en otro libro titulado ¨México en las trayectorias internacionales: el espejo de una nación en decadencia¨. De la Editorial: Economía y Competencia Integral, S.A. DE C.V. Recomendamos la lectura de ambos libros, que analizan el fenómeno de la decadencia.
En fin, esperemos que lo que el pensador Jacques Barzun afirmaba para Estados Unidos y para la sociedad occidental en general, valga para la trayectoria de nuestro país en el futuro, es decir, que puedan superar la decadencia sin que enfrenten el colapso.
Googleando y navegando por las redes digitales entiendo que el Dr. Ramos está por publicar un libro sobre El Futuro de la trayectoria de la 4T en el siglo 21. Promete ser muy interesante y oportuno en esta línea de prospectiva de la larga duración que es su especialidad. Ya reportaremos.
(Octubre 2020)