Los compromisos de Patricia Zarza

La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) ha sido, por décadas, un espejo de las estructuras de poder que rigen al país: vertical, masculinizada, burocrática y profundamente alejada de las voces que la sostienen. Pero el 2025 marcó un punto de quiebre. Con la toma de protesta de Patricia Zarza Delgado como rectora, la institución no sólo eligió a su primera mujer al frente, sino que rompió con una tradición que por años se resistió a escuchar, a transformar y a rendir cuentas.

Pero Patricia llega en el peor momento de la magna casa de estudios mexiquense. Su antecesor, Carlos Barrera Díaz, la dejó sumida en la incertidumbre y, si cumplió con el mensaje ese que se filtró, donde dijo: “Dile a Patricia y a todas, que no anden prometiendo cosas que no podrán cumplir porque dejaré las arcas vacías”, tendrá dificultades para su arranque.

La amenaza quedó en el aire, antes de salir por la puerta de atrás y dejar una universidad destrozada, literalmente, tanto en su infraestructura como en el ánimo de los universitarios que no terminan de concluir la huelga que originó el exrector. Martha Patricia deberá hacer el recuento de los daños y sacar una magna universidad a flote de inmediato.

Como dijo en su mensaje: “No hay tiempo de pruebas”, los cambios y la reestructuración deben comenzar hoy, sanar marcadas heridas que hicieron que la UAEMéx tocara fondo, pero de ahí, sacarla a flote… y con rostro de mujer.

Es tiempo de mujeres, y esa frase ya célebre también resonó en la toma de protesta: “No llego sola, llegamos todas”. No es sólo una declaración política, es una interpelación directa a la historia de exclusión que ha denunciado la comunidad universitaria femenina. Las invisibilizadas, las violentadas, las relegadas del espacio público, por fin tienen una voz en el máximo cargo de la UAEMéx. Y esa voz no pide permiso: exige justicia.

Zarza Delgado no se limitó a reconocer la violencia estructural; la enfrentó con una promesa clara: cero tolerancia al acoso, al hostigamiento y a cualquier forma de violencia de género. En una universidad donde las denuncias han sido históricamente minimizadas o archivadas, este compromiso representa un giro radical. La nueva rectora no sólo visibiliza, sino que se compromete a transformar.

Otro de los ejes que redefinen esta nueva etapa es el reconocimiento del estudiantado como actor político. Zarza Delgado no los trató como beneficiarios, sino como protagonistas. “Hoy el estudiantado tiene voz y poder en nuestra Universidad”, dijo, reconociendo que fueron las movilizaciones, las denuncias públicas y la exigencia constante lo que empujó el cambio.

La propuesta de avanzar hacia la gratuidad universitaria real, rehabilitar espacios antes del inicio del semestre y reconfigurar los mecanismos de atención a quejas y denuncias están entre los compromisos de la primera rectora de la UAEMéx.

La rectora también aseguró que se acabaron los privilegios. Anunció la reducción de salarios en su gabinete, el fin de los excesos administrativos y el inicio de una gestión austera y territorial. De entrada, estableció el compromiso de bajar los salarios de ella y su gabinete.

Ya no bastará con títulos y trayectoria; se requerirá vocación de servicio, capacidad de conciliación y voluntad de transformación para estar en su gabinete.

El mensaje para los exrectores de la UAEMéx – Antes de terminar su discurso, se acordó de sus antecesores, todos varones. Dijo que la UAEMéx ha vivido décadas de simulación, de discursos huecos y de gestiones que protegían intereses antes que derechos.

Hoy, con Patricia Zarza Delgado al frente, la universidad se atreve a soñar con justicia, dignidad y compromiso social. No será fácil. Las resistencias internas, los pactos de poder y las inercias burocráticas no desaparecerán de un día para otro. Le va a costar trabajo, pero con decisión real, seguro lo podrá hacer.

La UAEMéx ha comenzado a escribir una nueva historia.