Diablo: Hola, Simplicio, ¿qué haces en Taxcolandia, en vez de quedarte en casa?
Simplicio: !Ay, Maldito Diablo! ¿Cómo supiste que ando por acá?
Diablo: Ya te he dicho que tengo el don de la ubicuidad o si quieres hablar en términos técnicos, tengo drones que me informan de todo por todas partes.
Simplicio: Eso es Totalitarismo...de Vigilancia, !una Invasión de la Privacidad!
Diablo: ¿Por qué te quejas de mí? Yo no lo inventé, tú sabes quién empezó a utilizar Ángeles-Drones vigilantes que le llevan chisme de todo lo qué pasa aquí en la Tierra, desde lo que hicieron Adán y Eva en el Paraíso, hasta todo lo que hacen sus descendientes por todo el mundo.
Simplicio: !Los Ángeles no son drones chismosos, son ángeles custodios!, a quienes Dios da la misión de proteger, guardar y guiar a cada persona durante su vida en la Tierra para facilitarle el ascenso al Cielo...
Diablo: Ni lo menciones, pero si mal no recuerdo, fue un angelito-guarura con una espada vibrante el que expulsó a tus ancestros del Paraíso, tras comerse la manzanita que le regalé a Evita y luego ya sabes quién puso delante del jardín del Edén unos policías querubines para que se cumplieran sus planes y no pudieran entrar jamás.
Simplicio: !Por tu culpa!
Diablo: ¿Y Yo Por Qué?
Simplicio: Por esa manzana envenenada.
Diablo: Ya, ni que Evita hubiera sido la inocente Cenicienta.
Simplicio: Pues tú eres peor que Maléfica.
Diablo: No hables mal de mi novia o le digo a mi amigo Walt que no te deje entrar a Disneylandia.
Simplicio: Ni quien quiera, gracias. Prefiero a Taxcolandia.
Diablo: Y, a todo esto, ¿qué haces por acá en Taxco el Viejo, que hace tanto frío? Yo te hacía en la playa de Zipolite, con ya sabes quién, preparando el Sexto Festival Nudista que se realizará del 29 de enero al 1 de febrero, para que se haga con todas las de la ley, digo, el colorido código sanitario que inventé. A mí me encanta el rojo fuego, mi peligroso color favorito.
Simplicio: Demonio imprudente y desobediente, ¿cómo se te ocurre hacer un masivo Festival Nudista en estos momentos de código rojo?
Diablo: Pues yo no fui, fue Teté, pégale a la Federación Nudista de México A. C., así como a la autoridad municipal de San Pedro Pochutla, en Oaxaca, que financian el festivalito...
Simplicio: Caramba, no aprenden, ni siquiera porque al Señor Gobernador le acaban de pegar el Covid...
Diablo: No te preocupes, está muy joven y ya está en aislamiento voluntario.
Simplicio: Lo que me preocupa es que el priista es tan amigo de ya sabes quién. Ya van 17 gobernadores infectados, no sé cómo el Gran Machuchón se ha escapado del Coronavirus...
Diablo: Es que Él si lee..la Guía Moral, por eso de la influencia, ¿no crees?
Simplicio: Mejor no digo ni Pío...Yo sólo creo en mi Ángel de la Guarda.
Diablo: Ah, que Simplicio, pues si no te quedas en casa, ni tu Ángel Custodio te va a proteger.
Simplicio: Por eso vine a Taxco, que es un Pueblo Mágico, para encomendarme al Cristo del Santo Encierro, que está en el ex Convento de San Bernardino de Siena, y en la tarde del Viernes Santo de Cuaresma la escultura de esta preciosa imagen de Cristo es sacada en Procesión por el pueblo devoto y creyente de Taxco. Pero con eso de la Sana Distancia, mejor vine ahora.
Diablo: Bonita leyenda...pero no es del Santo Encierro, mi Simply, es del Santo Entierro.
Simplicio: Ni hablar, un Lapsus Brutus, me equivoqué, se me apagó el entendimiento, pero es bueno reconocer que se cometió un error...
Diablo: Sobre todo, si el apagón del entendi-miento fue en otro, ¿verdad?
Simplicio: Por supuesto. Pero lo más hermoso de esta aparición milagrosa es que lo suscitó el hecho tan extraño de la misteriosa llegada de la imagen del Cristo del Santo Entierro a ese Convento allá por 1600, en que una solitaria mula sin dueño, faltando siete días para la celebración de la Semana Santa, entregó a las puertas del Convento y luego desapareció sin dejar rastro alguno y esta milagrosa imagen sirvió a los Frailes guerrerenses para la celebración anual del Santo Entierro desde entonces y dicen que de vez en cuando abre los ojos.
Diablo: Qué bonito cuento, pero siento decirte, Simplicio, con todo respeto, que son puras fake news inventadas desde la época de la Colonia.
Simplicio: !Mentiras las tuyas, maldito demonio! ¿Cómo vas a saber tú?
Diablo: Yo tengo otros datos. Más sé Yo por viejo que por diablo. Ya te he dicho que Yo soy la memoria del lado obscuro de la Humanidad y no estoy Yo para contarlo ni tú para creerlo, pero igual sucedió con la escultura del Santo Cristo que está en la Capilla de la Catedral de Saltillo, en Coahuila. La misma historia de la solitaria mula que en 1608 se echó frente al templo y no quiso levantarse hasta que descargaron la estatua del Cristo y la introdujeron los sacerdotes a la Catedral para venerarla.
Simplicio: !Otro milagro!
Diablo: Otro cuento. La verdadera historia es que en la Nueva España traían a las esculturas desde la Vieja España y una vez desembarcadas las llevaban en mulas a su destinatario, que había pagado por ellas, pero en el camino algunos devotos monjes o curas de plano le pagaban más al arriero y se quedaban con la escultura del Cristo y luego inventaban la leyenda ¨milagrosa¨ para sacarle dinero al pueblo y reponer el pago...per saecula saeculorum. El milagro es que a pesar de tanta crisis, siguen creyendo...y desembolsando.
Simplicio: !Habráse oído jamás tamaña diabólica mentira! No creo en tus datos, maldito demonio. Y pues haiga sido como haiga sido, sigo creyendo ciegamente...la esperanza nunca muere.
Diablo: Tú sabes lo qué haces, ya estás grandecito, si no quieres quedarte en casa y prefieres andar arriesgándote en las playas o de peregrinación en Taxcolandia o Saltillolandia en busca de milagros, por mí encantado, más pronto llegarás a tu destino final. Allá abajo te espero. Es más, te ofrezco un VTP, viaje todo pagado, sin escalas, directo al inframundo.
Simplicio: !Zafo!
Diablo: No te zafarás tan fácilmente...
Simplicio: Por eso me encomiendo al Santo Encierro,
Sólo con mi Ángel de la guarda, dulce compañía,
Que no me desampara, ni de noche ni de día.
Te ruego no me dejes salir, que me perdería,
hasta que me ponga la vacuna, en paz y alegría,
te doy el corazón y el alma mía.
Amén.
Diablo: Aaaagggggghhhhhhh