“¡México no quiere aventuras políticas! ¡México no quiere saltos al vacío! ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces! ¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!”
Luis Donaldo Colosio
Era un 27 de octubre cuando el Presidente declaraba después del tan controversial y famoso Memorándum que envío a los OCA’s para favorecer a las empresas del Estado una de sus tantas frases que para muchos causaban risa y a otros nos dejan ver el hambre de poder que tiene el neodictador, digo el Presidente “si se portan mal, les cambio la constitución”; para ese entonces ya se daban las primeras suspensiones al acuerdo que sacara la Secretaria de Energía Rocío Nahle y después la CENACE, de ambos hablamos en este espacio.
Saco a colación la frase del titular del ejecutivo por que en estos días en medio de la pelea no oficial pero si con invasión de facultades y desmoronando cada día más la división de poderes contra el Judicial, desde que dos jueces suspendieron de manera provisional la aplicación de la nueva Ley de la Industria Eléctrica, después de la carta enviada al Presidente de la Corte, quien sabemos que hace lo que el Presidente le indique, inicio un proceso de investigación contra el juez y luego públicamente defiende la autonomía de los jueces para juzgar; AMLO salió a declarar una frase parecida a la de octubre pasado “Yo estoy seguro que no es inconstitucional la reforma, pero si así lo determinan jueces, magistrados, ministros, enviaría una iniciativa de reforma a la Constitución”.
No es que nos asusten las reformas constitucionales pues según el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República la de 1917 llevaba, hasta hace un año, nada más y nada menos que 707 reformas a su texto original. Lo que nos preocupa es que sean a capricho y voluntad de una persona que lo hace sin pies ni cabeza, solo por querer cumplir su voluntad, una persona que está centralizando el poder doblegando a las instituciones que tanto trabajo, sudor y sangre le han costado al pueblo.
El Presidente, ese que juro “guardar y hacer guardar la Constitución…” no lo hace, cuando no le conviene, cuando va en contra de su voluntad, la pisotea, le da la vuelta, o amenaza con cambiarla; por eso tiene miedo del 6 de julio próximo, porque sabe que quizá ya no le alcance la cuota para hacer sus, dicho en sus propias palabras, marranadas.
Compatriotas tenemos que prepararnos para la batalla por la democracia, para volver a luchar por nuestros derechos, para garantizar la estabilidad e impedir regresar al autoritarismo, a la época dictatorial, para defender nuestras instituciones y nuestra Constitución, se lo debemos a los que nos dieron patria y libertad y se lo debemos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, en los que cada uno habrá un soldado, reza nuestro Himno Nacional.
Para ello, debemos recordar y entender ese gran texto que a la humanidad le regalara Ferdinand Lassalle en el nos enseña a ver y a comprender una Constitución como esa “suma de los factores reales de poder que rigen en un estado” dotándola de toda legalidad necesaria para ser una Norma Superior, al estilo de Kelsen.
Por cierto: Prepárese por que con el uso de la tecnología se vienen cambios en la apertura de contratos y servicios financieros mediante las apps donde ahora tendrá que autorizar la geolocalización al activar cualquier servicio financiero. Una nueva forma de protección a los usuarios y de combate al lavado de dinero y financiamiento al terrorismo, se lee en la misiva de la ABM.
Y para variar: Ya tiene su pasaporte 2.0? Recuerde que, para lograr entrar a algunos países, que cada vez son más, ya no es suficiente el documento que le acredita identidad y nacionalidad, es más ni la visa le ayuda; ahora tendrá que portar un certificado médico que diga que ya tuvo COVID-19 o que ya se encuentra vacunado.
* Economista por la UNAM, académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM.