Iniciaron las campañas políticas en el ámbito federal que en el Estado de México significará la renovación -o reelección- de quienes ocupan las diputaciones en el Congreso de la Unión, y comenzó la “batalla” en busca del voto entre las diferentes fuerzas políticas.
Las tendencias -de manera general y hasta este momento- indican que Morena reafirmará sus posiciones y mantendrá el control de la Cámara de Diputados, que es un espacio fundamental para el proyecto del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien -sin duda- tiene como uno de sus principales propósitos preservar el poder.
El fin de semana comenzó el desarrollo de las acciones -y en algunos casos estrategias- para persuadir a la ciudadanía de que se ofrecen las mejores alternativas y propuestas para crear -aseguran- condiciones de bienestar.
En todo el país se disputarán más de 20 mil 200 cargos de representación popular, entre diputaciones -locales y federales-, alcaldías, ayuntamientos e incluso 15 de las 32 gubernaturas del país. En el caso del Estado de México, también se renovarán los 125 ayuntamientos, las 75 diputaciones locales -por el principio de mayoría relativa y el de representación proporcional-, además de las diputaciones federales en el Congreso de la Unión, tal como ocurrirá en otras 29 entidades del país.
Lamentablemente, la mayoría de la ciudadanía no nos caracterizamos por una amplia participación en actividades políticas, más allá de acudir a las urnas para emitir nuestro voto.
Un referente de esa escasa participación se acreditó con los resultados del “Estudio sobre la calidad de la ciudadanía en el Estado de México”, elaborado por el propio Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) en colaboración con El Colegio de México, y coordinado por las investigadoras María Fernanda Somuano y Melina Altamirano.
La base del estudio parte de cinco indicadores -que tienen como referencia el concepto de ciudadanía integral del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)- Estado de derecho y acceso a la justicia; participación política: electoral y partidista; sociedad civil; vida comunitaria, y valores democráticos, además de la aplicación de una encuesta en vivienda que se realizó en marzo de 2018.
A pesar de que han transcurrido dos años de la publicación del estudio (mayo de 2019), ofrece elementos para comprender cómo podemos concebir a la ciudadanía y qué factores influyen en que ésta sea de calidad o no.
Con respecto a la participación en los procesos electorales, el estudio arrojó que la ciudadanía mexiquense vota, pero no participa en otra actividad política más allá de compartir información por redes socio-digitales; además de que en dos tercios de la ciudadanía existía un sentimiento de ineficacia política.
Entre sus resultados, el trabajo -que se puede consultar libremente en el sitio del IEEM, en el apartado de investigaciones que ofrece el Centro de Formación y Documentación https://www.ieem.org.mx/cefode/descargas/investigaciones/Estudiociudadania.pdf - arroja conclusiones que nos permiten reflexionar con respecto al comportamiento político de la ciudadanía mexiquense.
Por ejemplo, se identificó que los mexiquenses expresamos “bajos niveles de satisfacción respecto al funcionamiento de la democracia”, porque más de dos tercios de la población en la entidad está insatisfecha. Adicionalmente, “los mexiquenses muestran un profundo escepticismo respecto a la clase política: sólo 18 % tiene confianza en los partidos políticos y 17 % en los diputados locales (mucho/algo de confianza)”. Es así como se considera que “el Estado de México aparece como una de las entidades con menor desarrollo democrático”.
A partir del análisis de los cinco indicadores y la encuesta que se realizó, se observó que “el mexiquense promedio se caracteriza por desconfiar del prójimo y en la autoridad (tanto en sus gobernantes como en sus representantes), por su desvinculación social y su desencanto con la democracia”.
Por ello, ante la próxima elección del 6 de junio, se vislumbra un reto que va más allá de votar; sin embargo, parece que el formar una ciudadanía de calidad no es prioritaria y menos ante una pandemia que a todos, de alguna manera, nos ha sacudido en la vida cotidiana, porque nos ha obligado a atender otras preocupaciones como la salud, el empleo, la educación… y de la política, que se encarguen los políticos, aunque no se confíe en ellos.
PERCEPCIÓN
Más allá de las filias o fobias que provoquen determinados periodistas, como Carlos Loret de Mola o Víctor Trujillo y su personaje Brozo, es preocupante que continúe la narrativa de descalificar a quienes opinen diferente a los actores que detentan el poder.