Diablo: Quihubo, Simplicio, ¿cómo sigues?
Simplicio: Mal, muy mal.
Diablo: Supe que estuviste en el hospital, ¿qué te pasó?
Simplicio: Me dió un ataque...
Diablo: ¿Qué dijiste, que Meade te dió un ataque?
Simplicio: Mi querido viejo, estás más sordo cada día...
Diablo: Bueno, mi Simple, ya tengo miles de años escuchando las tonterías humanas. Disculpa que me confunda (piensa el Diablo para sí: A palabras necias, oídos sordos...)
Simplicio: Malo, lo malo es que no oyes bien y luego vienes y lo descompones.
Diablo: Entonces, ¿fue un ataque al corazón?
Simplicio: No, fue !un ataque de indignación!
Diablo: Ah, otro de esos ataques crónicos tuyos.Y ahora, ¿qué te lo provocó?
Simplicio: Pues, !TODA LA SITUACIÓN!
Diablo:¿Qué dijiste, la Militarización?
Simplicio: Ay, sordo demonio...No, que !TODA LA SITUACIÓN!
Diablo: Vamos, vamos, Simplicio, sé más concreto. Para ti, siempre todo está mal...
Simplicio: Pues casi todo...y siempre es por tu culpa.
Diablo:¿Y Yo por qué?
Simplicio: Pues como dijo el Papa allá por 2015, a México lo castigas con mucha bronca porque no le perdonas el fervoroso culto a la Virgen de Guadalupe.
Diablo: Bah, eso de decir que los mexicanos pueden ser católicos, no católicos o ateos, pero que todos son Guadalupanos, es como cuando decían que todos los mexicanos son priístas hasta que no demuestren lo contrario...
Simplicio: ¿Y a poco no es cierto?
Diablo: Ay, simple Simplicio, eso ya no rige. ¿No viste que ya ni sus candidatos tienen que ser miembros del Partido?
Simplicio: Eso también me indigna...¿viste como los y las militantes del viejo PRI se les quitó lo rebelde y se plegaron con fervor a la cargada del Externo?
Diablo: Calma, calma, Simplicio, que te vuelve el ataque de Indig-nación.
Simplicio: Es que eso debe indignar a la Nación.
Diablo: Te equivocas, Simplicio, el que a ti te cause indig-nación, no quiere decir que toda la Nación esté indignada, ya los pobres priístas son en cada elección una minoría más pequeña del total del electorado.
Simplicio: Tienes razón, Diablo, debo concederte, aunque le duela a la oposición, que simplemente eso es cierto. ¿Y no habrás tenido nada que ver con el declive del Partidazo, como mañosa-mente dices siempre?
Diablo: Bueno, ni falta que me hizo, te lo juro: bastó que los malos líderes mexicanos provocaran una crisis económica tras otra para que los priístas cayeran en desgracia.
Simplicio: Pero cuando perdieron la Presidencia en 2000 leyeron el libro que publicó el fallecido Renward García Medrano, ¿Qué hacer? : Manual para priistas en desgracia. Y desde entonces empezaron a preparar su regreso y se tardaron un sexenio, pero lo lograron.
Diablo: El que persevera alcanza...
Simplicio: Pero, ¿cómo es posible que se hayan recuperado de esa pérdida de la Presidencia?
Diablo: Porque el PRI no se acaba, tiene su núcleo duro, como dicen los muchos politólogos que tengo acá en el Infierno.
Simplicio: Pero cada vez es menos duro.
Diablo: Sí, pero los priístas se vuelven cada vez más flexibles y con un poco de astucia e ingenio, se recuperan.
Simplicio: Mañas, querrás decir.
Diablo: No insultes, Simplicio, Yo los llamo pactos, alianzas e innovaciones.
Simplicio: Porque tú los inventas, maldito demonio, como creaste el PRIAN y luego hasta le agregaste pseudoizquierdistas para completar el engaño.
Diablo: Ni falta que hace, mi simplón amigo, la tecnocracia me ayuda enormemente y hace cosas que ni a mí se me ocurren, por ejemplo, como postular a un No-Priísta como candidato del PRI.
Simplicio: Esa sí que nadie pensó que sucedería.
Diablo: Increíble, pero cierto. Lástima que no pueda presumir de haber diseñado esa muy astuta jugada política. Nos despistó a todos y hasta hubo quienes hasta creyeron que podía ser un priísta, viejo o joven, pero Priísta con mayúscula.
Simplicio: Nos engañó con la Verdad y cuando desperté y salí del hospital, vi que los nacionalistas dinosaurios simplemente se transformaron en neoliberales camaleones.
Diablo: Te acompaño en tus sentimientos, Simplicio. Mira que engañarme a mí, el Mil Mañas, Amo de la Mentira y la Posverdad en pleno siglo 21. En fin, queda demostrado una vez más que el Partido es eterno.
Simplicio: Pero sí se está deshaciendo...
Diablo: Te equivocas una vez más, Simplicio. El PRI se desmorona, pero no se acaba, sencillamente se transforma, entiéndelo. Ya deja de leer a esos ¨progres¨ dizque izquierdistas.
Si quieres comprender cómo opera el monstruo amable de la tecnocracia, mejor lee el libro de Raffaele Simone (El Monstruo Amable, ¿El mundo se inclina a la Derecha?, Editorial Taurus, 2011).
O, mejor aún, haz como Yo, que estoy leyendo el diabólico panfleto Cómo hablar con un izquierdista, de la guatemalteca Gloria Alvarez Cross, de Editorial Ariel, que arremete sin piedad contra el populismo, y que ando promoviendo en México para calentar las elecciones del 2018.
Simplicio: Tiene razón el Papa, tú nada más provocas mucha bronca en México, Diablo cáb...ula.
Diablo: Mira, Simplicio, ya me cansé de que tú y el Papa se la pasen insultándome y calumniándome, como si yo fuera culpable de todo lo que hacen los tecnócratas que, en honor a la verdad, en México me han superado con creces y no estoy en México para castigar sino para humildemente aprender del modelo mexicano lo que hacen aquí para luego aplicarlo en el resto del mundo.
Simplicio: Honor a la verdad...jajaja, tú, el Diablo, creador de la Mentira y la Soberbia, hablando humildemente de la Verdad. Mientes. Vete al demonio.
Diablo: Demonios, Simplicio, Demonios, siempre en plural, somos legión, Somos Muchos, como escribía desde 2008 en su libro de ese nombre el ex izquierdista radical chic o ¨progre¨ que vive en New York, Jorge Castañeda, con sus ideas para el mañana. Entre las que impulsó fue la de tener candidatos independientes, solo que le falló la jugada y nunca pudo ser él como quería.
Simplicio: Nadie sabe para quién trabaja...
Diablo: Hay muchos tontos útiles, como tú...comprenderás.
Simplicio: Ahora me vas a hacer mobbing, méndigo Diablo, me quieres acosar con tu Somos Muchos. Tú estás solo, acabado..
Diablo: Me voy con los míos pero no estoy acabado. Tú sí eres un hombre acabado, como decía el libro del italiano Giovanni Papini, aunque a mí me gustó más el que escribió en 1953 sobre mí: El Diablo, Apuntes para una Futura Diabología. Ese libro ha sido una inspiración para mí y mi legión, un verdadero manual que hemos aplicado desde entonces. Aunque en honor a la verdad, el ateo amigo Papini se arrepintió al final y murió convertido al catolicismo, se me escapó pero, en fin, no se pueden ganar todas...las almas.
Simplicio: ¿Acabado? Ya quisieras. Tú y tu Manual de Papini se pueden ir a...la China. En México resurge lo mejor...como el Ave Fénix, de entre las cenizas.
Diablo: Ay, Simplicio, nada surge de las cenizas sino quemaduras. Te lo digo Yo por experiencia, que vivo en el infierno donde abundan. Te quieres hacer el pesimista con tus ataques de indignación, pero a final de cuentas eres un simple optimista irredento.
Simplicio: Lo serás...cábula.
Diablo: No puedo contigo y tus insultos, Simplicio. Pero gracias por el consejo, creo que tienes razón, mejor me voy a la...China, ahí hay mucho potencial, con más de mil millones de almas que seducir confundidas entre la cultura milenaria de Confucio y el Partidazo en vías de convertirse en perfectos tecnócratas gracias a su conversión al Capitalismo. Más sé Yo por viejo que por...Yo.
Simplicio: !Vete a tus demonios!
Diablo: Me voy, pero acuérdate: El que da y quita, conmigo se desquita…
(4-DIC-17)