Simplicio candidato para Premio Internacional Ig Nobel de Educación en Salud

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Simplicio candidato para Premio Internacional Ig Nobel de Educación en Salud

Domingo, 09 Mayo 2021 00:06 Escrito por 
Javier Ortiz de Montellano Javier Ortiz de Montellano Diálogos en el Averno

Diablo: Hola, Simplicio, ¿me llamaste?

Simplicio: Ni de chiste. Ya estás chocheando, Diablito.

 

 

Diablo: Puede ser, porque de verdad me pareció oír que estabas sollozando.

Simplicio: Te confundiste con los lamentos de los perdedores de los premios Óscar, Diablín.

Diablo: Puede ser, porque ese Hollywood es puro melodrama.

Simplicio: Nunca premian una comedia...ya aburren con sus mitos de siempre.

Diablo: Debería premiarse a los que provocan la risa.

Simplicio: Exacto. Por eso precisamente quiero que me ayudes a conseguir el Premio Ig Nobel de Educación en Salud 2021.

Diablo: No hay ningún Premio Nobel para Educación ni para Salud. Hay uno en Medicina...

Simplicio: Dije Premio Ig Nobel, no Premio Nobel.

Diablo: ¿Y eso qué demonios es?

Simplicio: Los Premios Ig Nobel son una parodia estadounidense del Premio Nobel. Se entregan cada año a principios de octubre para reconocer los logros de diez grupos de científicos que «primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar».

Organizado por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (Anales de la Investigación Improbable) los premios son presentados por una serie de colaboradores que incluye a auténticos Premios Nobel en una ceremonia organizada en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard. Los premios pretenden celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de todos por la ciencia, la medicina y la tecnología.

Diablo: ¿Y cuál es el premio en efectivo?

Simplicio: No hay. Los premios son simbólicos, ya que, a diferencia de los Nobel tradicionales, los ganadores no reciben dinero, sólo el reconocimiento de la posteridad.

Diablos: ¿Y como qué tipo de aportaciones ¨científicas¨ han recibido ese premio?

Simplicio: Por ejemplo, en Economía, el año pasado se otorgó el Premio a todo un equipo de economistas por tratar de cuantificar la relación entre la diferencia entre la renta per cápita de los distintos países y la cantidad media de besos de boca en boca.

Diablo: Vaya, yo creí que sólo los políticos pecaban de ociosos libidinosos...

Simplicio: Para que aprendas...en Ingeniería, por ejemplo, se otorgó al ingeniero iraní Iman Farahbakhsh el Premio por patentar una máquina para cambiar pañales.

Diablo: ¡Ese sí que es útil, con tanto niño que nació desde el confinamiento por la epidemia, merece un Premio Nobel completo con todo y dinero!

Simplicio: También está el Premio a La Iglesia Baptista del Sur, en Estados Unidos, que publicó dos reportes acerca de las probabilidades que tenía una persona de ir al Infierno. El primero fue un conteo de todos los condados del estado de Alabama reportando el porcentaje de "almas no redimidas", con una media de 46.1 % para todo el estado. El segundo reporte menciona la "fórmula secreta" que usó dicha iglesia para hacer el cálculo.

Diablo: Jajajajaja, ese último me parece muy interesante y ciertamente me hace pensar, de hecho, me intriga cuál sería dicha fórmula, me serviría para aumentar mi productividad que se me cayó por culpa del famoso encierro, que redujo los delitos en la calle, aunque por el Homeoffice aumentaron domi solus, como dicen tus amigos curas, o sea, los de casa.

Simplicio: ¿Y ora tú, qué te vacunaron en el Vaticano, que aprendiste latín?

 

 

Diablo: Ni lo quiera ya sabes quién, pero ya te he dicho, Simplicio, que tengo tantos sacerdotes allá abajo en mi casa que ya se me pegaron algunos latinajos. Y a todo esto, ¿tú crees tener méritos suficientes para ganar el Premio Ig Nobel?

Simplicio: Claro que sí, desde que se declaró la pandemia me he dedicado en cuerpo y alma a estudiar el fenómeno epidemiológico y difundir información para educar a la población para el correcto uso del Cubre Boca y todo eso lo hice totalmente confinado en mi casa, mediante un avanzado programa didáctico de video.

Diablo: No sé si eso sea suficiente para ganar el premio.

Simplicio: Claro que sí, pues al principio todos se reían de mis sugerencias y no querían ni siquiera creer que estaba en curso una pandemia. Luego de cientos de miles de muertos por Covid-19, ya los hice pensar con un YouTube que hice. Y de eso trata el Premio Ig: «primero hacer reír a la gente, y luego hacerla pensar».

Diablo: Bueno, voy a impulsar tu candidatura, pero debo decirte que tienes al menos dos fuertes obstáculos.

Simplicio: ¿Sí? ¿Cuáles?

Diablo: Pues que está difícil que se lo den dos años seguidos a mexicanos.

Simplicio: ¿Y eso?

Diablo: Es que el año pasado el Premio Ig Nobel 2020 en Educación en Salud se lo dieron a Ya Sabes Quién, por utilizar la pandemia de COVID-19 para mostrar al mundo que los científicos y los médicos no saben más que los políticos.

En realidad, compartió el premio con otros destacados dirigentes mundiales como: Jair Bolsonaro de Brasil, Boris Johnson del Reino Unido, Donald Trump de los Estados Unidos, Vladimir Putin de Rusia, etc.

Simplicio: Caramba, no sabía eso. ¿Y el otro obstáculo?

Diablo: Pues que tienes como rival este año al Dr. Hugo...

Simplicio: Jajaja, ese no es rival.

Diablo: ¿Por qué estás tan confiado?

Simplicio: Porque el Doctor Hugo ya está nominado para el Anti-Premio Ig Nobel en Educación en Salud 2021 y como es anti-antifaz es casi seguro que lo gane.

Diablo: Demonios, ¿y por qué crees eso?

Simplicio: Porque con sus dichos el Doctor primero hace pensar...y luego a todos hace reír con sus hechos contradictorios. Hace las cosas al revés de lo que exige el Premio Ig Nobel. Por eso es el seguro ganador del Anti-Premio... se resiste a usar mascarilla, no se queda en casa como recomienda pues se anda paseando sin guardar la sana distancia con sus acompañantes y, sobre todo... siempre tiene otros datos.

Diablo: Jajajajajajajaja, tienes razón. Se merece eso y más.

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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado