A pocos días de la jornada comicial intermedia -la más grande de la historia de México, por el número de puestos de elección popular que están en juego- muchos lamentan, y otros festejan claro, que la oposición no podrá ganarle al titular del Ejecutivo: AMLO tendrá mayoría absoluta, y todo indica que ganará el mayor número de gubernaturas.
Según oraculus.mx, concentrados del mayor número de encuestas publicadas, y con metodología conocida por el INE, indica que perderá la 4T la mayoría calificada, pero seguirá mandando sobre el presupuesto. Y teniendo solamente Baja California bajo su control, las gubernaturas que vengan son bienvenidas. Algunos hablan de 7, otros de hasta 10 a la bolsa del tabasqueño, con lo que controlaría la CONAGO también.
A estas alturas, convencer a uno u otro bando, es tarea imposible. Para bien o para mal, la conversación se concentra en si López Obrador es un dictador, o si es el mejor presidente de la historia moderna; de si ya nos llevó el carajo, y los empresarios deben hacer “cash out” o si vamos todos hacia mejores estadios de vida. No hay grises, solo blanco o negro.
Los que odian al presidente, no le pasan una por buena; los que lo aman, e idolatran, no aceptan que comete errores, como cualquier ser humano. Lo tratan como si fuera una deidad.
Pronto sabremos el resultado final del proceso del 6 de junio, aunque le recomiendo respetuosamente, que sean cautos y pacientes. Lloverán las impugnaciones, se judicializarán las elecciones, y que a nadie le sorprenda que muchos tendrán que regresar constancias de mayoría. Por eso, recuerde que en baseball y en política, “esto no se acaba hasta que se acaba”.
Pero ¿qué sigue después de las elecciones? Nada más ni nada menos, que la consulta ciudadana para juzgar a expresidentes y políticos del pasado. La Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró constitucional la propuesta hecha por el Presidente López Obrador, aunque cambió la pregunta. Pero ya está todo preparado en Palacio para la guerra, y así “cicatrizar la herida histórica.”
Iremos a las urnas el primero de agosto de este año, para responder la siguiente interrogante, ¿estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?
Durante el 15 de julio y el primero de agosto los tiempos oficiales de radio y televisión que le corresponden al INE y a las demás autoridades electorales serán utilizados para promocionar la Consulta Popular.
Trascendió en la víspera que la Fiscalía General de la República acusó al expresidente Enrique Peña Nieto y al ex secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, de haber conformado una asociación delictiva que de abril de 2013 a agosto de 2014 canalizó casi 100 millones de pesos en sobornos a legisladores, entre ellos Ricardo Anaya, para aprobar la reforma energética.
También, en la víspera, nos enteramos que Pemex es la dueña del 100 por ciento de las acciones de la refinería Deer Park, de Houston Texas. “No habrá aumento en los precios de los combustibles….viva la independencia….” dijo el presidente en redes sociales.
Nada es producto de la casualidad en política: AMLO este 2021 ganaría la mayoría absoluta en San Lázaro, el mayor número de gubernaturas, tendría luz verde para juzgar a sus enemigos con el triunfo de la consulta popular, y empezaría a bombardear a su antecesor. ¿Hay pacto con Peña?
Algunos dicen que ya se acabó, si es que existió. Y la pregunta que todos se hacen es ¿qué pasará con Fox y Calderón, sus verdaderos enemigos?
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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