“¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y en su caso sancionen la comisión de delitos por parte de los expresidentes Salinas, Fox, Calderón y Peña Nieto antes y después de sus gestiones?”. Es la pregunta.
¿Usted va a votar para que encarcelen a los expresidentes? Es la consulta pública más criticada por los medios nacionales y extranjeros. No sólo han tachado al Presidente de incoherente y cantinflesco, también de absurdo, porque la decisión se la dejan a una persona y no a una obligación del Estado que debería ser una práctica normal, es decir, que se vigilaran los gastos y acciones de los presidentes, con candados y leyes reales.
¿Qué se pretende con esta consulta? Abrir investigaciones contra expresidentes por enriquecimiento ilícito y corrupción.
¿Cuánto cuesta este show “democrático? 528 millones de pesos. Ante tal gasto el INE tuvo que cancelar otros proyectos para solventar los gastos y recurrir a licitaciones para buscar el mejor precio en los productos que se necesitarán como papeletas, casillas, tinta, personal, etc.
Para que dicho gasto le valga, tendría que salir a votar por lo menos 40 por ciento de la lista nominal, es decir, que si la consulta resulta ser un fracaso total, será una queja más que se quedará en el olvido.
En un país donde todos los días vemos cómo los delincuentes salen libres, ya sea un ratero de camión como uno de cuello blanco, es difícil creer que algo cambiará tan sólo con una consulta, como si después de emitir el voto, los robos, la casa blanca, los negocios con empresas de espionaje o construcción, las desapariciones se esclarecieran.
Esos recursos pueden servir para cosas urgentes en este país como el abastecimiento de medicamentos, insumos y aparatos de resonancia y quimioterapia que los niños con cáncer necesitan.
La consulta es innecesaria, primero porque en México lo que sobran es fiscalías para investigar a todo aquel que cometa un delito, las cuales, por supuesto, nunca encuentran pruebas suficientes para meterlos a la cárcel o recuperar el dinero.
¿Y adivina quién no vota? López Obrador, ya que de acuerdo a sus palabras, él mira para el futuro y no pretende sumarse al juicio público. En resumen, consulta o no, el perdón estará esperándolos a la vuelta de la esquina. Quizá con la intención expresa de que vean que es magnánimo y que no le interesa hacer justicia, sólo señalar y, como todo emperador, levantar el dedo para que sigan viviendo en la opulencia, por supuesto, cobijados por la Constitución.
¿Temerá que lo midan con la misma consulta en unos años?
¿Por qué digo esto? La Suprema Corte de Justicia ha dicho que la consulta viola los derechos humanos de los expresidentes, por lo que es inconstitucional y bajo esa premisa se defenderán, en caso -poco probable- de que fueran juzgados.
Uno de los enjuiciados, Vicente Fox, expresó en las redes: “¿También se enjuicia a los que ponen a sus hermanos a recibir dinero ilícito?”. Pero, “el comal le dijo a la olla”, ya que durante su gestión los escándalos por nepotismo lo pusieron bajo la lupa.
En México cualquier servidor público está en casa del jabonero “el que no cae resbala” y al parecer Pegasus vigila a todos, no sólo a periodistas o disidentes, es una bomba que todos se están pasando y que “casualmente” se destapa antes de la consulta, ¿para presionar a la gente sobre su voto?
En fin, ¿nos estamos pronunciando contra la impunidad, usted, yo, todos, somos el brazo ejecutor o quién será? ¿Si necesitamos una consulta es porque no tenemos instancias que puedan hacer justicia ahora? ¿La Suprema Corte de Justicia y la constitución están de adorno? ¿No faltaron presidentes? ¿A los muertos se les perdonan los crímenes, matanzas y saqueos? ¿Ahora todo se decidirá en las urnas? Hay más preguntas que respuestas. Esos 528 millones podrían haber comprado vacunas para los adolescentes y jóvenes. Son 528 millones hechos polvo, cenizas de impunidad y corrupción.
Como lamento que la lista fuera corta y se olvidaran nombres como Zedillo, De la Madrid, Echeverría, Díaz Ordaz, etc. etc. Supongo que es por caducidad y olvido, porque lo que sobra en este país es la desmemoria.
Noemí Muñoz Cantú
Directora de la Revista Ganando Espacios
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