El consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social de pronto se convirtió en el enemigo número uno del presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué?, es muy simple, su medición de la pobreza en los últimos dos años le ha pegado donde más le duele porque, al final de cuentas, el Coneval demostró que la pobreza creció mucho en este periodo.
Y podrán echarle la culpa al coronavirus y a todas las limitaciones que trajo aparejadas, como la inactividad o parálisis económica del país, pero lo cierto es que hay más pobres y esa es una realidad pesada que no se puede ocultar, por más que AMLO diga cínicamente que él tiene otros datos y descalifique el trabajo del Coneval y del Inegi.
El Coneval da a conocer los resultados de la medición multidimensional de la pobreza a nivel nacional y por entidad federativa, para 2018 y 2020, con base en los Lineamientos y criterios generales para la definición, identificación y medición de pobreza (Lineamientos 2018) y en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018 y 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según esas mediciones, el Estado de México acumuló un millón 306 mil personas más en pobreza y 618 mil personas más que no tienen ni para comer y en pobreza extrema, según el Coneval.
En lo que se refiere a población en pobreza, el organismo dio a conocer que, de 2018 a 2020, pasó de 7 millones 36 mil a 8 millones 342 mil personas, lo que representa un aumento de 18.6 por ciento.
El número de mexiquenses en pobreza extrema también se incrementó de manera significativa según el estudio, pues aumentó 78.9 por ciento al pasar de 4.7 a 8.2 por ciento, lo que significa que de 783 mil personas en estas condiciones que se registraban hasta antes de 2018, en 2020 el número llegó a un millón 401 mil.
La pobreza moderada también aumento en la entidad, ya que pasó de 37.1 a 40.7 por ciento, es decir, existen 688 mil mexiquenses más en estas condiciones.
El porcentaje de la población total en situación de pobreza extrema en el país aumentó de 7.0 a 8.5 por ciento entre 2018 y 2020, lo cual representa un aumento de 1.5 puntos porcentuales, cifra que en el Estado de México incrementó aún más, pues pasó de 4.7 a 8.2 por ciento, que significa un 3.5 por ciento.
A nivel nacional, en el mismo lapso, el porcentaje de la población en situación de pobreza aumentó de 41.9 a 43.9 por ciento, es decir el número de personas pasó de 51.9 a 55.7 millones de personas.
El ingreso corriente total per cápita disminuyó 6.9 por ciento. Esta reducción es producto de la caída de todas las fuentes de ingreso.
Durante este periodo, el porcentaje de la población en situación de pobreza en zonas rurales se mantuvo en niveles similares, al cambiar de 57.7 a 56.8; en contraste, en zonas urbanas este porcentaje aumentó al pasar de 36.8 a 40.1 en el mismo periodo.
En términos de carencias sociales, el mayor cambio es un aumento de 12.0 puntos porcentuales en la carencia por acceso a los servicios de salud, que pasó de 16.2 por ciento a 28.2. Otras carencias que aumentaron en menor medida son el rezago educativo con un incremento de 0.25 puntos porcentuales y la carencia por acceso a alimentación nutritiva y de calidad (0.31 puntos porcentuales).
En la presentación de sus resultados, el Coneval advierte que bajo el contexto de la contingencia sanitaria causada por Covid-19 y de la crisis económica derivada de las medidas tomadas para controlar su propagación, el objetivo principal de este informe no es calificar la efectividad de los programas, acciones e intervenciones gubernamentales, sino que permite identificar avances y retrocesos del desarrollo social y grupos de atención prioritarios para los tres órdenes de gobierno.
Frente a estas cifras, la frase “Primero los pobres” termina convertida en un doloroso slogan de campaña frío, impersonal, que nos trae a la mente lo poco que se ha hecho en favor de este sector de la población que aumenta cada día.
