El calendario electoral fija las actividades de los actores políticos, y como consecuencia, los partidos políticos afinan sus actividades para robustecer el trabajo de acercamiento a los ciudadanos para ganar simpatizantes, o en muchos de los casos, para recuperarlos.
La política es una de las actividades que no encuentra descanso. Las instituciones involucradas dan cuenta de ello, aunque en cierto tiempo, por cuestión natural, baja la intensidad, pero cuando se encuentra ese supuesto reposo, se empiezan a preparar las siguientes elecciones.
Recién finalizado el proceso electoral que tuvo su clímax el día 6 de junio pasado, se afilan las armas para la siguiente jornada. En el Estado de México lo serán las que corresponden a la elección de gobernador, en el caso de que no exista alguna reforma se llevarán a cabo para el 2023.
El Estado de México es sin duda una de las entidades que causa la mayor ambición porque genera una buena cantidad de votos. Con poco más de 12 millones del padrón que le corresponde, tomando en cuenta que fueron más de 6 millones los que salieron a emitir su sufragio. Nada despreciable para ninguno de los institutos políticos que se pelearán tal posición.
Anteriormente y de acuerdo al tiempo que falta para esa elección, únicamente se podía ver ciertos coqueteos de los posibles candidatos para ser tomados en cuenta por sus institutos, se dejaban ver con cierta discreción, pero con el suficiente descaro para no pasar desapercibidos. Pero lo que antes parecía normal, ahora no lo es.
Así lo dejó ver el Senador Higinio Martínez Miranda de Texcoco, quien ha hecho públicas sus aspiraciones para contender por su partido, Morena, a la gubernatura; pero también anunció que de no contar con el apoyo necesario, hay otras cartas que él apoyaría; como son la maestra Delfina Gómez Álvarez, actual Secretaria de Educación y ex candidata a la misma posición en las pasadas elecciones que perdió con Del Mazo, y Horacio Duarte Olivares, Administrador General de Aduanas.
Al parecer el Senador Higinio Martínez desea consolidar al grupo Texcoco; independientemente de que sea él el candidato, y de que la candidatura se obtenga por unidad o por encuestas.
Con tal pretensión, deja en claro el Senador que la ambición de Morena no es únicamente la de arrebatar al PRI su bastión, sino iniciar una nueva era con un nuevo grupo dominador, como lo ha hecho durante décadas el grupo Atlacomulco. El mensaje es claro, van por todo. Y ahora, arropados por el presidente sienten que cuentan con esa posibilidad.
De acuerdo a la conformación política del Estado, y de que no se perciben otros más fuertes aspirantes en Morena, no se ve lejana la posibilidad que pinta Martinez, pues al igual que la maestra Delfina y del propio Horacio, cualquiera de ellos pueden presentar serias posibilidades de lograrlo,
Aunque tal vez se deja a un lado un pequeño detalle, las cosas no las tienen como pueden imaginar o como se veían hasta antes del 6 de junio pasado, pues después de esa fecha la ciudadanía habló a través de su voto y los resultados no les dan todas las garantías que hubiesen deseado tener a estas alturas. El Estado de México ha determinado una conformación distinta y en este momento con la recuperación del PRI y del PAN la posible alianza se aprecia peligrosa.
Aunque a decir verdad, antes tendrían que acordar estos partidos junto con el PRD, que conformaron la alianza Va por el Estado de México, y que muchos consideran que fue la que los hizo recuperar posiciones, porque los ciudadanos apoyaron esa propuesta para evitar que Morena continuara en la vía en la que iba.
Es aquí en donde pueden darse las famosa guerras de vanidades. No se puede dejar de lado que el PAN cuenta con buenos cuadros, uno de ellos, que es el más representativo gracias a sus logros en la gobernación de su municipio Huixquilucan, es Enrique Vargas del Villar, sin embargo, no es el único; además habría que poner el trabajo de Vargas del Villar bajo la lupa, porque independientemente del buen trabajo en el ayuntamiento que nadie puede negar, el proceso en el que participo con su apoyo no dio los resultados esperados.
Por el otro lado está el PRI, que si bien ha recuperado muchas posiciones, también éstas pueden ser un espejismo, solo los votantes en su interior saben la verdad. Por lo que aún a pesar del éxito que pueden presumir ambos partidos, las cosas no están seguras.
En tanto el PRD lucha por su supervivencia, pero no se debe minimizar su participación, además que la lucha interna parece ceder un poco, pero tendrían que darse cuenta que es necesario reinventarse porque corren el peligro de desaparecer como partido político.
Precisamente el PRD tuvo una valiosa oportunidad con Juan Zepeda en las elecciones pasadas, quien levanto inesperadamente las preferencias en favor del partido del sol azteca, sin embargo, ahora ya pertenece a un partido diferente.
Lo interesante de todo es que la combinación de ideologías y propuestas parece poder darles la fuerza necesaria, tendrían que ponerse de acuerdo y eso no es nada fácil, la guerra de egos impone batallas interminables, pero no por eso dejan de tener esa luz democrática que debería imperar siempre.
Con el PRI no sería ni siquiera necesario buscar cuadros competitivos, los hay y hasta de sobra. como son los casos de Martha Hilda González Calderon, Alejandra del Moral, Ernesto Nemer, Elías Rescala Jiménez, entre otros, pero, ¿será capaz el PRI de medir las condiciones que hoy se les presentan?
La lectura de la forma en la que piensan los mexiquenses para inclinar la votación es interesante y deja una tarea intensa a la clase política mexiquense, no hay nada seguro, y menos por el momento que vive la entidad y el resto del país, son tiempos duros y complicados, por lo que serán valoradas las mejores propuestas encaminadas a recuperar el terreno perdido.