La tarde del 19 de agosto de este año, aproximadamente a las 17:50 horas, una unidad de la Guardia Nacional detuvo a la altura del municipio de Chiconcuac un vehículo modelo 2019, del que omitiré la marca y otro datos por razones obvias; una vez que los uniformados dialogaron con el conductor, le informaron que sus placas tenían reporte de robo, no así el vehículo, placas emitidas por el gobierno del Estado de México, lo sorprendente es que el vehículo fue adquirido nuevo en una agencia, las placas tramitadas directamente por la agencia.
Como era de esperarse el conductor fue remitido a la fiscalía en Texcoco, particularmente a la fiscalía para la atención de delitos de robo de vehículos, esto hasta que se aclarara la situación, primero la del chófer y posteriormente la de las placas y el automotor mismo. Lo relevante en esta primera parte de esta entrega, fue todo lo ocurrido durante la detención, las reflexiones vendrán en entregas posteriores.
Al parecer los datos del vehículo reportado como robado con las mismas placas de circulación no era muy claro, el reporte provenía de la Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados OCRA, una agencia que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para muchos, esto por la desorganización y falta de control en sus registros; señaló que no era tan claro, ya que el reporte arrojaba los datos del vehículo reportado como robado, pero sin el supuesto número de placas de circulación, aun así la fiscalía en Texcoco continuó con el protocolo, retener al conductor, tomar la declaración a los elementos de la Guardia Nacional como presentantes, ingresar a separos al chófer, esperar el momento para tomar la declaración por el imputado y aguardar la determinación de riesgo del Centro Estatal de Medidas Cautelares del Estado de México CEMECA para resolver sobre la procedencia de poner en libertad o no al conductor.
Ya en separos de la fiscalía el detenido vivió una realidad que pocos sabemos, en las fiscalías de justicia el Covid no existe, si acaso hay gel para las manos que les proveen una vez por día, se les proporciona un cubrebocas y en cada separo de a penas 3 x 3 metros aproximadamente, se dan hacinamientos de hasta 7 u 8 personas, la sana distancia allí no existe, ni los termómetros, mucho menos médicos que revisen a los detenidos, algo que seguramente ocurre de manera más dramática dentro de la población de los reclusorios.
La noche llegó, no se permite la entrada más que con la ropa que la persona lleva puesta, seguramente hará frío, pero no hay problema, adentro se proporcionan cobijas, los separos cuentan con ellas, lo malo de ello, es que seguramente jamás han sido lavadas, además de que huelen mal, no hay garantía de que el día anterior o unos días atrás, alguna persona contagiada de coronavirus u otra enfermedad de transmisión por simple contacto las haya usado.
CEMECA llegó, la entrevista se practicó a todos los detenidos, en el caso de mi personaje central, la determinación en la viabilidad de la libertad estaba lista la tarde del 20 de agosto, lo cierto es que está persona fue puesta en libertad hasta que se cumplieron las 48 horas de detención, esto es, aproximadamente las 18:00 horas del sábado 21 de agosto, dijeron en la fiscalía texcocana, por órdenes del secretario particular del fiscal que coordina estas fiscalías en la región a la que pertenece este municipio, la dilación innecesaria suena a que no se ofreció dinero para agilizar trámite, también hay que decirlo, tampoco se pidió de parte de las autoridades.
El contexto de lo ocurrido despierta varias preguntas y reflexiones, la primera, en el tema Derechos Humanos, ¿cómo es posible que esto tan simple ocurra prácticamente a la vista de todos’, ¿dónde está el gobierno del estado y su gobernador?, ¿dónde está el fiscal general?, pero sobre todo ¿dónde está la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en el Estado de México y sus visitadores? como ya lo dije en un adendum, seguramente viviendo de la abultada dieta que tienen, esa realidad tan indignante ellos no la conocen.
ADENDUM
- En lo económico el tema del transporte público se está volviendo un desastre, el pago de concesiones y todo lo que ello implica es impagable, a lo que hay que sumar el pago de bases en los municipios, algo que también ha alcanzado un monto exorbitante y ridiculo si consideramos la situación económica, a lo que hay que sumar la competencia desleal de empresas como Uber, Didi, etc, aquí la pregunta es qué están haciendo el Secretario de Movilidad del estado y los legisladores, la respuesta es tampoco nada, solo están preocupados por seguir en el cargo y cobrar su dieta más lo que pueda llegar por otras vías, de eso también hablaremos en futuras entregas, los temas se están acumulando.
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Abogado Postulante y Director de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.