En teoría la lucha sindical por la vía institucional o fuera de ella, debería garantizar la autonomía de estas organizaciones frente a la esfera gubernamental, debería permitir que los sindicatos con o sin permiso del gobierno, con su apoyo o sin el, buscarán el mejoramiento y defensa de los intereses de sus representados, pero eso sólo ocurre como lo hemos dicho al principio: en teoría, en la realidad los sindicatos independientes, democráticos o con la denominación romántica que les queramos poner, están esperando que sean los poderes institucionales los que les resuelvan su lucha, algo que es desde mi unto de vista contrario a su propia naturaleza.
Con bombo y platillo se anunció hace algunos días la presentación de una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, avalada, según los integrantes de la Comisión Legislativa del Trabajo, por todos los miembros de ésta, en la que fundamentalmente dicen buscan se establezca en la ley el goce proporcional de los beneficios contenidos en los Contratos Colectivos para los sindicatos minoritarios, dependiendo del porcentaje que representen de los trabajadores cubiertos por el contrato y que se garantice el cobro de las cuotas sindicales.
La iniciativa no sólo es discurso puro, sino que, tal vez sin cuando menos saberlo, factor de desactivación de la acción de los sindicatos minoritarios, que nuevamente en teoría, debieran ser los más combativos y aguerridos tanto en la esfera de la lucha jurídica, como en la esfera de la protesta social, pensarlo de otra forma es ilógico e imposible, de nada sirven los sindicatos independientes domesticados.
Desde el punto de vista de la teoría política, las reglas que operan en el desarrollo de la esfera pública deben ser aplicadas en el mundo de la cotidianidad privada, así es que si en el ámbito político el principio de representación proporcional existe, me parece que no hace falta que se exprese en la Ley Federal del Trabajo, lo indispensable es que se materialice.
En este sentido el pago de las cuotas sindicales nada tiene que ver con el Contrato Colectivo y por tanto con el hecho de que para su pago el Sindicato sea o no el mayoritario, esto en términos de la fracción XXII del artículo 132 de la legislación laboral, así es que la iniciativa presentada por los flamantes diputados miembros de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados Federal, no es sino un monumento a la hiperregulación que nunca ha servido de nada y una prueba del desconocimiento general de la clase política sobre el Derecho Social.
La crítica es más para los Sindicatos que para la clase política, no pueden esperar que el gobierno les resuelva la lucha por la que supuestamente existen; no se terminará con el charrismo y el oficialismo sindical con el apoyo gubernamental; se supone que existen como organizaciones porque sabiendo que la lucha será difícil, aun así tocarán las puertas y si no se abren las derribarán.
No hay que olvidar que esta lucha es en mucho es legal, no todo se resuelve gritando consignas, hay que exigir a las juntas y tribunales el cumplimiento de los derechos de sindicatos mayoritarios o minoritarios, no le están regalando nada a nadie, lo que tarden estas demandas. Si continúan buscando soluciones aparentemente fáciles y rápidas, creo que lo común será que estas organizaciones se hinquen al partido del gobierno en turno cada 6 años, como muchos sindicatos lo han hecho hasta ahora, principalmente en este gobierno.
ADENDUM
Una prueba de la falta de organización sindical, es el abandono del criterio que sostuvo por más de 25 años la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el que los Organismos Descentralizados debían regir sus relaciones laborales por el apartado A del artículo 123 Constitucional, para considerar que a partir de este momento, lo pueden hacer por el Apartado B del mismo artículo, una aberración jurídica y perdida de derechos de los trabajadores, de la que evidentemente hablaremos en la siguiente entrega.
En el contexto del aniversario luctuoso de Ernesto Guevara de la Serna, alías el “Che Guevara”, panistas y morenistas se enfrentaron en el pleno de la Cámara de Diputados, ambos sectores con el desconocimiento total de lo que defienden o cuestionan. Los panistas no conocen de fondo el pensamiento de Guevara que tanto critican y minimizan según ellos a tiranía y muerte, morenistas lo defienden solo por moda izquierdosa, en ambos casos como si las posturas políticas se dieran a partir de una decisión similar a la de irle a un equipo de futbol o a otro.
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Abogado Postulante y Director de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.
