¿Todos venimos a la vida con una misión especial o propósito? ¿O solo es algo que has escuchado por ahí para sentir que tu vida vale la pena, o mejor dicho, vale la alegría vivirla?
Es la típica pregunta que me encuentro con algunos de mis pacientes.
Mucha gente me pregunta ¿cuál es el propósito por el que están aquí, qué sentido tiene su vida?
Hay mucha gente que ha seguido todas las pautas que dicta la sociedad que hay que seguir: ha estudiado, ha trabajado, se ha casado, ha tenido hijos y se encuentran después sintiendo un vacío muy profundo, sintiendo que su vida no tiene sentido, no saben cuál es su propósito. O se han divorciado, o han perdido su trabajo y se dan cuenta que no saben qué hacen aquí ni cuál es el sentido de su existencia.
Todo el mundo tiene un propósito, estamos aquí para algo, y aunque todo el mundo tiene un propósito diferente, al mismo tiempo tenemos el mismo.
Todos somos seres espirituales viviendo una experiencia humana, tenemos una parte divina y hemos venido aquí y ahora a este planeta a expresar esa energía del cielo y bajarla, manifestarla a la tierra.
Hay gente que ha venido a ser jardinero, hay gente que ha venido a ser cocinero, hay gente que ha venido a ser madre.
Muchas veces la gente también me pregunta si están en su camino, y la realidad es que todo el mundo está en su camino. Lo que sucede es que muchos no se han dado cuenta que hemos venido aquí a expresar nuestra parte divina, porque no están conectados consigo mismos.
Parte del trabajo que hemos venido a hacer es caminar nuestro camino, pero necesitamos hacerlo desde la autorrealización, y para autorrealizarnos tenemos que estar conectados con nosotros mismos.
Tienes que comenzar a preguntarte, a interiorizar, y hacer un trabajo interno para encontrar este propósito. Conectar con nuestra parte divina y con nuestra esencia verdadera.
Muchas veces tenemos programas inconscientes familiares, culturales, religiosos, o incluso contratos y lealtades familiares que hacen que parezca que te desvías de tu camino. Sin embargo, siempre transitamos por nuestro camino, aunque a veces nos parezca que no, a veces tenemos la sensación de que no estamos viviendo nuestra propia vida, sino la vida del otro, de algún padre o de la pareja, por ejemplo. Pero la vida que vivimos es siempre nuestra. Lo que sucede es que quizá no eres consciente de todo lo que te está aportando ese momento, ni le ves un sentido.
Nos han enseñado a mirar hacia afuera en busca de las respuestas, a buscar a Dios afuera, a ir a la iglesia o a un templo, afuera, a darle mucha importancia a lo que piensan los demás y a desviar la atención siempre hacia afuera, así que cuando toca ir hacia adentro nos cuesta mucho trabajo encontrar quién habita ahí y encontrar esa conexión interna.
Si vivimos afuera continuamente no vamos a encontrar las respuestas, tienes que conectar hacia adentro, conectar con ese poder interno que cada uno tenemos.
Pero ¿cómo se logra esa conexión con uno mismo? ¿Cómo conectamos con esa divinidad interna para que nos guíe y nos resuelva la pregunta de qué hacemos en este mundo, para qué hemos venido, cuál es el sentido de todo esto, cuál es mi misión de vida?
Pues de varias maneras, una de ellas puede ser la meditación, y la meditación realmente tiene que ver con el silencio, otra puede ser a través de largas caminatas o simplemente tener el coraje, la humildad y la honestidad de encararte a ti mismo y hacerte las preguntas existenciales: ¿quién soy yo?, ¿qué es lo que realmente quiero? De mi vida, de un trabajo, de una relación. Y mientras más te hagas esas preguntas, y más te observes a ti mismo en tu día a día, las respuestas llegarán.
Mantener la intención de estar en nuestro centro es vital para poder entrar en un estado de meditación profunda.
Si estamos muy emocionales o muy mentales la respuesta tarda en llegar, o no llega, pero si estamos en un estado neutral será más fácil percibir esa información.
Meditación, centrarse y estar neutral para subir nuestra vibración, son claves para lograr la conexión con nuestra esencia y obtener las respuestas que necesitamos.
Marcela Hernández Montiel
Terapeuta Holística/Canalización con seres y guías espirituales /Sanación Akáshica / Limpieza de magias, corte de vínculos álmicos e integración de vidas pasadas /Limpiezas, chequeo y equilibrado energético /Extracción de implantes/Técnicas emocionales integrativas /Terapeuta Animal (Esencias florales de Bach, Elíxires Chamánicos y otras) /Fitoterapia, Péndulo y Radiestesia /Sanación Cuántica y Armonización /Tarot /Gemas y cristales.
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