Hace poco, las declaraciones del dirigente del PAN, Marko Cortés, durante un evento en el que se reunieron panistas el 25 de septiembre pasado, levantaron polémica entre propios y extraños, y los integrantes de la nueva coalición Va por México, conformada con el PRI y el PRD, que tan buenos resultados ofreció en su traje de oposición al gobierno federal el 6 de junio.
Sin embargo, el silencio es fiel cómplice de que en el partido azul no habrá cambio de dirigencia por el momento. Llama la atención está condición porque el próximo año habrá elecciones muy importantes.
La coalición demostró que puede ser el contrapeso que muchos ciudadanos anhelan para poder enfrentar al gobierno federal y la forma en la que lleva las riendas del país. En cualquier otro momento, lo que ha venido sucediendo, sería suficiente para que alguno de los partidos opositores tuviera la posibilidad de visualizarse como seria opción para la próxima jornada electoral.
¿Por qué no es así actualmente?
Existe una sencilla pero importante razón: el presidente Andrés López Obrador le tiene tomada la medida a sus opositores, si algo sabe hacer el originario de Macuspana, es mantenerlos calladitos y arrinconados, ya sea por amenaza o por conveniencia.
Gracias a lo anterior, la insistencia del presiente de mostrarse todos los días como un titán al que difícilmente se le puede ganar, ha cosechado en la mente de adversarios, prensa y ciudadanía en general, que eso es verdad.
No obstante, el ave se ha manchado constantemente con lo que se ha venido ventilando por actuar del gobierno federal. Con el descubrimiento de todo el lodazal, se puede avizorar que los que hoy gobiernan son iguales a los anteriores gobiernos, a los que señalan como corruptos.
Aunque en realidad, ninguna de las investigaciones que se ha realizado al gobierno actual y que ataja el presidente con su acostumbrada verborrea, ha logrado desmentir con pruebas, solo con su discurso, con señalamientos y acusaciones en contra del medio o del reportero.
Por lo mismo, frases pegajosas como: “no nos quieren”, “no quieren dejar de robar”, “el pueblo es sabio”, entre otras, le acompañan en su peregrinar para lograr lo que desea; pero no se descubre como una forma consiente de gobernar, con mecanismos, propuestas y políticas que hagan olvidar a los gobiernos que tanto criticó, para presentar lo que tanto juró que representaba su movimiento, un dechado de virtudes y remedio eficaz para hacer frente a los males del país.
Pero no lo ha logrado, es más, no ha conseguido avanzar en ninguna de las materias que prometió mejorar a su llegada al gobierno de México. Prometió transparencia como eje rector de su movimiento, y es lo que menos presenta. Ahora incluso, por medio de un decreto pretende oficializar la corrupción a niveles nunca antes vistos.
El “demócrata” López, ha insistido en acabar con las instituciones que tanto costó a los mexicanos construir, son el resultado de la lucha social; la Corte, el INAI, el INE, entre otras, son el orgullo de quienes soportan en una incipiente democracia la idea que deben ser orgullo nacional.
No es así, y es el propio presidente que se olvida que juró ante la bandera nacional respetar y hacer respetar la Constitución, el primero que la ha violado, varias veces, no importándole en lo más mínimo que se le reclame su proceder, porque es el poderoso, el sabio, el impoluto, nadie tendría porqué cuestionarlo.
Pero el presidente, no es lo que presume, no es ese personaje invencible que se ha empeñado en presumir. A la mitad de su sexenio, es natural descubrir que detrás de su proyecto no existe nada, no hay una depuración consiente para que el proyecto sea viable, los fracasos de todas sus promesas lo hacen evidente.
La desesperación se ha apoderado del tabasqueño, y una de las formas más burdas de demostrarlo, es obligar a sus incondicionales a echarse la culpa y defenderlo, lo hemos visto en innumerables ocasiones; la última, sí, la del propio secretario de la Defensa, el secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, que, si bien ha levantado polvo por sus declaraciones, también lo es que son muchos los integrantes del ejército nacional que no se encuentran contentos con el proceder de sus mandos.
Nunca antes al ejército se le había visto en condiciones tan ofensivas de sumisión ante sus agresores objeto de cualquier cantidad de injurias y golpes, no enfrentar a los delincuentes porque también ¿son pueblo?, existen cosas que difícilmente pueden pasar por alto, y hay un gran agravio que se ha profundizado con las declaraciones de Sandoval.
Además de las desafortunadas declaraciones que encendió las luces de alerta, en el marco de los festejos del día de la Revolución Mexicana, y después de haberse descubierto con una investigación de Latinus el embarradero de suciedad del que es señalado el principal constructor del gobierno; era cuestión de tiempo para que eso se descubriera, lo peor, es que tal descubrimiento no fue obra de investigaciones realizadas por las instancias encargadas para ello, sino de un medio de información, que termina por ser de los pocos contrapesos a la 4t.
No son diferentes, y si la coalición deja de lado su arrogancia y se somete a lo que el grueso de los ciudadanos demanda. Que se mantengan unidos y busquen refrescar con base en una elección verdaderamente democrática, candidatos, en donde participe activamente, entonces tendrán una seria oportunidad de arrebatar a López Obrador, pero si reina la mezquindad, tendrán mucho tiempo para lamentarse.