Los municipios y distritos del norte del Estado de México se han convertido en un “coco” para el PAN en la designación de candidatos. Ello por las diferencias entre el CEN blanquiazul, específicamente entre el ex líder nacional y precandidato Ricardo Anaya Cortés, con Diego Fernández de Cevallos. “El jefe” tiene una gran influencia en esta zona de la entidad pero lo bloquean.
Los alcaldes panistas de Soyaniquilpan, Jorge Espinosa, y la de Chapa de Mota, Leticia Zepeda, quieren reelegirse o ir por una diputación, ya sea local o federal, pero no recibirán recursos, por el contrario deben destinar de su bolsa a la campaña presidencial y a la propia. Buscarán el apoyo de Luis Felipe Bravo Mena, que ya es más moral que financiero o político. Todavía opina y se le toma en cuenta.
En Soyaniquilpan Mario Quintanar, es el más fuerte prospecto por el PRI. En Chapa de Mota por el PRI el ex presidente municipal Gerardo Ortiz quiere nuevamente. Es un empresario con mucho dinero, se dedica a la recolección de chatarra. En Acambay el PRI es poderoso. El hijo del diputado Miguel Sámano con la mayor presencia. El PAN ahí espera a los resentidos para “cacharlos” como candidatos, lo mismo que en Polotitlán.
En Jilotepec Pedro Pastor, quien ya fue perredista, busca ir con la alianza “Por México, al frente”. Curiosamente, Felipe Vega, de Nueva Alianza, asegura que no va por la reelección, quiere una diputación. Rogelio Maldonado se perfila por el PRI, es subsecretario de Educación y cercano al presidente Enrique Peña. Moisés Olguín el más fuerte por Morena.
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En el PRI, el distrito local de Atlacomulco tiene varios aspirantes: Ana Chimal, alcaldesa de la cabecera; Rigoberto del Mazo, presidente municipal de Temascalcingo, y se ha metido también Uriel Mejía Cárdenas, regidor de Jocotitlán, con el apoyo del grupo de Juan Pedro García, Más Fortalecimiento Político.
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