A partir del lunes siete de marzo en el Estado de México el semáforo epidemiológico cambió a verde, según lo dio a conocer el gobernador Alfredo del Mazo Maza, lo anterior, se apega al formalismo que se implementó para el tema de la pandemia; aunque la entidad mexiquense en su mayoría ya se encontraba en sus actividades para intentar regresar a la productividad.
Únicamente las escuelas mantenían especial atención para poder visualizar cualquier problema que se hubiera presentado; porque, debemos recordar que los menores no han sido prioridad en el caso de las vacunas anticovid para el gobierno federal.
Desafortunadamente no es una decisión aislada, son otras más que han afectado a los estudiantes y sus familias. Por ejemplo; la determinación de la cancelación del programa de Escuelas de Tiempo Completo por parte del gobierno lopezobradorista fue notificado a través de la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, lo que representa un duro golpe (otro más), a los padres de los menores porque contaban con un gran apoyo con ese espacio.
Ante tal decisión, varias voces se han pronunciado al respecto, manifestando su total desacuerdo, pero en voz del presidente Andrés López Obrador; aquello representaba “privilegios”.
¿Es en serio? ¿privilegios? ¿para quién? ¿para los padres de familia que tienen que trabajar incluso en dos jornadas para completar el gasto?
Con la decisión del gobierno de López Obrador, se lanza un infortunado mensaje, otro más; pareciera que la idea es la de cancelar cualquier posibilidad de progreso, de estabilidad, recuperación económica, o de bienestar que las familias mexicanas buscan con desesperación.
¿Son esas familias a las que no se quiere privilegiar? O ¿tal vez el problema son los menores? A estas alturas cualquier cosa puede ser. Si para uno de los funcionarios más importantes del gobierno federal no es indispensable vacunar a los menores porque científicamente no se ha comprobado que lo necesiten, entonces se puede aceptar que los padres de los menores con cáncer sean golpistas.
Para muchos mexicanos la niñez representa el futuro de México, aunque para el gobierno federal no sea así; todo lo van encaminando pensando en las próximas elecciones, no en las próximas generaciones.
Y es necesario reflexionar que quienes más padecieron los estragos de la pandemia fueron los menores en condición de aprendizaje. La época será marcada como de la generación que soportó una pandemia y a un gobierno indolente e indiferente con su futuro. Ese futuro que tendrán que buscarlo con el apoyo exclusivo de sus padres, con la esperanza que las cosas cambien con un nuevo gobierno.
Se ha dicho hasta el hartazgo, el mayor peligro al que habrá que enfrentarse en un futuro próximo, parte de lo que hoy se decide, y el mayor riesgo sin duda lo corren los infantes. Recibirán como herencia un país lleno de rencor, de miseria, de violencia e inseguridad.
Un razonamiento lógico para una administración que ha demostrado una y otra vez que la educación, la cultura, el arte y el deporte, no son temas que les preocupe para canalizar su atención, son todo lo contrario, a menos que se trate del béisbol.
Sin embargo, y pese al negro panorama que pinta la federación, es importante puntualizar que el Estado de México afortunadamente se desmarca de la determinación dictada por la titular de la Secretaria de Educación Pública, respecto de la suspensión del programa de las Escuelas de Tiempo Completo. No se trata de un desafío, sino de reconocer que se trata de un mecanismo que es verdaderamente útil y necesario.
Es terrible cómo se manipulan las cosas con la intención de no gastar dinero que ya se tenía previsto y que, bajo las circunstancias del regreso a las actividades económicas, las familias, y no son pocas, han visto reducir sus ingresos, ya sea porque conservaron el que tenían con menor salario, o porque emigraron al comercio informal, o porque sencillamente ya no alcanza con lo que ganan, por la inflación que se come cualquier salario.
Son los más pobres los que han padecido con un gobierno que llegó prometiendo que por el bien de México, primero los pobres, que como leyenda de propaganda se escucha muy bien, pero como proyecto decidido y determinado para llevarlo a cabo queda a deber, palabras, sólo fueron eso. Palabras.
Pero afortunadamente no en todas las entidades comulgan con tal decisión, y entre ellas afortunadamente se encuentra el Estado de México.
En el Estado de México, ha declarado el secretario de Educación Gerardo Monroy que la entidad continuará con recursos propios las escuelas de horario ampliado que brindan un gran apoyo a miles de familias. Los menores permanecen hasta las 16:00 horas y les dan de comer, además de ofrecerles clases extra de arte y cultura, recreación y desarrollo físico y el uso de tecnologías. Sin duda un gran acierto del gobierno estatal para los mexiquenses.
Las determinaciones locales son las que harán diferencia, ya lo había señalado en una entrega anterior, no queda de otra. Ya que el gobierno federal se encuentra viendo única y exclusivamente a sus programas, sus proyectos y a las próximas elecciones.
