“El objetivo de esta violencia es el control sobre la mujer” (Tajahuerce y Suárez)
La violencia vicaria no es un tema nuevo, pero sí ha tomado fuerza dentro de la agenda feminista debido a que lo han puesto sobre la mesa diversos grupos de madres mexicanas, en forma individual o colectiva, y retomado por varias legisladoras para frenar un tipo de violencia que siempre ha existido pero que no se ha podido castigar debido, entre otros factores, a que en la legislación penal mexicana no existe un artículo exprofeso que contemple esta conducta por lo que, además de la impunidad frente a los múltiples casos de violencia ya tipificada, se suma el hecho de que la violencia vicaria ni siquiera existe como delito en nuestro país.
El ”Frente Nacional contra la violencia vicaria” formado en agosto de 2021 que ya integra a más de 600 madres que están sufriendo desde hace tiempo este tipo de violencia y que, en un 97% tiene denuncias en su contra por parte de sus ex parejas basadas en acusaciones falsas, expusieron sus propias experiencias en el Foro Diálogos por la Infancia, organizado conjuntamente por las Comisiones de los Derechos de la Niñez y Adolescencia del Senado y Cámara de Diputados encabezadas por la senadora Josefina Vázquez Mota y la diputada federal Ana Lilia Herrera, en donde mostraron, además de su dolor personal, la otra cara de esta modalidad de violencia, que es el impacto psicológico y emocional que sufren los hijos cuando se les priva abruptamente, sin mayor explicación del vínculo filial materno, con el único fin de dañar a las madres, explicó Jennifer Seifert, cofundadora del Frente.
La violencia vicaria tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos, especialmente de sus hijas e hijos y, hasta ahora, cuenta con la complicidad de una sociedad que cuestiona permanentemente a las mujeres, que las priva de autoridad y pone en duda su palabra; en los colegios, entre las amistades o ante los juzgados se impone el imaginario del “buen padre” y la “mala madre” afirman Isabel Tajahuerce y Magdalena Suárez académicas españolas quienes aseguran que la violencia vicaria es la forma más cruel de violencia de género porque está encaminada a controlar, dañar o destruir a la mujer para siempre.
Cuando un hombre amenaza a una mujer con quitarle a sus hijas o hijos está dando signos claros de violencia vicaria; las amenazas a las mujeres con sus hijas o hijos deben hacer saltar todas las alarmas, sostienen las expertas. Y si bien la violencia vicaria no es exclusiva de una conducta machista, ya que se refiere a la sustitución o reemplazo de un individuo por otro en el ejercicio de una función o en la vivencia de una situación en donde el hijo o hija es utilizado de manera instrumental con el objetivo de dañar al auténtico objetivo de la violencia, que es la pareja y en donde la mayoría de los casos, es la mujer, también hay casos -en un menor porcentaje- en donde el victimario no es el hombre, explica el abogado Andric Núñez.
Las madres afectadas abundaron que cuando el victimario se aprovecha de la fragilidad de los menores y los usa como medio de coacción y control hacia la víctima adulta está ejerciendo también multiples formas de maltrato infantil que van desde la visualización y presenciación de agresiones hacia la víctima, -que en la mayoría de los casos es la madre-, hasta agresiones directas físicas o psicológicas, privación de necesidades básicas, abusos físicos o sexuales e, incluso llevarles a la muerte, en forma de homicidio o asesinato premeditado.
Por ello, ante la llamada de auxilio a las autoridades mexicanas para pedir una ley o una adición o reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, las legisladoras federales mexicanas con grupos defensores de los derechos de las mujeres analizaron “El impacto de la violencia vicaria en niñas, niños y adolescentes” para avanzar en la creación de una ley, una adición o reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que establezca normas de convivencia y, en su caso, castigo, encaminadas a evitar la manipulación, ocultamiento o sustracción de los menores de padres separados o divorciados que quedan desamparados enmedio de la disputa y el dolor .
@IrmaCruzE
Comunicóloga