Debanhi estudiaba Derecho. Tenía 18 años y sus padres, parientes y amigos dicen que era bonita, divertida, hogareña y muy sentimental. El 9 de abril todo cambió para ella y para su familia.
Un día antes fue a una fiesta con sus amigas Ivonne, Alejandra y Jessari, en la colonia Nueva Castilla del municipio de Escobedo, Nuevo León, de donde salió, dicen, a las 19:30 horas. Después de esa hora ya nada se supo de ella.
Sus padres aseguran que le rogaron que no fuera a esa fiesta, “porque hay una lista de 15 mujeres desaparecidas en Nuevo León”, según las redes sociales. La joven no escuchó y se fue a divertir.
Después de varios días de búsqueda, su cuerpo fue encontrado en la cisterna de un hotel.
La imagen de Debanhi parada en la carretera le ha dado la vuelta a todo el país y, literalmente al mundo, porque refleja un problema que ha ido creciendo y al que ningún gobierno le ha encontrado solución.
El tema de mujeres desaparecidas o asesinadas crece cada día y no hay forma de pararla. Muchas que han desaparecido, al paso del tiempo son encontradas muertas, pero de muchas más se desconoce su paradero. Es un problema que crece, sobre todo en el Estado de México.
Martha, Verónica, Jacqueline y Jenifer son algunas de las víctimas mortales que ha cobrado la violencia contra las mujeres en el Estado de México, pero es sólo una muestra mínima.
A pesar de figurar como el primer estado en declararse con Alerta por Violencia de Género desde el 31 de julio de 2015, la realidad es que el Estado de México sigue a la cabeza de los estados con mayor reporte de feminicidios en el país.
Según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la entidad concentró 14.8 por ciento de los feminicidios a nivel nacional durante 2021.
De los 966 casos registrados en la nación en ese año, 143 se reportaron en la entidad mexiquense. Le siguieron Veracruz con 69, Jalisco con 68, Nuevo León con 66 y la Ciudad de México con 65.
Claro, se puede alegar que en la entidad es donde más se registran este y otros delitos, porque es el estado que más población concentra. Si medimos los casos por cada 100 mil habitantes, el Estado de México no encabeza la lista. Pero eso no es justificación. No debe morir ni ser abusada ni una.
Todos los casos deben ser aclarados en el tiempo mínimo posible, porque resulta que muchas veces los agresores que están señalados siguen en la calle como si nada hubiera pasado.
Cada uno de los casos que se presenten debieran ser aclarados lo más pronto posible y los autores encarcelados, porque esa es la otra cara de la moneda: la impunidad reinante.
Para el presente año, los pronósticos no son nada halagüeños, porque tan sólo en el primer mes ya se registraron 14 casos de mujeres muertas y siguen aumentando conforme avanzan los días.
Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad federal dio a conocer algunas acciones que ha emprendido esa área como la capacitación a policías. La creación de un cuerpo especializado de atención, integrado por mujeres; vigilancia de aplicación de protocolos de actuación; creación de un gabinete de mujeres en la Secretaría, así como el uso de herramientas tecnológicas para la búsqueda de mujeres y niñas.
Sin duda este será un tema central en las inminentes campañas electorales del año próximo y seguramente le pegarán al partido en el poder.
El caso de Debanhi sólo nos hizo recordar la vulnerabilidad de las mujeres y la fragilidad de un sistema de seguridad prácticamente inexistente.
