El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, Coacalco vera nacer su primer refugio jardín para polinizadores público hecho por asociaciones civiles en coordinación con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Coordinación General de Conservación Ecológica (CGCE) de la Secretaría de Medio Ambiente del estado de México y la presidencia municipal a cargo del maestro David Sánchez Isidoro.
La meta es llevar a cabo un aporte para ver un Coacalco verde y coadyuvar a contrarrestar los efectos depredadores que los agroquímicos que están ocasionando contra los polinizadores como abejas, abejorros, mariposas, murciélagos, entre otros.
David Sánchez Isidoro nombró en la dirección de Medio Ambiente a un funcionario con alta sensibilidad ecológica, conocedor de la problemática ambiental y sus posibles soluciones y de gran apertura con las asociaciones civiles ecologistas.
Esa apertura ha sido un estímulo para construir iniciativas ciudadanas como es la próxima inauguración del jardín refugio de polinizadores en el que han trabajado día y noche con pala, pico y carretilla (más de 500 cernidas) las asociaciones civiles Fraternidad Naturista Ecologista de la Sierra de Guadalupe Mahatma Gandhi (Franature), Guardianes del Ehécatl y Sierra de Guadalupe y el colectivo Iniciativa Edomex-Siembra.
Ese día 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, será un día no sólo de corte de listón y colocación de la placa alusiva por WWF, sino también de fiesta ciudadana para disfrutar de una taquiza y productos del campo cosechados y elaborados por ellos mismos.
La boya, el salvavidas y el faro
A nivel mundial para el WWF, la ONU y organismos internacionales que luchan contra el cambio climático, un refugio jardín de polinizadores es como un salvavidas, boya o un faro ante una gran tormenta en el inmenso océano.
Ante la agresiva depredación de polinizadores que se están acabando por miles de millones como resultado del uso indiscriminado de agroquímicos, los humildes pero loables refugios jardines polinizadores son un salvavidas y la seguridad de que aunque no se ven en el marasmo mundial sí tienen gran aporte para la preservación de especies y alimentos de los que depende la humanidad.
Dichos refugios, reconocidos y documentador por organismos como WWF, la ONU, universidades y academias ambientalistas, serán reconocidos en un futuro cercano como los salvavidas que en el gran océano agrícola salvaron a la humanidad.
Quede, pues, en la memoria histórica para las próximas generaciones, dicho aporte y el esfuerzo espartano de sus creadores.
*Presidente de la ONG Franature
