Diablo: Hola, Simplicio.
Simplicio: Ay, Diablo Panzón, qué susto me diste, si no fuera por tu colota, hubiera pensado que eras Santa Claus o algún Gobernador de un Banco Central. ¿Te echaste unos kilitos ahora en vacaciones de Navidad, eh?
Diablo: ¡Con mi Tecnocracia no te metas! ... que buen trabajo me cuesta engordarla, digo, mantenerla. Los ciudadanos cada día se ponen más difíciles y protestan por todo lo que hacen de buena fe mis tecnócratas.
Simplicio: La Iglesia en manos de Lutero... el Diablo Panzón hablando de fe, ¿qué no te da vergüenza engordar cuando el pueblo está sufriendo porque no le alcanza ni para comer bien tres veces al día?
Diablo: Pues qué quieres, con tanta pastorela y luego esos buffet que sirven a todas horas en Las Vegas... y aquí con la tamaliza, el bacalao, la rosca de reyes con chocolatito y no acaba uno de saborear los buñuelos con miel de piloncillo , mmmm, ya me está dando hambre otra vez...
Simplicio: ¡Ya párale de contar y de pensar en comer! Que a mí también ya me están dando ganas de un recalentado... de todo.
Diablo: Querido Simplicio, tengo que poner el mal ejemplo, ¿qué no sabes que la Gula es uno de los siete pecados capitales? Además, el recalentado es mi especialidad, tengo Maestría de la Universidad del Inframundo.
Simplicio: Pues sí, Maestro Diablo, pero ya la gula sale cara y me da mucho coraje cómo suben los precios artificialmente en esta temporada.
Diablo: La ira es otro pecadote capital, Simplicio, cada día te tengo más cerca de mí.
Simplicio: Qué cerca ni qué tu abuela Coco, maldito Diablo. Esto es sana indignación.
Diablo: Entonces algo más te pasa, Simplicio, ya te pusiste rojo... de coraje.
Simplicio: Pues cómo no habría de estar encab.. enojado, ¿qué no ves cómo están aumentando diabólicamente los precios de todo, y las tarifas? Dios mío, ayúdanos...
Diablo: Yo no tengo nada que ver con estos fenómenos y ni pidas ayuda divina porque no hay poder en el cielo ni en la tierra que te libre de la cuesta normal de enero de cada año, Simplicio, no debe sorprenderte.
Simplicio: Ah, ¿no?
Diablo: Esos que tú exageradamente llamas aumentos diabólicos no son sino los “ajustes anuales técnicos por corrección inflacionaria”.
Simplicio: ¿Así es que le aumentan a la inflación por corrección inflacionaria? No entiendo ni madres...
Diablo: No seas vulgar, Simplicio, entiende, no aumentan la inflación, porque estos de enero son ajustes de precios y tarifas de una sola vez y la definición de Inflación es “el aumento sostenido de los precios”, ¿ves qué fácil?
Simplicio: Y, entonces, ¿por qué siguen subiendo los precios en febrero y todo el resto del año?
Diablo: Eso es por el libre mercado, la ley de la oferta y la demanda.
Simplicio: Pues vete al demonio tú y tus tecnosaurios tecnócratas con todo y tu libre mercado y la mentada ley de la oferta y la demanda.
Diablo: Está bien, cuando empiezas con tus insultos, se acabó el diálogo.
Simplicio: ¡Vete al infierno!
Diablo: Pues claro que me voy y con mucho gusto, porque allá abajo en el inframundo no hay protestas porque tenemos precios congelados, jajajajajaja.