Diablo: Hola, Simplicio, te noto preocupado.
Simplicio: ¡Y cómo no había de estarlo! ¡No puedo ni dormir!
Diablo: Pues, ¿qué te pasó?
Simplicio: Que ya me empezaron a llegar los cobros de las tarjetas del año pasado...
Diablo: Bueno, Simplicio, lo único que tienes que hacer es votar por ya sabes quién y te recargan la tarjeta rosa...
Simplicio: ¡No, Diablo idiota! Esa es nada más para mujeres y que no ganan ni el salario mínimo.
Diablo: Perdón, a ti te tocó la tarjeta de Con Todo, para varoncitos, ¿no te alcanzó para Todo?
Simplicio: ¡Para Nada! ¡Hijos de la..!
Diablo: Entonces, ¿de qué demonios hablas?
Simplicio: ¡Te hablo de las tarjetas bancarias!
Diablo: Ah, caray, ¿pos cuántas tienes, tú?
Simplicio: Nada más dos, una nacional y una internacional.
Diablo: ¿Y con qué bancos las tienes?
Simplicio: Pues con Bancousura Nacional de México y para los viajes internacionales, la de SanBasura Global Bank.
Diablo: Pero de qué te quejas, si ni saliste de vacaciones al exterior, ni siquiera quisiste acompañarme a Las Vegas en Navidad.
Simplicio: Pues sí, pero es que el maldito asesor del Banco me aconsejó en diciembre que metiera todo mi aguinaldo en Bitcoins, esa nueva moneda digital que estaba subiendo de valor como la espuma, y que firmara todos mis gastos y regalos con tarjeta porque así en este año con las ganancias podría pagar todo el saldo de la tarjeta y hasta me sobraría para reinvertir como el doble de mi aguinaldo original y además superar fácilmente la cuesta de enero, que hoy está peor por eso de la inflación acelerada y los aumentos de tarifas del sector público....
Diablo: Muy buen consejo, negocio redondo. Entonces, ¿cuál es el problema?
Simplicio: !Pos que el valor del maldito Bitcoin se desplomó a principios de este año¡
Diablo: Pues eso no es sorpresa, ya se veía venir...
Simplicio: ¿Y por qué no dijiste nada, maldito Diablo rojo?
Diablo: Mi querido Simplicio, eso te pasó por avaricioso. No acabas de entender que mi misión en el mundo no es predicar contra los pecados capitales sino, por el contrario, fomentarlos y para eso creamos los banqueros, incluso mucho antes de que surgiera el capitalismo hace apenas unos cuantos siglos.
Simplicio: Pero antes condenaba la Iglesia la usura.
Diablo: Bueno, eso se acabó, gracias a mí, que convencí al Papa Pío XII en 1942 que en vez de andar dependiendo de los banqueros, como los Pontífices del pasado con los Médicis y demás, creara su propio banco. Claro que no se dice que es un banco pero así opera aunque se le llame Instituto para las Obras de Religión, conocido popularmente como el Banco Vaticano. Claro que dice la leyenda negra que por ahí tienen también acciones de otros bancos laicos y que los padrecitos de pueblo hasta prestan directamente a los feligreses pobres, claro, con altos intereses.
Simplicio: Qué mal, Dios mío, ¿y de dónde sacan el capital para prestar?
Diablo: Pues de los ahorros de las limosnitas y “tarifas” que cobran por bautizos y demás sacramentos, aunque lo que más les deja -aunque no es sacramento- son Los Quince Años, donde te venden hasta las flores y te cobran hasta la alfombra roja.
Simplicio: Pobres feligreses, Dios mío, el mundo está al revés.
Diablo: Aunque los Quince Años no son sacramento todavía, en México son tan importantes que hasta el Gobierno busca meterse en el asunto, como algunos ingeniosos gobernadores que apadrinan a quinceañeras y se las llevan al baile, digo, les pagan la fiesta de Quince Años. Recuerdo una magnífica reseña de la estupenda periodista Alejandra Gudiño, de un suceso destacado de este tipo hace un tiempo.
Simplicio: Sí, yo también la leí, una joya de literatura social mejor que las crónicas de sociedad del Maestro Salvador Novo, ¿lo que no supe es de dónde sacan el dinero y si también les ayudaban con los gastos de la iglesia?
Diablo: Ay, Simplicio, ¿pues de dónde crees? De tus impuestos. Aunque los templos construidos antes del reconocimiento de las iglesias por Salinas en 1992 son propiedad de la nación no creo que los gobernantes les paguen a las quinceañeras la ceremonia religiosa. En México todavía dicen que hay, gracias a mí, un Estado laico, pero cada día menos, desgraciadamente, por culpa de los traidores al juarismo liberal reconvertidos en neoliberales tecnócratas junto con esa bola de mochos y meones de agua bendita que nos gobiernan, como les dice el ¿todavía? panista Germán Martínez.
Simplicio: ¡El mundo patas arriba! Todo esto es culpa tuya.
Diablo: ¿Y Yo por qué?
Simplicio: Por cáb...ula, te la pasas engañando y haciéndonos caer en trampas.
Diablo: Bueno, mi Simple, la vanidad no tiene límite y yo no tengo la culpa de las debilidades humanas y menos de las tuyas. Quién te manda andar de avaricioso creyéndole a los banqueros...¿Qué no has visto la serie de televisión de Los Médicis? Para que aprendas de la historia, fíjate que esa familia de banqueros hasta tuvieron dos Papas, Clemente VII y León X, ¿cómo ves?
Simplicio: Mal, pues no veo nada, me cancelaron la TV por cable por falta de pago.
Diablo: Diantres...ya pareces miembro del Gabinete político.
Simplicio: Y ahora, ¿qué voy a hacer? También me cortaron la electricidad y encima este año viene un cobro por un nuevo medidor carísimo. No alcanza para la gasolina y el gas es un lujo de tecnócratas. Ya vienen los Quince Años de mi hijita y ¿cómo le voy a hacer su fiesta? No puedo ni dormir bien pensando en eso.
Diablo: Sabes qué, Simplicio, te voy a dar un consejito gratis...
Simplicio: ¿Gratis?
Diablo: Bueno, a cambio de tu alma.
Simplicio: Bueno, todo sea por la familia...
Diablo: Mira... Tú sigue firmando todo lo que te acepten con tus tarjetas, la comida en el Súper, vende tu casa y tu carro y renta uno y llena los tanques en la gasolinera con tu tarjeta, paga los gastos de la fiesta de Quince Años de tu hija y hasta la ceremonia religiosa (creo que los curas ya aceptan tarjeta hasta para cumplir con el diezmo), regálale un viaje por el mundo con visita hasta al Vaticano y todo pagado, en fin, firma todo lo que puedas, y cuando te amenacen con cancelarte las tarjetas le hablas por teléfono a tus banqueros y les dices que no tienes para pagarles mas que los Bitcoins y entonces los que no podrán dormir serán ellos, jajajajajaja.
Simplicio: Creo que voy a tener que hacer la llamada por teléfono público...porque me cancelaron el servicio telefónico de mi casa.
Diablo: Ya ni hay de esos, mi Simple, pero simplemente renta un celular con tu tarjeta y...a dormir bien.
(Enero-2018)