No siempre los grandes revolucionarios fueron vegetarianos o naturistas. Fidel Castro no lo fue, le gustaba el desvelo en amena plática con personajes mundiales con quienes degustaba un lechoncito. Tolstoi y Mahatma Gandhi, por poner un par de ejemplos sí lo fueron al igual que grandes literatos y pensadores de la antigüedad.
El caso del presidente Andrés Manuel López Obrador es sui generis. El ejemplo que está dando a sus gobernados sobre su salud, con una ingesta de un coctel de medicinas alopáticas, es de gran fatalidad para la Cuarta Transformación (4T), pues como su líder máximo y primer ejecutivo de la nación ha tratado de combatir los grandes monopolios, uno de ellos, el de las súper poderosas farmacéuticas.
Hay dos tipos de salud, de acuerdo con la teoría del doctor Julián Navarro Richardson, quien fuera uno de los más reconocidos naturópatas de los años 70, 80 y 90 del siglo pasado y asesor de la extinta Biblioteca Natura, de Editorial Posada.
En su libro Naturismo, un sistema de vida, cita que la salud artificial es aquella que se sustenta con medicamentos, drogas, paliativos o sea con puntales que no van al origen de la enfermedad sino que atacan sólo los síntomas.
Refiere que “la salud natural es aquella que consiste en un sistema para preservar y restaurar la salud por medios correspondientes a la naturaleza, los mismos que sostienen la vida. Es decir, los agentes naturales que mantienen la salud son precisamente los mismos que, aplicados al organismo enfermo, le hacen recuperar su salud quebrantada. Es un sistema que una vez que ha restaurado la salud del enfermo, le enseña al mismo tiempo cómo permanecer sano y saludable.”
“El naturismo no es una colección de remedios, ni un sistema de curandería ni de paliativos engañosos. No es un mecanismo que se pone en práctica cuando se está enfermo y se abandona cuando se está sano: es un modo de vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza y es tan vitalmente importante tanto para el sano como para el enfermo. Estudia y propone la relación con la naturaleza en todos los actos de nuestra vida, oponiéndose a toda situación artificial. La cirugía reconstructiva es la única medida no natural que aprueba.”
En cuanto a su cuestionamiento a los monopolios farmacéuticos, el doctor Navarro Richardson cita en su obra: “El sistema gigantesco de paliativos espectaculares que constituye la medicina sintomática (alopática) descansa en dos grandes pilares: los intereses creados y la fuerza de la tradición. Estos dos pilares no tienen como fundamento principios avalados por leyes de la naturaleza y no son, por lo tanto, inconmovibles; antes bien descansan sobre arena movediza.”
Para todos aquellos que gustan conocer de los avances y hechos del sector salud, y para el presidente de México debiera ser también obligado, saber de la existencia de información y documentales que en la actualidad se han vertido en medios de comunicación, revistas científicas y videos sobre el valor de los capilares, las venas más pequeñas del sistema circulatorios donde está la clave de una perfecta salud y la clave de la “eterna juventud”.
El universalmente reconocido premio Nobel de Química (1954) y Nobel de la Paz (1962), Linus Pauling, descubrió la importancia de los cítricos y su alto valor en vitamina C para evitar enfermedades degenerativas y mantener una salud óptica durante un largo periodo de vida.
Denunció muchas trampas del sector farmacéutico y médico (que ahora ignoran o callan reporteras o reporteros mediocres que cubren el sector salud, seducidos con viajes todo pagado por las farmacéuticas que los hipnotizan y amordazan). Por ejemplo, creó una gran polémica cuando denunció en artículos científicos que las cápsulas de vitamina E “no servían para nada” y que los grandes laboratorios mantenían dosis ínfimas porque de no hacerlo no habría negocio para ellos.
Linus Pauling aseguraba en sus conferencias que “si no llego a los 100 años es porque empecé a tomar la mega dosis de vitamina (natural) a los 65, cuando mi cuerpo ya estaba envejecido”.
Decía que la vejez empieza con el nacimiento pero que la edad de 35 años es la clave para que se acelere, y es cuando debemos empezar a llevar una vida disciplinada en la alimentación para contrarrestar la vejez prematura que se puede acentuar con malos hábitos.
Las súper poderosas farmacéuticas seguramente estarán de plácemes al saber que públicamente el presidente de México ha declarado que diario toma un coctel de medicamentos alopáticos que lo mantiene “sano”, publicidad que en voz de un presidente vale muchísimo más que cualquier tiempo pagado en horas de alto rating en medios electrónicos.
*Presidente de la ONG Franature.