Las diferencias en los sistemas electorales norteamericano y mexicano son abismales, por ello resulta complejo comprender con facilidad el porqué los resultados electorales de Estados Unidos tardarán incluso semanas para tenerse con claridad.
El voto por correo postal es una de las grandes fortalezas del sistema electoral norteamericano y, a la vez, uno de los puntos que genera mayor dilación en los resultados. Las elecciones 2022, vienen con el inmediato antecedente de la muy cuestionada elección Presidencial de Estados Unidos de América del año 2020, recordemos que Donald Trump no reconoció los resultados de la elección, alegó fraude y como consecuencia, sus seguidores realizaron el “asalto al Capitolio” el 6 de enero de 2021. Dicho acontecimiento dio origen al juicio político en contra de Donald Trump en el Senado, cuya gran influencia republicana, logró la absolución del expresidente a quien se le acusó de instigar el asalto al Capitolio.
Las heridas del sistema democrático norteamericano no han sanado y el electorado se cuestiona sobre la gran fragilidad de la democracia.
De ahí viene el primer gran tema de las campañas norteamericanas, posicionado por el partido del Presidente Biden y del ex Presidente Barac Obama, el Partido Demócrata. Otro tema importante de la agenda demócrata fue el derecho universal al aborto, que fue revocado a nivel nacional por la Suprema Corte Norteamericana con amplia mayoría conservadora -afín a los republicanos- y cuya regulación quedó a discreción de cada uno de los Estados de la Unión Americana.
Por su parte, el Partido Republicano contando con el activismo de Donald Trump culpaba al Presidente Biden por la inflación, posicionando ante el electorado el mensaje “No tienes que pagar el precio de la inflación Biden”. El complejo escenario económico, la inflación provocada en buena parte por la Guerra de Rusia contra Ucrania y los efectos de la pandemia, han puesto en jaque a la gestión del Partido Demócrata.
Los grandes temas: la fragilidad de la democracia y la inflación ligada con la crisis económica; fueron los principales motores de los partidos Demócrata y Republicano, en búsqueda de la mayoría en la Cámara de Representantes, cuya totalidad de escaños están en juego, en contraparte la Cámara de Senadores se renueva únicamente un tercio de sus escaños -la renovación es escalonada-, es decir, se renuevan 34 espacios de la Cámara de Senadores. Los Republicanos buscan subir cinco escaños en la Cámara de Representantes para alcanzar la mayoría simple; mientras que en la actual conformación del Senado hay igual número de integrantes de los Republicanos que de los Demócratas, por lo que la Vicepresidenta Kamala Harris ha fungido como el fiel de la balanza para la mayoría demócrata, al contar con voto de calidad. En el Senado, los Republicanos buscan lograr un escaños más a los que tienen en la actualidad para conseguir la mayoría.
Difícil tarea tendrá el Presidente Biden en la segunda mitad de su gestión si pierde la mayoría en alguna de las Cámaras, particularmente en el Senado, cuya mayoría es necesaria para nombrar jueces y tratar de contrarrestar la actual mayoría conservadora.
Algunos datos relevantes de la elección fueron, como lo comentamos, el gran activismo del ex Presidente Donald Trump y el respaldo que le brindó a sus candidatos, quienes se convirtieron en replicadores de los mensajes trumpistas, más allá del tradicional discurso republicano.
Con los resultados de la contienda resalta el nombre del Gobernador de Florida, Ron De Santis, quien pretende contender en contra de Trump por la postulación Republicana en 2024.
El Partido Demócrata, aún sin una clara definición sobre si el Presidente Biden decide competir por la reelección en 2024 o abre el camino a nuevas figuras.
La crisis económica y fragilidad de la democracia, son los grandes temas de la agenda norteamericana, pero también serán los mensajes principales de las próximas campañas políticas en México.
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