Hablar sobre los números y datos de elecciones pasadas puede parecer un esfuerzo poco útil, ya que la mayoría sostiene que una jornada de este tipo nunca se parece a otra; cada una tiene sus propias características y es cierto, pero tampoco se pueden dejar de lado aspectos que resultan interesantes y siempre son un referente.
En la elección de este 2018, se van a disputar todos los puestos de elección popular a excepción de la gubernatura que se jugó el año pasado. Esto parece suficiente para sostener que no será igual. Además de que la elección de presidente de la nación y la de presidente municipal serán las que se tomarán como referente.
De acuerdo a la consultora política encabezada por Carlos Lorenzana, es necesario observar aspectos ocurridos hace apenas unos meses atrás, cuando se jugaban cosas relevantes, como la supremacía del Partido Revolucionario Institucional en el estado, del Presidente de la República.
Se hablaba de la viabilidad de una izquierda unida contra el sistema, que ahora notamos con la unión entre el PAN y el PRD. Se notaba, tal como ahora, un discurso antisistema, de enojo y hartazgo. Era el triunfo entre una dinastía Del Mazo o una profesora poco conocida de Texcoco.
Al final todos conocemos el resultado, pero es interesante apuntar lo que dejó esa elección realizada hace apenas 241 días; detalles que quedan para la anécdota y otros que son un referente.
Como olvidar al secretario del gabinete federal que no pudo votar porque no encontraba su credencial de elector y luego resultó que no estaba actualizada. Un exsecretario del gabinete de Eruviel Avila que perdió su registro como candidato independiente y salió de la contienda por la puerta de atrás.
Mientras, una candidata independiente que conseguía, increíblemente, todas las firmas, pero que no ofreció nada nuevo. También quedó una sensación de poca transparencia en los resultados, con rebase de topes de campaña entre otros aspectos.
Las cifras:
El llamado voto “millenial” se dividió en un 32% para Delfina, un 29% para Del Mazo, un 20% para Zepeda y tan solo un 11% para Josefina. Una elección antes, en la que resulta ganador Eruviel Avila, el posicionamiento del PRI antes del proceso electoral era del 30% arriba, no hizo mucho para ganar. La situación en la pasada jornada electoral fue todo lo contrario y empezaron con un empate técnico.
En cuanto al abstencionismo, el promedio en el Estado de México en las últimas cuatro elecciones es del 51%. En el 2011 se ubicó en el 56.6%, aunque en la del año pasado bajó al 48%.
Otro dato que llama la atención, es que mientras en el 2011, el 65% de las mujeres votaba por el PRI, un altísimo 67% de los jóvenes hacía lo mismo; llama la atención que el año pasado solo 29% de los jóvenes prefirió al PRI. A menor escolaridad, mayor voto para el PRI, en este renglón, la votación fue del 70%.
Para el PRI las cosas han ido de un elevado 48% de las preferencias con Enrique Peña en el 2005, a un 62% con Eruviel Avila y bajar a un dramático 34% con Del Mazo. Morena en su primera elección alcanzó el 31%. Y el PRD tuvo la votación más baja de los últimos 18 años.
La del 2011, fue la elección más cerrada en la historia del Estado de México, con un tres por ciento de diferencia, en otro momento la de Montiel alcanzó el 7%.
Esto dejó la elección de hace siete meses. ¿Cuánto va a cambiar? ¿Qué tan diferente será?
