Una cumbre a la mexicana

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Publicado en Opinión

Una cumbre a la mexicana

Domingo, 15 Enero 2023 01:00 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Si existe una de tantas cosas que el presidente Andrés López Obrador ha dejado en claro a lo largo de sus cuatro años de gobierno, es el desinterés que le ha causado la política exterior, por lo tanto; la diplomacia, pues simplemente no se le da, pero tampoco permite que se le auxilie, porque hay quien pueda orientarlo para presentar un discreto, seguro y acertado desempeño, particularmente en la cumbre que tuvo lugar en México con los representantes de Estados Unidos y de Canadá.

Los mensajes que cada uno ofreció fueron tan distintos, como distinta es la visión que cada quien percibe de su entorno, de sus intereses y del motivo por el que se reunieron, pero parece que únicamente Joe Biden y Justin Trudeau lo conocen, las declaraciones despistadas del presidente mexicano evidencian que no sabe cómo comportarse y lo peor, parece que no dimensiona la importancia que representa el tratado de libre comercio que sostiene México con aquellos.

Pero por otro lado puede ser un asunto más que medido, provocado, en el sentido de que el presidente mexicano es renuente a la transparencia para con sus ciudadanos, y al evitar que sus pares respondieran preguntas de los reporteros para informar los acuerdos alcanzados, deja la sensación, al menos esa parece su intención, que era preferible no darlos a conocer. ¿Por qué?

Pero el asunto no se trata de quién es López Obrador, para Biden y Trudeau queda claro que es con el país con el que se tiene un compromiso, el tabasqueño es tan solo su representante temporal, no es eterno en su posición, y no puede ser el único con el que se logre alcanzar el objetivo que se busca en las reuniones por los intereses que deben compartir como socios.

Por el momento, López Obrador es al que le corresponde atender el tema de la relación que México tiene con los vecinos del norte, que, de hecho, va mucho más allá de la que pudiera considerar el mandatario mexicano, ya sea por su deslumbrante personalidad, o porque es el mandatario más querido por su pueblo, o incluso, porque sea el segundo presidente más popular del mundo.

Muy lejos están sus conjeturas de la importancia que tiene el país por su ubicación geográfica y en el contexto internacional, que, con base en años de trabajo diplomático y de buenas relaciones se ha ganado en el mundo, pues existen negocios, tratados, intercambio cultural, etcétera, que no pueden sujetarse al compromiso de un solo personaje.

Que sea considerada la 15ª economía del mundo así lo determina, algún día López Obrador tendrá que dejar su lugar, pero México y los mexicanos tendrán que continuar integrándose a la globalidad, y es precisamente lo que debería aprovecharse con tan excelentes socios, y su relación, de la que más de una nación estaría feliz de formar parte. El impulso de crecimiento del norte de América lo delimitan las tres naciones que guardan un intenso intercambio comercial desde hace ya varios años.

Por otro lado, el interés del pueblo azteca por las buenas relaciones con sus socios, y particularmente con Estados Unidos, motivan a la reflexión por los mexicanos que viven ahí, de quienes se recibe una gran cantidad de remesas que han significado que fluya la economía hoy raquítica del país, debido a la poca activad en inversión por causa de la política emprendida, desafortunadamente, por el gobierno lopezobradorista.

No puede ser ningún secreto que, desde su llegada al gobierno federal, ha minado las relaciones que hasta antes de ese momento se fortalecían y mejoraban, pero casi de inmediato surgieron los desencuentros y las molestias que empezaron a reportar las empresas resguardadas en territorio nacional por el trato discrecional del gobierno mexicano a través de las empresas productivas del Estado CFE y PEMEX, por ejemplo, hoy reducidas a parecer más una carga.

Con Canadá el desencuentro con las gaseras hizo que se tuviera que llegar a un acuerdo para reestructurar la deuda, que, sin embargo, salió el gobierno federal a celebrar como un triunfo, nada peor que tratar de engañar con el cuento de que se ganó y se va a terminar pagando menos, al igual que lo celebró recientemente López Obrador con parte de la deuda externa, que aseguró incluso que el próximo gobierno no tendría problemas, ¡sí! ¿Cómo no?

La cumbre seguramente dejó acuerdos importantes para los líderes de E.E.U.U. y Canadá y que tendrán que informar a sus gobiernos, pero también saben que en México hay un presidente con el que no van a lograr mucho, falta aún saber cuál es el estado en el que se encuentran los litigios que iniciaron con motivo de los arrebatos del presidente mexicano.

La visión entre unos y otro se encuentra tan alejada que no se ve en donde puedan coincidir, mientras López les pide a sus invitados aterrizar en el Aeropuerto Felipe Ángeles para presumir que se trata de un aeropuerto internacional, y que según dijo, fue elogiado por el presidente de Estados Unidos, se queda con la palmada en la espalda, mientras existen otros temas que son de mayor interés e importancia.

Por cierto, que hayan aterrizado en ese aeropuerto no quiere decir que en automático se recupere la calificación o que ya será utilizado por todas las aerolíneas para darle mayor actividad. No puede cambiar su existencia, ese aeropuerto no tiene forma de mejorar su estrategia o movilidad, para eso, hace falta mucho más que unos baños de los que tanto se presume, pero que carecen de agua.

Ha sido un desperdicio para México el encuentro en el que pudo haber mejores cosas, proyectos, inversión, compromiso. No, López empeñado en su posición bolivariana, de la que México muy poco tiene que ver, pues Simón Bolívar no es un referente reconocido en tierra azteca como promotor de la unidad de Latinoamérica, y sí lo son otros que normalmente deja fuera de sus referencias.

En los mensajes que cada uno ofreció se puede distinguir quien sí se encuentra en lo suyo y quien divaga, a López se le ve fuera de lugar y, peor, incomoda a sus invitados, hacer uso del micrófono por tanto tiempo resta interés y diplomacia, se puede descubrir el fastidio que esto provocó a los invitados, pero no porque los mexicanos estemos acostumbrados a eso, es normal.

Finalmente, para saber cuáles fueron los verdaderos acuerdos, tendremos que esperar a conocer lo que los invitados reporten en sus gobiernos, para que la prensa de sus países lo comuniquen y así poder conocerlo, porque el mandatario azteca, acostumbra a tergiversarlo todo.

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio