El gobierno federal enfrenta una nueva crisis ocasionada por su falta de capacidad para gobernar. Desde el inicio del sexenio del presidente Andrés López Obrador, México ha visto lo peor de las tragedias, parece que su tan manoseado lema de “no somos iguales” va encaminado a vencer a los anteriores gobiernos en todo lo malo y, realmente si es ese el fin, desgraciadamente para el pueblo, va de gane.
No puede olvidarse que al inicio de la administración Obradorista hubo desabasto de combustible ocasionado por el propio gobierno, lo que orilló a la sociedad mexicana a buscar solución para moverse y trasladar mercancías; fueron los pequeños y medianos empresarios que más padecieron las cuantiosas pérdidas. Nadie los apoyó.
Era el inicio de un sexenio que avisaba, sería tormentoso, las malas decisiones se fueron sucediendo una tras otra, y con desagrado, gran parte de la ciudadanía, particularmente la que paga religiosamente sus impuestos, empezó a ser testigo de decisiones que no llevarían a buen puerto.
A pesar de las señales contundentes que envió la nueva administración, como las de la cancelación del aeropuerto que se construía en Texcoco, o el desabasto de combustible, muchos defendieron con exagerado ímpetu esas determinaciones, o tal vez, defendieron su voto; nadie, en su sano juicio, va a aceptar de inmediato que se equivocó.
Qué lejos estaban en descubrir la verdadera cara de aquello que se la ha insistido en llamar la 4t, pues, inocentes, cayeron en la sarta de mentiras. Pero, a pesar de haber transcurrido cuatro años de gobierno, son pocos los que aceptan la verdad, mientras que otros, aunque ésta tuviera manos y los abofeteara, seguirían negándola.
Haciendo oídos sordos a la queja que expresaban quienes iban sumándose a los miles de afectados, una gran mayoría pensaba que, en efecto, se estaba combatiendo el huachicol y la corrupción, por lo que orgullosos, decían que no importaba el amargo momento que se estaba pasando, total, valdría la pena, y lo hacían por su país, entonces ¿qué sucedió? ¿Se acabó el huachicol? ¿Se acabó la corrupción?
La candidez trae desgracias, no existe forma en la que se pueda convencer a quien ya decidió que, por encima de todas las pruebas, existe una única verdad que sale de la boca de su líder absoluto, sin cuestionar nada.
Como consecuencia del desabasto de combustibles, Tlahuelilpan mostró una de las más horrorosas tragedias que se hayan visto en México, y peor aún, la primera de otras que vendrían después, al explotar uno de los ductos que había sido “pinchado” por verdaderos huachicoleros, sin embargo, en ese momento la gasolina escaseaba y se volvía tan valiosa como el oro, por lo que fueron los pobladores que aprovecharon el momento que se les presentó para llevarse una cuantas cubetas con el preciado líquido, el resultado, ya todo el mundo lo conoce, fueron 137 personas que perdieron la vida en un infierno que se generó en ese lugar del estado de Hidalgo.
A pesar de ello, no hubo renuncias importantes como se hubiera esperado que habría, o grandes manifestaciones en contra del gobierno federal, aunque es obvio que la política en materia de los combustibles se decidió, al parecer, sobre las rodillas, y ésta fue la causa de esa tragedia, mientras buques cargados de combustible permanecían varados en el golfo de México.
Llegó el fin del 2019 y con él, el anuncio de una pandemia originada en China, fueron varios países se preparaban tras el anuncio que emitió la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su director General Tedros Adhanom Ghebreyesus, de la terrible noticia, pues se trataba de una pandemia que mataría a millones y los pueblos deberían prepararse, no se creyó, varios países, incluyendo México, cuyos gobernantes hablaban de la raza de bronce inmune a todo mal, no le dieron la importancia debida, el resultado fue catastrófico, en el país azteca más de 700 mil muertos sentencian la desobediencia.
Aún a pesar de la llegada de la enfermedad, el crimen organizado no descansó ni por casualidad, se sumaron miles de muertos víctimas de enfrentamientos por la disputa de extensos territorios para ser controlados por los diferentes cárteles. Guacamaya leaks reportó que un documento del ejército acepta que el 72% del territorio nacional está controlado por el crimen organizado, aunque el presidente lo niegue siempre que se le pregunta al respecto.
Otra de las decisiones más dolorosas, fue la de quitarle dinero a todo ente gubernamental, son muchas las áreas que trabajan en los puros huesos, irremediablemente llegaron con prisa los problemas por falta de mantenimiento. Diversos fueron los problemas que se les presentaron, pero sin duda, uno de los más sensibles fue el que arrojó la línea 12 del metro de la Ciudad de México, la dorada, 26 víctimas fallecieron, otras más vieron su vida transformarse de pronto; hospitales, medicamentos y doctores, empezaban a ser cosa cotidiana para ellos, además del olvido del gobierno.
Éstas y otras tragedias han sido ocasionadas por la política gubernamental, es decisión del presidente la forma en la que se distribuyen los recursos. Ahorrar es igual a quitarles lo necesario para subsistir. Seguridad y Salud son de las más afectadas, entonces no es casualidad que el Instituto Nacional de Migración haya sufrido serios recortes, pero aún más, la aceptación de recibir de Estados Unidos a 30 mil indocumentados al mes pone en jaque la capacidad para ocuparse de ellos; así, sin prepararse para atender a esos seres humanos que nos hacen recordar a los millones de connacionales que habitan en el país del norte, quedan desprotegidos.
Es precisamente en donde surge el más reciente escándalo, una tragedia que sorprendió al mundo sobre lo que sucede en México con los migrantes, el país descubre lo más ruin y deplorable de lo que puede ser capaz un gobierno que se empeña en presumir que es de izquierda, y que no lo es; 40 fueron los muertos que se dejaron a su suerte, en una prisión, que no albergue, o alojamiento digno para esas personas cuyo único delito es buscar una vida mejor. El presidente dedicó al día siguiente escasos minutos en su mañanera; de ese tamaño es la tragedia para los mexicanos que permanecen en un estado de shock desde el 2018, parecen estar dormidos, o bebiendo atole ofrecido todos los días desde Palacio Nacional.
Los responsables de la tragedia terminarán siendo los que diga el poder, el presidente López Obrador anunció que Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, será el encargado de investigar el hecho para que no haya impunidad, ya podemos imaginar el resultado.
No obstante, el canciller Marcelo Ebrard a carcajadas viajaba en un Tesla acompañado del impresentable gobernador de Monterrey, y el secretario de gobernación Adán Augusto López intentaba lavarse las manos, serán chivos expiatorios los que terminen por pagar. Mientras en el Congreso, la mayoría morenista se impone para evitar ser llamados ambos funcionarios, presumiendo que mientras tengan mayoría así serán las cosas. ¿Qué les pasó? ¿les arrancaron el alma?
Sí, si habrá impunidad, porque por desgracia, en esta administración no pasa nada, no se llama a cuentas a los verdaderos culpables, y el gabinete, legal y ampliado, hace lo que le venga en gana, esa es la política de Obrador. Tan valiente, si un comunicador es víctima de un atentado, es él el responsable, como lo fueron los migrantes, se prendieron fuego solos, ¿en verdad eso se va a aceptar? Siempre es el tabasqueño la víctima… ¿hasta cuándo?