Muchos han dicho que el Salario Rosa es una compra de votos; sin embargo, si el gobernador Alfredo del Mazo se hubiera tardado más en detonar este programa se le hubiera tachado de incumplido, la realidad es que la necesidad de la gente no puede esperar los tiempos electorales.
Dirigido a mujeres en pobreza extrema, a las que viven al día, a las que hoy por hoy dependen de la ayuda gubernamental o de cualquier tipo, el Salario Rosa se presenta como la oportunidad para que sean autosuficientes.
Revisé el esquema que habla de capacitación para el autoempleo, educación, asesoría jurídica y cursos de revalorización personal, todo interesante, y esto último más, si las mujeres no entienden que son valiosas, ¿de qué otra forma se pueden empoderar?
El plan de trabajo del Salario Rosa es ambicioso, tanto, que observadores de la ONU lo analizan para ser aplicado en otras partes del mundo, en el que la desigualdad social es una constante. Esto lo mencionó el secretario de Desarrollo Social Eric Sevilla, en el segundo evento de entrega. Ya es un tema de interés internacional.
Se han analizado a más de 38 mil mujeres que se inscribieron al programa y de las 220 mil solicitudes se atenderá a 111 mil durante 2018. No faltará quién alce la voz para decir que las que quedaron fuera no son del PRI, pero la realidad es que, muchas de las que se inscribieron no requieren el apoyo de 2 mil 400 pesos bimestrales, pues cuentan con ingresos, profesión, recursos, a ellas quizás les convenga más buscar una beca o poner en marcha un proyecto a través del Instituto del Emprendedor o de otras instancias. Lo que no se vale es tratar de echarlo abajo por cuestiones políticas.
Si se cumple lo planeado, por primera vez el Gobierno del Estado de México establece la base de una política social de corresponsabilidad y transversal, en el cual las beneficiarias tendrán que poner de su parte capacitándose para lograr ser autosuficientes y no ser dependientes de nadie.
¿Qué se quiere decir con transversal? Pues al tiempo que reciben los 2 mil 400 pesos, la capacitación y el asesoramiento sicológico y legal en caso de requerirlo, los brigadistas que darán seguimiento a las beneficiarias en campo revisarán si tienen carencias de salud, vivienda y/o educación, para ser canalizadas y atendidas.
Es de reconocer que no es un esquema clientelar, es un planteamiento global, que si logra que de esas 111 mil, el 20 por ciento salga de su situación de marginalidad y pobreza, habrá revolucionado la política social. Ojalá sean todas las que lo aprovechen y lo plasmado en el papel se lleve a cabo. Esta es la oportunidad para recabar historias de éxito.
Sólo quiero rematar diciendo que conocí a una mujer extraordinaria que, con ocho hijos, hubiera querido tener en su tiempo apoyo económico y la posibilidad de ser capacitada. No verla sufrir día con día por muchos años para dar de comer a su familia.
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