La enseñanza debe ser, sobre todo,
una provocación intelectual.
José Luis Sampedro
Recuerdo la ilusión de recibir el primer libro, el primer cuaderno y los lápices. Asistir al primer día de clases, bañada, peinada y a la espera de los conocimientos con los que nos sorprenderían los profesores a todas y todos los que estudiamos en escuelas públicas.
Grandes intelectuales y políticos iniciaron para aquellas niñas y niños y para los que les seguirían, la proeza del libro de texto gratuito bajo la dirección visionaria del gran poeta y Secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, siendo Presidente de la República, el mexiquense Adolfo López Mateos.
Contenidos e ilustraciones fueron encomendados a personas de profundos conocimientos y habilidades, supervisados, revisados y probados mirando siempre por el bien de esa niñez entregada a su responsabilidad de educadores.
Los conocimientos de los libros se han ido renovando conforme los cambios acelerados en la ciencia, la tecnología, las artes y la sociedad se han ido dando, así como en la cultura, pero sobre todo, familiarizando a niñas y niños con la nueva manera de aproximarse al conocimiento (método) y a sus herramientas, interesándolos en aprender y contar con las bases para seguir adelante en el estudio del nuevo tiempo, a fin de poder desarrollarse y hacer competitivo a México.
La pregunta es ¿los nuevos libros de texto gratuitos son para avanzar o retroceder enmedio del desorden, los errores y la falta de rumbo del modelo educativo? Si lo que viene es mejor que se demuestre, sino que se dé marcha atrás. Una generación y México están en juego.
Mientras el mundo avanza a pasos agigantados en diversas materias, en nuestro país casi se eliminan las matemáticas de los libros de texto gratuitos y se convoca a pervertir el español sin ningún respeto a éste.
Con indignación advertimos que vamos al despeñadero con más de 170 millones de libros de texto gratuitos que se distribuirán en 244.3 mil planteles con propósitos ideológicos mal planteados y con una suma de errores elementales. La sociedad ya se organiza para no permitirlo. Da ejemplo de lucha con el noble propósito del futuro de sus hijos y de nuestro México.