Como era de esperarse, la corcholata Marcelo Ebrard Cassaubón, el jueves pasado tronó y rompió el silencio, además de poner el dedo en la llaga (más no el índice flamígero de Amlo), y de su ronco pecho, desde el Estado de México en sus últimos días de gira, acusó de “uso masivo” de la secretaría de Bienestar que mal dirige Ariadna Montiel a favor indiscriminado de Claudia Sheinbaum Pardo, quien solamente avanza con acarreados y todos los eventos pagados por su partido Morena.
De igual manera, Ebrard Cassaubón fue punitivo al asegurar que de igual manera el gobierno de la Ciudad de México destina recursos para la candidatura de la consentida del profesor López Obrador, (Claudia Shienbaum), en un mitin, el exjefe de gobierno reclamó: “están utilizando masivamente a la secretaría del Bienestar en todo el país, están utilizando a las brigadas para decirle a la gente que el presidente quiere que sea Claudia”; están haciendo un acarreo, deveras, monumental. ¡Tómala!
Prosiguió con más acusaciones, que ha realizado desde que inició el proceso de “selección” del aspirante a la candidatura presidencial de Morena y sus rémoras del PT y PVEM, (que no levantan ni el polvo), y que concluirán a fines de agosto e hizo hincapié en el acarreo de miles de personas en toda la república mexicana.
Desde antes de que se iniciara el proceso interno de Morena, Ebrard Cassaubón declaró que se requería de “piso parejo para dicha contienda, que por supuesto el títere de Mario Delgado no ha cumplido, debido a que solamente obedece las instrucciones que le da su amo,
Expuso que la contienda por la candidatura ha sido dispareja por la intervención de los funcionarios del Gobierno porque la realidad es que el propio Marcelo Ebrard es quien se ubica en primer lugar en las encuestas seguido de Shienbaum Pardo, a quien considera su única rival.
La lucha es dispareja y está en “focos rojos” hasta el momento por lo que advirtió: “suspendan inmediatamente lo que están haciendo, de lo contrario va a ser un desastre”, advirtiendo que la dirigencia del partido que encabeza su ex subordinado Mario Delgado, (cuando Marcelo Ebrard fue jefe de Gobierno) ha hecho caso omiso a sus reclamos. “Exijo a la dirigencia de Morena que deje de simular”, apuntó.
Marcelo Ebrard, espera que miembros de su equipo presenten en los próximos días las denuncias correspondientes por el uso indebido de programas sociales y acarreos masivos, por lo pronto están en el proceso de recabar las suficientes pruebas.
Por supuesto que ni tardos ni perezosos las corcholatas incondicionales del inquilino de Palacio, salieron en defensa de su jefe y superior y atacar con todo a Marcelo. Shienbaum Pardo afirmó: “es falso, no lo haríamos y negó categóricamente que estén usando recursos públicos para favorecerla, igual de mitómana y cínica que el inquilino de Palacio pues lo ha imitado en todo, hasta en ¡suuu fooorma de haablaaar!, (simplemente patética; mientras que Adán Augusto López, aseguró que “está muy nervioso por lo que llamó a la Prudencia (¿Griffel?), ¡noooo!, ¡cállese no me interrumpa!; por su parte el boquiflojo de Fernández Noroña, tachó de “prepotente y arrogante”.
Por lo pronto en la encuesta del lunes pasado de El Heraldo de México, Claudia Sheinbaum, la puntea con 28.9%; seguida de Marcelo Ebrard con 21.9% y en tercer Adán Augusto con 18.8 por ciento; muy abajo Fernández Noroña con 8.5%; Ricardo Monreal con 5.3% y con un mísero 3.2% el más guinda (léase Morena) que verde ecologista Manuel Velasco, quien tuvo una desastrosa administración como gobernador de Chiapas. (2012-2018), pues es otro de los que le traicionaron al PRI y al mismo PVEM, al entregarle la gubernatura al su “amigo López Obrador, vergonzoso e indignante el proceder del incondicional de Velasco i.
Así pues, el manotazo a tiempo de Marcelo Ebrard ha hecho cimbrar a López Obrador, a Morena y a la autollamada cuarta transformación que día a día los tres decepcionan con creces a millones de mexicanos que sufragaron por ellos y que ya no están dispuestos a seguirles tolerando más mentiras, malas acciones y un gobierno que no ha obtenido los resultados prometidos. Simplemente decepcionantes.
Claudia Sheinbaum, se ufana en sus giras que la ciudadanía de varios estados de la república la conocen por su eficiente y loable trabajo que realizó como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, cuando la realidad es otra, dejó mucho que desear por sus resultados negativos.
El terrible accidente de caída de la Línea 12 del Metro por la falta de mantenimiento, en el que colapsaron en la alcaldía de Tláhuac aquella trágica noche del 3 de mayo de 2021 en el que fallecieron 26 personas y resultaron heridas 80 personas Dicho accidente ha sido el accidente más letal en los cincuenta años desde que se inauguró el Metro.
Por supuesto que su jefecito Amlo, la exoneró a su consentida de dicho accidente, como si fuese juez y parte, además de magistrado.
Un mes después el 6 de junio, Claudia Sheinbaum vivió su propio Waterloo en las elecciones intermedias, al perder ocho de las 16 alcaldías en la Ciudad de México, es decir la mitad de éstas en la capital del país que tiene una población de casi 10 millones de habitantes.
Las alcaldías en las que fue derrotado Morena fueron: Álvaro Obregón (PAN), Azcapotzalco (PAN); Benito Juárez (PAN), Coyoacán (PAN), Cuajimalpa (PRI), Cuauhtémoc (PRD), , Magdalena Contreras (PRI), Miguel Hidalgo (PAN), Tlalpan (PRD), de esta manera Sheinbaum Pardo, fue la gran perdedora en las elecciones intermedias, lo que habla de su nula experiencia en estrategia de campaña.
Y aún hay más: -según- México Evalúa, el 98.4% de todos los delitos denunciados e investigados quedan impunes en la Ciudad de México. En Narcomenudeo el 100%; en Robo Simple, 92.9%; en Homicidios Dolosos, 98.7%, Violencia Familiar, 97.5%; en Violación 95.6%, Extorsión, 82.8%; Feminicidios 92.1% y Secuestro 61.9 por ciento.
Estos son los resultados en estos rubros que tiene la que se vanagloria de ser una gran jefa de Gobierno, sin lugar a dudas, obtiene las mismas calificaciones que su jefe: reprobada.
AMLO NI VE NI OYE AL CRIMEN ORGANIZADO
Haciéndose el chistoso al término de su nefasta mañanera del miércoles pasado, Andrés Manuel López Obrador, decepcionó una vez más a sus seguidores y a los que ya estamos acostumbrados a sus sainetes, cuando los reporteros de verdad (no su séquito que le aplauden como focas sus desplantes, dimes y diretes), le preguntaron respecto a los cinco jóvenes jaliscienses que fueron masacrados e incinerados en Lagos de Moreno por el crimen organizado.
El inquilino de Palacio evadió las preguntas y contar un pésimo chiste, que ni para eso tiene gracia, al decirles: “no oigo”, lo que ocasionó que durante el miércoles le tundieran en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Por supuesto que al día siguiente, el jueves, arremetió cínicamente contra todos los que osaron agredirlo, acusándolos de mentirosos y corruptos, (lamentables y repetitivas acusaciones del macuspano en contra de los que llama conservadores, y ahora los llamó neoporfiristas.
Seguimos viendo a un jefe del Ejecutivo que ha destrozado todo lo relacionado con su encargo, la investidura presidencial, el ser un verdadero jefe de Estado, un mandatario digno de un país, como el nuestro que pese a las crisis recurrentes de los anteriores presidentes, sí respetaron y le dieron prestigio, pero que le quedaron a deber a todos los mexicanos.
Amlo ha sido la gran diferencia en este puesto, lo ha vulgarizado y degradándolo a su máxima expresión, no concebimos los mexicanos a un presidente rijoso, broncudo, berrinchudo, acusador, siempre sin pruebas, detractor, se la ha pasado mintiendo todos los días, ocultando la verdad, insultando a quien no está de acuerdo con sus ocurrencias, porque su forma de gobernar ha sido ineficiente e ineficaz, además de que existe un total y absoluto, vació de poder.
Aferrado a su pésima gestión el tabasqueño, sigue insistiendo que ellos no son iguales a los gobiernos que lo antecedieron y sigue teniendo la razón: no son iguales, son peores.
