Se inicia septiembre, considerado popularmente como el mes de los sismos en México. Además de recordarle a la población mexicana la importancia de prepararse y participar en el próximo Simulacro Nacional, a celebrarse el 19 de septiembre del año en curso, a las 11:00 horas, en todo el país, es menester reflexionar sobre las circunstancias que pueden enfrentar los ciudadanos después de un sismo de gran magnitud, o de algún otro fenómeno perturbador –inundación, deslave, explosión– que por la intensidad de sus efectos destructivos impida la continuidad de la línea vital de la población expuesta, especialmente la Población Económicamente Activa (PEA).
¿Cuál es la línea vital, usted se preguntará? Es la condición de normalidad, estabilidad y continuidad de los servicios básicos que dan soporte al desarrollo de las actividades más importantes de una comunidad o población, tales como la alimentación, la seguridad, la salud, higiene, el trabajo, la movilidad y las comunicaciones. Los servicios esenciales e instalaciones vitales dan respaldo a estos; algunos ejemplos son el suministro de agua, abasto de comida, insumos de salud y limpieza; así como sistemas de comunicación y transporte, energía eléctrica, puertos, carreteras, puentes, hospitales, estaciones de policía y bomberos. La operación de la infraestructura mencionada es imprescindible para la gobernabilidad y la paz social.
En situaciones extremas, de crisis o desastre, los servicios vitales lo son aún más. La escasez de materias primas y otros insumos estratégicos crece exponencialmente en la misma medida en la que la población los demanda, ya sea por compras de pánico o prevención. Bajo estas circunstancias y ante escenarios inciertos generados por los saldos destructivos y la interrupción de operaciones institucionales a causa de la emergencia, garantizar la continuidad de un negocio y del gobierno requiere de la implementación de una estrategia previa, planeada, ensayada y, en medida de lo posible, puesta en marcha cuando alguna situación lo permita. Improvisar no es la opción.
En consecuencia, implementar un Plan de Continuidad de Operaciones (PCOOP), ante escenarios de emergencia o desastre, ofrece la oportunidad de adelantarse a las posibles situaciones de urgencia que en medio de la crisis no le será posible visualizar y atender con eficacia. Sea para un negocio particular, empresa, industria, comercio o el gobierno, esta opción le puede garantizar la continuidad o permanencia de sus procesos sustantivos y críticos en los que se fundamentan los servicios o insumos que la ciudadanía demanda.
Para elaborar un PCOOP se cuenta con opciones sencillas que pueden desarrollarse mediante una estrategia de continuidad de su negocio o servicio y así poder ayudarse a sí mismos y a la comunidad a restablecerse en el menor tiempo posible y de la mejor forma. Para las dependencias de gobierno, el Reglamento de la Ley General de Protección Civil, Artículo 76, Fracción III, describe de forma muy sencilla los aspectos a considerar para elaborar su PCOOP; de igual forma la Coordinación Nacional de Protección Civil publicó desde 2018 la Guía para la Elaboración del Plan de Continuidad de Operaciones; ambos documentos están disponibles y gratuitos en la red y forman parte del Programa Interno de Protección Civil que cada inmueble público debe implementar.
Para el caso de las empresas, la industria, el comercio y los servicios, existen diversas normas y estrategias para las cuales existen incluso certificaciones internacionales muy prestigiosas y eficaces. Sin embargo, las normas más populares que se implementan en México para la continuidad de negocio en caso de emergencias son la ISO 9001: 2015 y la ISO 31000: 2018, en ambas (también disponibles en línea) se puede encontrar el desarrollo de un sistema de gestión de la calidad y la gestión de riesgos, respectivamente.
En conclusión, los daños provocados por fenómenos naturales y antropogénicos ocasionados por desastres, representan un factor que obstruye el desarrollo nacional y generan gran costo socioeconómico, por eso el cierre de empresas e interrupción de servicios esenciales durante una emergencia o desastre, debe ser el mínimo posible, minimizando el tiempo de recuperación de su cadena productiva y asegurando un constante suministro de servicios de primera necesidad para la población y las organizaciones, razón por la cual implementar un PCOOP en todas las oficinas públicas y privadas es fundamental. Esto es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Fue Director del Heroico Cuerpo de Bomberos de Toluca,
Subdirector de Protección Civil e Inspección en la SCT Federal.
Actualmente es Subdirector de Emergencias en el Valle de Toluca, en la Coordinación General de Protección Civil, EDOMEX