Delfina Gómez está lista para tomar protesta. Ahora que sabe que Claudia Sheinbaum va como candidata a la presidencia, ha declarado que es tiempo de mujeres. Es cierto, es el momento, las mujeres frente al poder tienen la encomienda más difícil. Xóchitl o Claudia tendrán que hacer frente a un mundo dirigido por hombres, en el cual las cosas llevan arreglándose de otra manera.
¿Cuál es el reto?
Cambiar la historia, hacer las cosas de tal forma que este Estado encuentre la manera de resolver los desacuerdos políticos que queden después de ser tantos años un bastión priista.
Sin embargo, a Delfina lo que le espera en esta transición va más allá de lidiar con las huestes de los diferentes partidos. El Estado tiene diferentes problemáticas graves, la primera es la inseguridad imperante. Por ello, se ha dado a la tarea de reunirse con Luis Crescencio, secretario de la Defensa Nacional y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, quienes le ayudarán a mantener las estrategias de seguridad en territorio mexiquense.
El tema de los feminicidios no puede tratarse de soslayo, se le debe hacer frente ya, porque también va acompañado de las desapariciones forzadas. Ojalá encontrara un ambiente de paz y armonía como el que le dijo Alfredo del Mazo, pero no es así.
Los cobros de piso, los robos constantes en el transporte público, los robos de autos, a casa habitación, etc. Sin contar con la violencia de género.
Necesitará policías y militares a prueba de todo. Sin embargo, sostengo que para terminar con ese cáncer de inseguridad, no hay más que fomentar las inversiones en el Estado, esto definitivamente hará que el empleo crezca y el descontento baje.
Y es que los datos no son halagadores, pues de 17 millones de mexiquenses, la población económicamente activa son poco más de 7.2 millones, de los cuales 1.6 millones trabajan por cuenta propia porque no hay empleo.
Asegurar a los empresarios que podrán instalarse sin temor de la delincuencia organizada es el reto más feroz, porque tendrá que terminar con la corrupción dentro de las corporaciones policíacas. Es decir, una limpieza profunda.
Además, el PRI tenía una carta fuerte en los programas sociales para la comunidad, porque no solo apoyaba a las mujeres, también a las personas con discapacidad y a los estudiantes.
La pobreza sopla en el cuello del Estado desde hace mucho. Como sabemos cuando el dinero falta no solo el amor sale por la ventana, también la esperanza y muchas veces la honestidad, porque seamos francos todos tenemos sueños y no se concretan a solo comer, sino a tener, a disfrutar. Si esos deseos los acerca un grupo criminal, ante la necesidad se puede caer.
Las promesas de campaña se tendrán que convertir en hechos, en acciones desde el primer día en que tome protesta, porque no basta con contar con el auspicio del frente morenista, solo Delfina dará la cara y a ella se le cobrarán todas las facturas de lo que se haga o no en su administración.
Empezamos una nueva era, la de las mujeres y sabemos que las críticas serán dobles y despiadadas.
